Desde hace algunos años, la medicina estética ha dejado de ser un tema tabú. ¿Recuerdas la época en la que ver a alguien con un “retoque” era prácticamente un secreto de estado? Bueno, esa etapa quedó atrás. Hoy en día, el 47% de la población se ha sometido a algún tipo de intervención estética, y el número de personas que lo considera “normal” sigue creciendo. Pero, como en cualquier ámbito en el que la apariencia sea importante, también hay un montón de cosas que deberías saber antes de lanzarte. Así que, ¿preparados para adentrarse en este fascinante (y a veces peligroso) mundo?

La voz del experto: Dr. Juan Antonio López-Pitalúa

Para analizar esta tendencia, hablemos con el Dr. Juan Antonio López-Pitalúa, reconocido líder del sector y presidente de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). En una reciente charla, mencionó una frase que me hizo reír y reflexionar al mismo tiempo: “El 65% de esos procedimientos estéticos son realizados por profesionales no cualificados”. Wow, eso suena aterrador, ¿verdad?

Con un sentido del humor contagioso y un compromiso profundo con la ética médica, el Dr. López-Pitalúa destaca la importancia de tomar decisiones informadas antes de someterse a una intervención. Su campaña «Tu cara ya no me suena» busca, precisamente, empoderar a los pacientes para que elijan de manera más consciente.

Un vistazo al pasado

¿Te imaginas cómo era el campo de la medicina estética en los años 80? El Dr. López-Pitalúa lo recuerda claramente: “Ni siquiera había procedimientos de medicina estética, ni láser, toxina botulínica o ácido hialurónico.” Así que, si alguna vez has hecho un chiste sobre lo que parecía una cirugía de ‘taladrar’ para arreglar cosas, bueno… en algunos lugares, ¡podría haber sido una opción!

Antes, la única opción era el colágeno, que duraba tres meses, mientras que hoy se habla del santo grial de los rellenos. Pero, más allá de la tecnología, lo que ha cambiado más drásticamente es la percepción social. Ya no encontramos a las personas escondiendo su maquillaje, sino que presumen de sus retoques con orgullo. Esto se debe en parte a un cambio generacional y a la influencia de las redes sociales. Pero, como bien dice el Dr. López-Pitalúa, “las redes sociales son tanto un aliado como un enemigo”.

La mediática influencia de las redes sociales

Las redes sociales han establecido un novo punto de referencia en cuanto a belleza y estética. Ahora no se trata solo de ser bonito; se trata de ser “Instagram-worthy”. Pero, ¿qué pasa cuando esa búsqueda de la perfección lleva a decisiones precipitadas? Imagina a una chica joven mirando sus feeds llenos de influencias, llenos de imágenes de labios perfectamente contorneados y pómulos esculpidos. Lo que no se ve en esas imágenes, muchas veces, son las historias no contadas sobre riesgos, complicaciones y resultados inesperados.

¿Es seguro ponerse en manos de cualquiera?

El Dr. López-Pitalúa menciona un dato escalofriante: “El 20% de los procedimientos se realizan en centros no regulados, peluquerías e incluso domicilios”. Déjame repetirlo: ¡20%! Esa cifra debería ser suficiente para hacerte pensar dos veces. Después de todo, si no te pondrías en manos de un malabarista a ciegas, ¿por qué arriesgarías tu cara con alguien cuyo único “fondo” es una cuenta en Instagram?

La búsqueda de la identidad: de crisis a retoques

Según un estudio de SEME, aproximadamente cuatro de cada diez españoles recurren a la medicina estética a partir de los 26 años. Suena excesivo, ¿no? Pero considere esto: las personas pasan por ciclos de incertidumbre sobre su identidad en diferentes etapas de su vida. Si piensas que un cambio de look podría hacerte sentir mejor, es totalmente razonable. Todos hemos tenido esa fase de crisis cuando cumplimos años: “¡Pero, por supuesto, los 30 son los nuevos 20!”. ¿O era al revés?

