Ah, los asesinos en serie. Esa fascinante extrañeza de la naturaleza humana que ha capturado nuestra atención durante décadas. ¿Qué hay de esos individuos que parecen llevar una vida común y corriente, mientras que en secreto son responsables de actos horrendos? Hoy, vamos a explorar cómo este oscuro nicho de la criminología ha encontrado un hogar en la cultura popular, a través de documentales, series de televisión y, claro, nuestro misterio favorito: el true crime. Así que, prepara tu taza de café, acomódate en tu sillón favorito, y sumérgete en este intrigante tema.

El fenómeno de la cultura true crime

La popularidad del género true crime ha explotado en los últimos años. Desde el aclamado podcast «Serial» hasta las series documentales como «Making a Murderer», es como si estuviéramos todos atrapados en un gran juego de Clue. Pero, seamos sinceros, ¿quién no ha sentido un escalofrío de emoción al adentrarse en la mente de aquellos que cometieron los crímenes más atroces? Este tipo de contenido transforma los relatos de sucesos reales en algo casi hipnótico, como un accidente de tráfico del que no puedes apartar la mirada.

Virginia Feito, autora española, recientemente compartió en una entrevista que Jeffrey Dahmer ha sido su “asesino de cabecera” por mucho tiempo. Pero, como muchas de nosotras, tiene un nuevo favorito, gracias a la segunda temporada de «The Jinx». ¿Acaso hay algo más fascinante que el encanto carismático de estos criminales? A menudo me encuentro preguntando en mis noches de insomnio, ¿por qué nos atraen tanto? ¡Es como ver un tren descarrilarse!

La influencia de las series de televisión

The Jinx y la dramatización de la locura

Hablemos un poco más sobre «The Jinx». Este documental cuenta la historia de Robert Durst, un magnate inmobiliario cuyas conexiones con varias desapariciones y homicidios son tan inquietantes que simplemente no puedes dejar de mirarlo. ¿Sabías que este tipo, en una de las escenas más impactantes, se olvidó que tenía un micrófono encendido y confesó casi en silencio? ¡Hablamos de un momento digno de una telenovela!

Además, no es solo la historia lo que atrapa; es la forma en que se cuenta. Al igual que las mejores novelas, las series de true crime se construyen como un rompecabezas. Las piezas pueden verterse en un hilo narrativo, logrando que el espectador no pueda evitar participar en la resolución. ¡Es una experiencia de binge-watching casi adictiva!

Dahmer: monstruo o víctima de su propia mente?

En cuanto a Dahmer, hay una línea fina entre la fascinación y el horror. En el universo cultural, a menudo se plantea la pregunta: ¿es el asesino un monstruo intrínseco o una víctima de circunstancias desafortunadas? ¡Es un debate que podría generar episodios enteros de «La Noche temática»!

Es curioso considerar cómo estas figuras, al ser retratadas en películas y series, parecen obtener tanto poder como culpa. Por ejemplo, el título de una serie sobre Dahmer podría leído como un monólogo de un villano, rompiendo la cuarta pared y asumiendo su papel como «el malo». Y estoy dispuesto a apostar que, después de ver la serie, varios de nosotros nos sentimos abrumados por una mezcla de horror y, extraño sería decirlo, empatía. Pero, reunión de amigos, ¿quién no se siente un poco atraído por lo prohibido?

El lado oscuro de la cultura de celebridades

Asesinos como celebridades modernas

En la actualidad, el interés por los asesinos en serie se ha vuelto tal que algunos incluso se han convertido en «celebridades» por derecho propio. ¿Te suena el nombre de Ted Bundy? La forma en que se habla de él —y cómo aparece en documentales y películas— es casi como considerar al próximo artista pop.

Sin embargo, es un hecho inquietante que a menudo olvidamos: el verdadero costo de estas historias a menudo queda eclipsado por el morbo que sentimos al verlas. En una entrevista reciente, Virginia también mencionó cómo estos personajes se convierten en figuras casi románticas, haciéndonos olvidar el sufrimiento real que causaron. ¡Y vaya que eso debería hacer que cualquiera reflexione un poco!

