La dehesa de Tablada, ese vasto terreno al suroeste de Sevilla que alguna vez respiró los anhelos de la aviación a principios del siglo XX, se encuentra hoy en una encrucijada que podría definir el futuro de la ciudad. Con el eco del graf Zeppelin aún resonando en la memoria colectiva, el falso “despertar” urbanístico ha vuelto a ser puesto sobre la mesa por el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz. Pero, ¿es realmente sabio abrir de nuevo el debate sobre la urbanización de un área con tan alto riesgo de inundación? ¿No sería más sensato abrazar su biodiversidad y seguir disfrutando de su belleza natural? Vamos a desgranarlo todo.
La historia de Tablada: Entre sueños aeronáuticos y realidades húmedas
Para quien no esté familiarizado, Tablada no es solo un terreno deshabitado; es un capítulo fascinante en la historia de la aviación en Andalucía. En 1910, los primeros vuelos comenzaron a surcar los cielos de esta dehesa. Imagina el asombro de las personas mirando hacia arriba al ver esas majestuosas aeronaves volando en un tiempo donde los viajes aéreos eran más ciencia ficción que rutina. Pero hoy, 113 años después, el único tráfico que podemos observar son ovejas paseando despreocupadamente por el área. Tal vez el verdadero «vuelo» sea disfrutar de la naturaleza en plena paz, ¿no creen?
Sin embargo, el terreno atraviesa una especie de «resurgimiento» con la reciente mención del alcalde. Ha sido un vaivén emocional que, de ser un apasionante libro de historia, se podría titular: «Las aventuras y desventuras de un terreno maldito». En 1997, el Ministerio de Defensa vendió la dehesa, que poco a poco fue vendida de nuevo, nutriendo las esperanzas de que algún día se convirtiera en una próspera urbanización. Pero el PGOU de 2006 lo echó todo por tierra, declarándolo «terreno no urbanizable de especial protección». Pero claro, como cualquier buen cuento, no está dicho que no habrá un nuevo giro de trama.
Riesgos en el camino: una zona inundable con probabilidad de desastre
Al tratarse de un área catalogada como «zona inundable», lo primero que nos viene a la mente es la advertencia. Según el catedrático de Geografía de la Universidad de Sevilla, Leandro del Moral, el Guadalquivir puede traer consigo serios problemas si el caudal se presenta desbordado. Aquí puede ir un dato interesante: para que Tablada empiece a inundarse, el Guadalquivir tendría que llevar entre 3.500 y 4.000 hectómetros cúbicos de caudal. Para ponerlo en perspectiva, eso es como si tuvieras una fiesta de cumpleaños y, de repente, alguien decide llenar la piscina de pelotas, pero con demasiadas, hasta que empiezan a salirse por la borda. ¡Una fiesta desbordada nunca es buena!
Recientemente, las tragedias en Valencia han encendido alarmas sobre este tema. Después de ver cómo dos centenares de personas perdieron la vida debido a inundaciones, uno podría preguntarse: ¿realmente queremos arriesgarnos a convertir nuestra ciudad en otro escenario de desastre? No quiero parecer un aguafiestas, pero traigo a colación la idea de que la naturaleza puede ser caprichosa y, por desgracia, cruel.
El dilema entre urbanización y biodiversidad
Es el clásico dilema del «progreso contra la naturaleza». Por un lado, tenemos a algunos entusiastas de la construcción que sueñan con 15,000 viviendas. ¿Alguna vez se han preguntado qué harían esas casas con el ecosistema que ahora habita en Tablada? Espacios donde antes se posaban las aves ahora serían reemplazados por apartamentos de lujo y tiendas de conveniencia. Pero, ¿realmente queremos eso? ¿Está la ciudad de Sevilla lista para perder una reserva de biodiversidad y refugio para especies como la nutria, el zorro y hasta 114 especies de aves? Esa es una excelente pregunta para reflexionar.
Hablando de fauna local, no puedo evitar recordar una tarde en la que decidí hacer un paseo por la dehesa. Mientras caminaba, un grupo de ciclistas pasaron por la senda y, para mi sorpresa, un pequeño zorro cruzó la ruta como si fuera el anfitrión del lugar. ¡Vaya espectáculo! Eso es lo que la dehesa representa: un ecosistema vibrante que, al menos para mí, es mucho más hermoso que cualquier edificio de diez pisos que podría levantarse allí. Imaginen tener que decirles a los niños del futuro que esos zorrillos ahora son sólo un recuerdo; no debería ser un legado que queremos dejar.