Recuerdo que a los 30 me sentía como si hubiera llegado a una intersección: de un lado, el camino recto y ordenado de la adultez; del otro, el sendero lleno de giros inesperados que te prometía juventud eterna, o al menos eso parecía. Así que, ¡puedo entender la tentación de probar un retoque! Pero, ¿qué significa eso realmente?

La delgada línea entre lo estético y lo patológico

Es importante resaltar que los procedimientos estéticos, que antes se consideraban banales, ahora se clasifican como patologías. ¡Sí, así de seria se ha vuelto la cosa! Y no me malinterpreten: no estoy diciendo que todos deban optar por un tratamiento o que los que lo hacen están mal. La clave radica en el equilibrio. Tener una buena autoestima puede ser transformador, pero hay que tener cuidado para que no se convierta en una obsesión.

Riesgos a tener en cuenta

Como cualquier procedimiento, la medicina estética conlleva riesgos. El Dr. López-Pitalúa menciona que a menudo, cuando el paciente no obtiene el resultado deseado, la frustración puede llevar a sentimientos de culpa. ¡Eso es lo último que necesitas después de invertir tanto tiempo y dinero! Cuando algo sale mal, tiendes a mirar al espejo y pensar: “¿Qué he hecho?”.

¿Puedo compartir un secreto? Una vez me hice un pequeño cambio en el cabello y, después de ver el resultado, no sabía si reír o llorar. La vida se convirtió en un viaje de miedos, inseguridades y más risas. Al final, si no te haces la pregunta crítica: “¿Este resultado refleja quién soy yo?” es probable que termines en un viaje lleno de altibajos y cambios inesperados.

Minimizando riesgos y maximizando resultados

El Dr. López-Pitalúa insiste en que, por encima de todo, debe haber una buena comunicación entre el médico y el paciente. ¿Quién no ha tenido malentendidos? Una comunicación clara puede hacer la diferencia entre un resultado satisfactorio y una pesadilla estética.

  • Investiga: No dejes que un “Black Friday” o una “bótox party” te lleve a tomar decisiones a la ligera. Dedicarse al autocuidado es importante, pero asegúrate de saber el quién, qué y cómo de cada procedimiento.
  • Habla con el profesional: Si no te sientes cómodo con lo que te dicen los especialistas, busca a otro. No deberías sentirte presionado a hacer algo que no quieres realmente; ser honesto contigo mismo siempre debe estar en primer lugar.

  • Sé consciente de las modas: Recuerda que las tendencias vienen y van. Lo que está de moda ahora podría no serlo mañana, y esos labios “rusos” pueden transformarse en un futuro look de perrito arrugado. A veces “menos es más” es la mejor filosofía.

La esencia de la medicina estética

Para el Dr. López-Pitalúa, la medicina estética es más que una serie de procedimientos. Es una herramienta para mejorar la autoestima y el bienestar. Es como recibir una palma en la espalda que te dice “¡Te ves genial hoy!” Pero, al mismo tiempo, no puedes esperar que todo se resuelva con un retoque. La transformación real parte de dentro.

Recuerda, no necesitas un cambio drástico para sentirte mejor contigo mismo. Hay días en que simplemente mirarte en el espejo y sonreír es suficiente.

Reflexiones finales: ¿qué harás tú?

Así que ahí lo tienes: la medicina estética puede ser una herramienta valiosas cuando la utilizamos con conocimiento y precaución. Pero como decía mi abuela: “No todo lo que brilla es oro”. Las decisiones estéticas son personales y deben hacerse consciente y reflexivamente.

Y tú, ¿te atreverías a explorar este mundo fascinante y complicado? La próxima vez que pienses en un retoque, quizás deberías preguntarte: “¿Este cambio me representa verdaderamente?” Con esto en mente, ¡te deseo éxito en tu viaje hacia la belleza!