Las bodas en España han tomado un giro inesperado en los últimos años. Ya no se trata solo de unir a dos personas en un compromiso de amor eterno, sino de una exhibición opulenta que puede dejar a cualquiera con la boca abierta (y la cartera vacía). Hoy, te hablaré sobre cómo han evolucionado las celebraciones nupciales, las extravagancias que ahora forman parte del paquete, y el papel fundamental de los wedding planners (sí, esos seres mágicos que parecen sacados de una película de Hollywood).

¿Por qué necesitamos un burro blanco en una boda?

A veces, es difícil entender cómo llegar a una boda en una isla de ensueño como Santorini tiene sentido si no hay un burro blanco que acompañe a los novios. ¿Acaso no es eso lo que hace que la ocasión sea memorable? Este tipo de extravagancias son cada vez más comunes, sustituyendo la tradicional sencillez por eventos que parecen sacados de una película de Navidad. Un servicio de tatuajes, un robot gigante lanzando láseres, ¡y hasta invitaciones que huelen a perfume!

Parece que ‘más’ es definitivamente ‘más’ en el ámbito de las bodas. Pero, ¿cuánto cuesta realmente hacer realidad todos estos sueños?

El precio de las bodas en España: ¿cuánto hay que gastar por amor?

Como bien se dice, el amor no tiene precio, pero las bodas en España son otra historia. El gasto medio se sitúa entre 21.000 y 30.000 euros, algo que quizás te deje pensando si realmente vale la pena. ¡Y eso sin contar la luna de miel! Si decides quedarte en el país, la luna de miel puede costarle a la pareja un promedio de 3.000 euros, pero si decides salir del país… prepárate para desembolsar unos 6.000 euros.

Cuando estaba organizando mi boda (porque sí, también pasé por esa etapa), me di cuenta de que la mitad de ese presupuesto se destina, sorprendentemente, al megabanquete. ¡Nada de cortes de jamón escuálidos! Aquí, lo que se busca es que nadie pase hambre, con un banquete de varios platos, una barra libre hasta que “el cuerpo aguante” y, por supuesto, áreas de comida adicional como food trucks, mesa de dulces y más.

El papel del wedding planner: los salvadores de los novios

Aquí es donde entra en juego la figura mágica del wedding planner. Cristina Sobrino, de la reconocida empresa El Plan B, se ha convertido en un pilar fundamental para muchas parejas. Según ella, su trabajo empieza mucho antes de que suene la primera nota musical en la celebración. Desde la elección del lugar, la decoración, la selección de invitados, hasta las sorpresas que los asistentes han preparado.

Ella dice que su tarea es «remar en favor de los novios» y asegurarse de que todo funcione a la perfección. Y créeme, eso no es tarea fácil.

Mañanas largas y atención constante

Hay que recordar que la jornada del que organiza una boda no es corta. Cristina y su equipo empiezan entre las 7 y las 8 de la mañana y no terminan hasta la 1 de la madrugada o incluso más tarde, si la celebración se alarga. En ese tiempo, estos especialistas deben asegurarse de que todo esté bajo control, desde los músicos hasta los transportes de los invitados.

¿Alguna vez has intentado coordinar a tus amigos para salir a cenar? Ahora imagina que esas 10 personas son en realidad 200 y que no quieres quedarte con uno en el “lado equivocado” de la pista de baile.

Problemas inesperados: la vida real

Recuerda que, aunque todo esté organizado de antemano, siempre hay lugar para lo inesperado. Me hace recordar cuando en mi propia boda, el DJ casi se pierde… ¡y tuvimos que poner a un amigo a hacer karaoke! Cristina tiene anécdotas aún más surrealistas, como cuando un abuelo se desmayó por el calor o el viento quiso arruinar la perfecta alfombra blanca. Todo esto le ocurrió mientras trataba de mantener una sonrisa en su rostro y hacer que la fiesta fuera un éxito.

Bodas delirantes: ¿realmente necesarias?

La creatividad no tiene límites cuando se trata de bodas.

Desde la entrada triunfal de los novios con una batucada, hasta la disponibilidad de shows en vivo que pueden incluir acróbatas, la clave es la personalización. Pero, ¿dónde está la línea entre un evento único y un exceso desmedido? Cristina mencionó la idea de una «hora loca», donde la fiesta se intensifica y se convierten en una especie de carnaval. Adicionalmente, la aparición de un rincón de maquillaje y un toro mecánico, no son inusuales.

Todo esto puede llevar a que el gasto llegue a cifras astronómicas; se han visto presupuestos que superan los 60.000 euros por el catering. No hay duda de que puede ser loco, pero ¿no es esa la diversión de una boda moderna?

Nuevas modas en bodas: ¡diga adiós al minimalismo!

Post-pandemia, parece que hemos olvidado el minimalismo que una vez dominó las bodas. Ahora, las parejas buscan experiencias y, por ende, personalizan cada detalle. De hecho, parece que la estética glam y los brillos hacen que el enfoque de las bodas cambie. Por el momento, lo que se lleva es lo impactante, lo que realmente brilla en las redes sociales.

Hablando de redes sociales, esto ha generado aún más presión sobre las parejas. Antes, solo había que preocuparse por las fotos profesionales; ahora, cada invitado es potencialmente un reportero de un evento con el objetivo de captar el momento perfecto para Instagram. Las parejas están optando por múltiples cambios de vestido, porque, ¿qué es una boda sin una foto digna de ser viral?

La importancia del presupuesto: no olvides lo esencial

Al final del día, Cristina subraya un punto crucial: es fundamental establecer un presupuesto desde el principio. Esto les permite ser realistas sobre lo que pueden hacer, sin tener que dejar de lado lo más importante: celebrar el amor. Porque, ¿no es eso lo que realmente importa en una boda?

La realidad es que, aunque el espectáculo puede ser grandioso, recordar el propósito original de una boda es esencial. Al final del día, estamos allí para disfrutar junto a nuestros seres queridos que celebran la unión de dos personas y, con suerte, el comienzo de una vida juntos llena de risas y amor.

Entonces, si planeas casarte, o apenas te “mareaste” con lo que he dicho aquí, recuerda: la magia de una boda no reside en el gasto, sino en la capacidad de hacerla verdaderamente especial para ustedes.