La línea entre la fascinación y la glorificación

Con todo el material que tenemos sobre asesinos en serie, es vital hacer una distinción: la fascinación no debería transformarse en glorificación. Al igual que cuando descubrí que tenía una habilidad increíble para hacer galletas de chocolate, no quiero que eso se convierta en una glorificación de mi experiencia culinaria. O del mal uso de una receta, que, admitámoslo, nunca se ve bien en las redes sociales.

Las películas y programas de televisión perpetúan una narrativa que a menudo ignora a las víctimas y las familias afectadas, relegándolos a meros personajes secundarios. Es como si, en lugar de reconstruir la historia, estuviesen escribiendo un bestseller de ficción que no se atreve a mirar hacia el lado más oscuro del ser humano. ¿Y quiénes somos nosotros para aplaudirlo?

La psicología detrás de nuestra atracción por el crimen

La curiosidad innata del ser humano

¿Nunca te has preguntado por qué nos atraen tanto estas historias? Parte de la culpabilidad colectiva que sentimos al sumergirnos en estos relatos proviene de nuestra curiosidad innata. Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha pasado horas al rededor del fuego, compartiendo relatos de terror que nos hacían estremecer. Es casi un ritual, de alguna manera.

Incluso en mi infancia, estoy seguro de que todos tuvimos un amigo que conocía «la historia del amigo de un amigo», que ¡era familia directa del fantasma que ronda el callejón oscuro! Esa intriga por lo desconocido se ha convertido en un terreno fértil para el género true crime. ¿No es curioso cómo una historia puede mantenernos despiertos por la noche, cuestionando nuestra propia seguridad?

La búsqueda de respuestas

Además, muchos también buscan respuestas. Queremos entender qué llevó a una persona a cruzar la delgada línea que separa la cordura de la locura. Es un intento de encontrar sentido en un mundo que muitas veces parece carecer de él. El deseo de entender al «otro» (ese otro oscuro que, a veces palpita en cada uno de nosotros) puede ser inquietante.

Es en ese contexto que programas como «Mindhunter» se vuelven significativos. Este tipo de series no solo nos ofrecen un vistazo a la mente de estos asesinos, sino que también plantean preguntas envolventes. ¿Puede la empatía convertirnos en una forma de entendimiento? O simplemente, ¿vemos lo que queremos ver?

La responsabilidad de los medios

La ética en el entretenimiento

Como consumidores de contenido, también tenemos una cierta responsabilidad. La forma en que el contenido mediático presenta a estos criminales tiene un impacto que muchas veces puede ser ignorado. La forma en que se narra una historia puede contribuir a la percepción que tiene el público.

El documentar crímenes debe ir acompañado de una consideración ética sobre cómo se presenta la tragedia. Todos hemos leído artículos en los que el enfoque se centra más en las características peculiares del criminal que en las de las víctimas. ¿No deberíamos reexaminar nuestra fascinación y cambiar ese enfoque?

La línea delgada entre el entretenimiento y el respeto

Es posible disfrutar del true crime mientras se rinde homenaje a las tragedias personales de aquellos que sufrieron. El entretenimiento no tiene que estar completamente reñido con el respeto, ¿verdad? Así que la próxima vez que veas una serie o leas un libro sobre asesinos en serie, tómate un momento para reflexionar sobre las vidas que fueron tocadas por esos crímenes.

Así que, ¿quién es tu asesino en serie favorito? Aunque la pregunta suene inquietante, es innegable que nuestras emociones van desde lo macabro hasta lo empático. La complejidad de estas figuras nos intriga y nos atrapa, y debemos encontrar un equilibrio al explorar estos límites oscuros.

Conclusión: un reflejo de nuestra humanidad

Al final del día, el fenómeno de los asesinos en serie en la cultura popular es un espejo que refleja no solo la oscuridad del ser humano, sino también nuestra propia curiosidad, miedo y deseo de entender. Sentimos un atractivo por lo que no podemos comprender del todo, y nos encanta compartir esas historias para explorar las dudas que llevamos en lo más profundo de nuestro ser.

Así que la próxima vez que te sientas culpable por disfrutar de una buena serie de true crime, recuerda: estás indagando en el alma humana, en su belleza y sus horrores. ¡Y todos tenemos un lado oscuro!