La música clásica siempre ha tenido su propio tipo de magia. Desde las armonías de Bach hasta las melodías de Beethoven, cada nota cuenta una historia. Sin embargo, el reciente Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena no solo nos ofreció una experiencia musical, sino que también se convirtió en un hito en la historia de la música. Después de 85 ediciones y más de mil piezas interpretadas, este año marca la primera vez que el repertorio incluye una obra de una compositora, la austríaca Constanze Geiger. ¿Cómo pasó esto desapercibido por tanto tiempo? Y más crucialmente, ¿qué significa este cambio para el futuro de la música clásica?

Un vals inolvidable que desafía la historia

El Ferdinandus-Walzer, compuesto por Geiger a la tierna edad de 12 años, fue la joya menos esperada de un concierto que, por décadas, había estado dominado por los pesares y músicas de la famosa familia Strauss. De hecho, esta obra, que permanece en la sombra durante más de 175 años, cobró vida este año en una celebración que es vista en casi 100 países. ¡Increíble, ¿verdad?! Un vals de menos de seis minutos dispara no solo un cambio en la programación, sino también una conversación sobre la representación femenina en el mundo de la música clásica.

Riccardo Muti, un director que desafía las convenciones y, según él mismo señala, no eligió la obra de Geiger por ser la de una mujer, sino por su «valor artístico», marcó esto con claridad. Pero, honestamente, ¿podemos ignorar el contexto histórico? El Concierto de Año Nuevo ha sido, durante mucho tiempo, un espacio donde el monopolio masculino ha reinado sin cuestionamiento. ¿Es este el primer paso hacia una inclusión real?

La ausencia femenina en el mundo de la música clásica

Es sorprendente saber que Geiger, quien también se destacó como pianista y actriz, compartió una relación cercana con la familia Strauss, incluso siendo admirada por Johann Strauss padre. Sin embargo, a pesar de su, digamos, prodigio musical, decidió alejarse de la composición tras casarse a los 25 años. Y es aquí donde la historia se torna más agridulce. ¿Cuántas mujeres talentosas han debido renunciar a sus pasiones en función de las expectativas sociales?

Hasta 1997, las mujeres no podían formar parte de la Filarmónica de Viena. Esta orquesta emblemática ha sostenido un largo camino hacia la diversidad y hasta ahora solo el 15 % de sus integrantes son mujeres. Lo que aparentemente sería un avance, es simplemente un recordatorio de cuánto trabajo queda por hacer.

Riccardo Muti: el director que desafía la edad

A sus 83 años, Muti dirigió este concierto por séptima vez, consolidándose como el director vivo que más veces ha liderado este recital anual. Durante el concierto, su energía y dedicación eran palpables. Extrañamente, me regreso a una anécdota de mis clases de música en la escuela secundaria, donde un maestro mayor a Muti insistía en que «la música no tiene edad». A veces sentía que no podía seguir el ritmo de sus ansiedades por compartir el arte. Pues bien, al ver a Muti, uno se da cuenta de que la pasión tiene un poder inmenso.

Muti es el tipo de director que puede hacer que te rías y llorar al mismo tiempo. ¿Quién más puede desear “paz, fraternidad y amor” en un evento de tal magnitud? Su estilo elegante se conjuga con la música, creando un espacio donde los músicos y el público se conectan profundamente. Honestamente, ¿no es eso lo que todos buscamos?

La música de Johann Strauss: un viaje en el tiempo

Este año, se conmemoraron 200 años del nacimiento de Johann Strauss hijo, conocido como «el rey del vals». Durante el concierto, el recuerdo de Strauss no solo resonó a través de sus más grandes éxitos, sino que se hizo palpable en cada rincón. Con una mezcla de nostalgia y celebración, Muti y la orquesta incluyeron nada menos que ocho de las composiciones de Strauss. ¿Puede haber una celebración más vibrante que esa?

El evento también incluyó una pieza de ballet, coreografiada por la británica Cathy Marston, que añadió un encanto visual al espectáculo. Recuerdo haber asistido a un festival de danza una vez, y cómo me impresiona que un solo momento pueda contar una historia a través del movimiento. ¿No es la música clásica similar? La danza y la música se entrelazan y, en este caso, se unieron para celebrar un legado.

Innovaciones y homenajes: un futuro brillante

El Concierto de Año Nuevo no sería lo que es sin la rica tradición que envuelve cada evento. Este año, se proyectó un filme titulado 2025 – A Strauss Odyssey, que representaba un viaje por la vida y obra de Johann Strauss hijo. En un video de arte que recuerda a 2001: Odisea en el espacio, el impacto de la narrativa visual se sumó a la experiencia musical, ofreciendo un enfoque innovador que seguramente resonará con el público joven que busca conectar la música clásica con narrativas modernas.

La participación de la historia y el arte en el Concierto de Año Nuevo ayuda a trascender la experiencia. ¿Y no nos recuerda eso a todos los momentos en que una canción se entrelaza con una historia personal? Como aquella vez que escuché El Danubio Azul de Strauss, me transportó a un verano olvidado. La música tiene ese poder; puede unir generaciones y eliminar barreras.

Reflexiones finales: un paso hacia adelante

Al final, la música no se trata solo de las notas que escuchamos, sino de las historias que llevamos y de cómo éstas se entrelazan. ¿Cuántos de nosotros hemos sentido que nuestra voz no fue escuchada? El Concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena de este año es un recordatorio poderoso de que el arte puede y debe evolucionar.

La inclusión del Ferdinandus-Walzer no es solo un paso hacia la representación femenina en la música clásica, sino un simbolismo de lo que está por venir. Tal vez, cuando mire hacia atrás, no recordaré solo el vals, sino todo lo que representa. Entonces, ¿podemos esperar más cambios en el mundo de la música clásica? Solo el tiempo lo dirá.

¡Y quién sabe! Quizá un día yo mismo dirija un concierto, orquestando un propio vals para ser recordado en la historia… Aunque, por supuesto, necesitaría un par de años de experiencia primero.

Así que, ¡brindemos por el futuro de la música y por todas las voces que están listas para ser escuchadas! ¿No es la música simplemente lo que hace latir el corazón? 🎶