Los movimientos en la mesa política: un juego de ajedrez urbanístico
Bajo la dirección de Sanz, la idea de urbanizar Tablada no ha caído en oídos sordos. Al contrario, ha comenzado a resonar en las altas esferas de la Junta de Andalucía que, en privado, no ven con malos ojos este proyecto. ¿Quizás ven un rayo de esperanza en medio de años de bloqueos en la expansión urbanística de Sevilla? Tal vez lo ven como una forma de añadir un nuevo barrio con todos los lujos, ¡hasta un Starbucks en cada esquina! Pero quizás se olvidan de que este barrio podría estar bajo agua y con una comunidad en alerta constante.
La lógica detrás de esta propuesta parece ser un tanto irrisoria: «compatible el uso medioambiental con un nuevo barrio”. En otras palabras, tú puedes tener tu pastel y comerlo también, ¿verdad? Hasta sería divertido ver cómo se intenta convencer al público de que la naturaleza y la urbanización pueden coexistir en perfecta armonía. Es un poco como intentar hacer malabares con tres pelotas mientras tratas de mantener una relación amorosa a distancia. Spoiler: por lo general, termina en caos.
Proyectos de infraestructura que podrían cambiar el juego
Volviendo al geógrafo Del Moral, hay esperanzas de que, mediante un nuevo estudio hidrológico y una serie de obras hidráulicas, se pueda convertir parte de Tablada en algo mucho más seguro para el urbanismo. Sin embargo, eso implica un compromiso serio de la administración y, sobre todo, efectividad en la implementación de dichas obras. Si lo han hecho en otras zonas de la ciudad, ¿por qué no hacerlo aquí?
No podemos olvidar que la SE-30 que bordea la dehesa también es un muro de defensa contra las inundaciones. Sin embargo, si se modifica, podría tener un efecto inverso y elevar el riesgo de inundación en otras zonas, como San Juan de Aznalfarache. La planificación urbana es un juego de malabares, pero este es un riesgo del tipo que la ciudad no se puede permitir.
Mirando al futuro: la necesidad de una solución equilibrada
A medida que avanza el tiempo y el clima sigue cambiando, es crucial encontrar soluciones equilibradas que protejan el medio ambiente mientras permiten un desarrollo sensato. La dehesa de Tablada debería ser un modelo de preservación en lugar de un campo de batalla entre urbanistas y ecologistas. ¿Es demasiado pedir que se respete un espacio que ha demostrado ser vital para la biodiversidad local?
El sueño de un Sevilla más verde y más sostenible puede ser más que una ilusión. Dediquémonos a la conservación y la creación de parques periurbanos que ofrezcan espacios recreativos a la comunidad. En lugar de convertir el área en un mar de hormigón, imaginemos zonas donde las familias puedan disfrutar de un picnic, estudiantes puedan volar cometas, y las aves pudieran continuar cantando su melodía sin interrupciones.
En conclusión: buscando un camino hacia adelante
La dehesa de Tablada representa un dilema central en la relación entre la urbanización y la conservación del medio ambiente. Hay mucho en juego: tanto el futuro de Sevilla como la rica biodiversidad que alberga esta llanura. Este es un momento crucial y, aunque encantador pensar que el progreso puede coexistir con la naturaleza, es importantísimo no perder de vista las consecuencias de nuestras decisiones.
Quizás, la lección que debemos aprender aquí es que, a veces, es mejor dejar que la naturaleza siga su curso, en lugar de intentar moldearla a nuestra voluntad. Como siempre, la comunidad debe tener voz en las decisiones que afectan su futuro y el de su entorno. ¿Está Sevilla lista para regresar a sus raíces? Tal vez sí; solo tenemos que volver a conectar con esa parte de nosotros que entiende la importancia de lo natural. Al fin y al cabo, la humanidad y la naturaleza deberían ser amigas, no enemigas.
Así que, amigos lectores, mientras la política y la ecología se encuentran en este enredo, les invito a reflexionar sobre cuán valiosa es la dehesa de Tablada. Espero que, juntos, podamos encontrar un camino que abogue por la conservación y el bienestar del medio ambiente. ¿Qué piensan ustedes?