Pamplona, esa hermosa ciudad conocida por sus fiestas de San Fermín y sus callejuelas empedradas, ha estado bajo el foco en las últimas semanas. No, no se trata de una nueva serie de Netflix filmada en la Plaza del Castillo, sino del Monumento a los Caídos, un edificio que ha estado en el centro de debates intensos. Si alguna vez has paseado por sus alrededores y te has preguntado qué representa realmente, ¡este artículo es para ti!

Un poco de historia: ¿qué es el Monumento a los Caídos?

El Monumento a los Caídos, ubicado en el corazón de Pamplona, es el edificio de exaltación franquista más grande de España en un núcleo urbano. Esa es una manera muy elegante de decir que ha sido un recordatorio bastante notorio de un período oscuro en la historia española. A pesar de que no hubo un frente de guerra en la Comunidad Foral, la represión que sufrió la población dejó más de 3,000 muertes y desapariciones forzosas. Como diría cualquier historiador que se precie, «la historia tiene ojos, y la historia es muy testaruda».

La reciente decisión: ¿renacer o derribar?

Ahora, imagina este escenario: un pleno en el Ayuntamiento de Pamplona, donde diversos partidos políticos se reúnen para decidir el futuro de este emblemático edificio. El resultado fue un voto mayoritario que decidió renombrar y resignificar el monumento, lo que, para muchos, es un paso hacia un futuro más inclusivo y respetuoso con las víctimas del franquismo.

Maravillas Lamberto: la memoria en acción

Uno de los aspectos más emocionantes de esta decisión es la creación de un centro de denuncia del fascismo y por la memoria democrática que llevará el nombre de Maravillas Lamberto. Quiero detenerme un momento aquí, porque el nombre es significativo. Maravillas fue una víctima emblemática del franquismo, y recordar su historia es parte del proceso de sanar las heridas aún abiertas. Imagina que a los 14 años, alguien perdió la vida por razones atroces. A veces, de las tragedias surgen los mayores actos de valentía y compromiso social.

Un acuerdo histórico

Ramón Alzórriz, portavoz del PSN, se refirió a este acuerdo como un «acuerdo histórico». Tal vez, en su propia vida, él también haya tenido que tomar decisiones difíciles. Muchas veces, lo que sucede en el ámbito político refleja lo que enfrentamos en nuestras vidas: a veces hay que optar por el cambio, incluso si eso implica desafiar el status quo.

Espérate un momento. ¿Sabías que cambiar algo puede llevar más que solo un simple voto? Se requiere verdad, discusión e incluso un poco de valentía. Eso es exactamente lo que hacen los partidos de izquierda en Navarra al buscar cerrar las heridas del pasado.

Significados y cambios: la cripta y otros elementos arquitectónicos

Una de las decisiones más notables fue la demolición de la cripta donde hasta 2016 estaban enterrados los generales golpistas Emilio Mola y José Sanjurjo. Aunque pueda sonar crudo, no podemos avanzar si seguimos perpetuando homenajes a quienes no merecen tal honor.

Además, se plantean modificaciones importantes en la cúpula, uno de los elementos arquitectónicos más emblemáticos del edificio. ¿Te imaginas que, por fin, una parte de un monumento histórico fuese transformada y resignificada? Algo así como cuando tu abuelo decide hacer una remodelación en su antigua casa: a algunos les puede doler, pero el nuevo ambiente va a hacer que todo valga la pena.

Cambios en la narrativa

Bajo el nuevo uso del monumento, las pinturas al interior, que glorifican el fascismo, serán utilizadas para estudio crítico en un enfoque pedagógico. ¡Qué ironía! Un lugar que una vez fue símbolo de opresión se transformará en un centro educativo. En un mundo donde no podemos escapar de las «fake news», la educación es nuestra mejor arma. Como dicen, «el conocimiento es poder»… y en este caso, poder para cambiar.

La participación ciudadana: un paso necesario

Es significativo que el acuerdo contemple la participación ciudadana en el proceso de resignificación. ¿Alguna vez has sentido que tu voz no se escucha? Es como cuando intentas opinar en una cena familiar y todos miran hacia otro lado. Por eso, es fundamental que la comunidad se involucre y aporte sus ideas, porque al final, somos nosotros quienes viviremos las consecuencias de estas decisiones.

El Ayuntamiento de Pamplona será el responsable de la ejecución de las obras y la gestión del futuro centro de interpretación. Esto es esencial, ya que la gestión pública puede hacer que los ideales queden en palabras vacías o brinden un espacio para la sanación.

La necesidad de un marco legal sólido

No se quedarán ahí. Los partidos también tienen en mente modificar la Ley Foral de Reconocimiento y Reparación Moral a las víctimas de la represión franquista. El objetivo es dotar de seguridad jurídica a esta transformación. Es como cuando te mudas a un lugar nuevo, y necesitas asegurarte de que el contrato de arrendamiento esté bien firmado—no querrías que tu nuevo hogar se convirtiera en un epicentro de problemas legales.

Es crucial que esta resignificación no solo se quede en palabras y buenas intenciones. Luchar por la memoria histórica requiere un compromiso real que debe estar respaldado legal y socialmente.

La importancia de la memoria colectiva

Hablando de memoria, me encuentro reflexionando sobre lo que significa realmente recordar. Recuerdo un viaje que hice a Auschwitz. Durante aquella visita, me impactó la manera en que se preservó el lugar, no solo como un recordatorio del horror, sino como una enseñanza sobre la importancia de no repetir los errores del pasado. Así que, al ver el esfuerzo de Pamplona por cambiar el foco de su monumento, siento que está haciendo algo paralelo.

La memoria colectiva tiene un poder inmenso. Nos recuerda nuestras raíces, nuestras luchas y, sobre todo, nuestras victorias. Como dice el viejo adagio, «el pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla».

Conclusiones: una nueva narrativa en un contexto histórico complejo

A medida que avanzamos hacia un futuro más inclusivo, es crucial recordar nuestro pasado. La resignificación del Monumento a los Caídos no es solo un cambio físico; es un cambio en la narrativa. Estamos hablando de construir un nuevo legado, uno que no glorifica la opresión, sino que aboga por la convivencia y la paz.

Así que, la próxima vez que visites Pamplona, tómate un momento para reflexionar no solo sobre el brío de los sanfermines, sino también sobre el coraje que requiere resignificar la historia. ¿Te imaginas qué sería un mundo donde cada ciudad emprendiera una tarea similar? Quizás no solo sobreviviéramos, sino que prosperáramos como sociedad.

Así que, ¿estás preparado para ser parte del cambio? La memoria y la historia son responsabilidades compartidas. Después de todo, recuerda que el futuro se construye sobre las decisiones que tomamos hoy.