La relación entre las telecomunicaciones y el streaming en España ha pasado de ser un romance a una historia de amor consolidada. Si has estado viviendo debajo de una piedra (o, peor aún, sin internet), es posible que no te hayas dado cuenta del meteórico ascenso de plataformas como Netflix, Disney+, y Prime Video en combinación con los grandes proveedores de telecomunicaciones. Pero, ¿qué ha desencadenado esta unión? Vamos a sumergirnos en el fenómeno actual del entretenimiento y cómo las telecos están transformando la forma en la que consumimos contenido.

Desde redes tensas a colaboraciones estratégicas

Recordemos aquella época no tan lejana en la que todos estábamos enojados, ya que ¡ah, los precios de las tarifas de teléfonos móviles! Por un lado, tenías a las operadoras buscando su lugar en un mundo donde la gente prefería ver series en sus smartphones y, por otro, las plataformas de streaming intentando emerger en un mercado «saturado». Precisamente, este camino a la colaboración comenzó cuando Netflix aterrizó en España en 2016, acompañado de un tratado de exclusividad con Vodafone que dejó a muchos boquiabiertos.

Al igual que una buena serie, esta historia ha tenido giros inesperados. Netflix ha estado en el centro de atención por sus servicios de pago, pero ahora se presenta una versión más económica: la suscripción con anuncios. ¿Era esto lo que necesitábamos? La llegada de ofertas que incluyen Netflix por tarifas tan bajas como 25 euros en Lowi, una filial de Vodafone, es un cambio notable que podría cambiar las reglas del juego en el mercado.

El 40,7% de los hogares españoles y la revolución de los paquetes de streaming

Los números son el reflejo de la realidad y, si nos remitimos a los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), el 40,7% de los hogares en España ya están utilizando su operador para acceder a algún servicio de streaming. Esto ya dice mucho de cómo ha cambiado el paisaje del entretenimiento, donde las telecos y las plataformas se han convertido en aliados inesperados.

Y aquí es donde se pone interesante: los clientes que compran paquetes que incluyen televisión son más leales y, para colmo, son los únicos que tienen sus precios en aumento. ¡Vaya paradoja! ¿Quién habría pensado que la televisión de pago tradicional tendría un declive de tal magnitud? Pero claro, con la explosión de plataformas como Disney+ y Max, los operadores han tenido que evolucionar para mantener su cliente en la palma de su mano.

Las nuevas apuestas de las telecos

Como cualquier buena serie, las telecos han hecho cambios significativos en su estrategia en los últimos años. En un principio, se enfocaron en acuerdos exclusivos, pero con el tiempo, este enfoque se ha vuelto más flexible. ¿Por qué? Porque el enfoque exclusivo ya no está de moda. Actualmente, todos están buscando la forma de ofrecer una variedad de opciones en modelos que abarcan desde el bajo coste hasta tarifas más premium.

Por ejemplo, Digi, el que es considerado el rey de las altas, todavía no ha lanzado su propio servicio de streaming, aunque ha prometido que llegará «en los próximos meses». Es como tener la tentación de comerse un buen helado, pero que, en lugar de helado, te den solo el cucurucho vacío. Mientras tanto, opciones como Finetwork ofrecen la Segunda División gratis y Avatel te regala Amazon Prime si te atreves a firmar un compromiso de 12 meses.

La competencia se intensifica

Subiendo un poco los precios, las marcas de Masorange están ofreciendo todo un arsenal de opciones por alrededor de 45 euros, incluyendo Amazon Prime, Max, y Netflix en su oferta. Pero aquí viene el truco de la temporada: después de un año, esos precios pueden dispararse hasta los 76 euros. ¡Es como si te invitan a una fiesta increíble y luego te dicen que la cuenta corre por tu cuenta después de un año de diversión!

No obstante, no todo se reduce a la competencia entre las plataformas de streaming y los servicios de telecomunicaciones. La marca O2, bajo el paraguas de Telefónica, también ha empezado a captar su trozo del pastel. Aunque actualmente no ofrece plataformas de streaming, su estrategia se centra en ofertar el servicio de Movistar Plus+ a aquellos que quieren disfrutar del contenido.

¿Qué significa todo esto para el usuario?

Desde un punto de vista del consumidor, estas ofertas pueden parecer un sueño hecho realidad. Imagina: internet, televisión y móvil en un solo paquete por un precio que no romperá el banco. Pero como sí, siempre hay un “pero” en la historia. Con tantos servicios y opciones, la pregunta que surge es: ¿realmente es necesario ofrecer todos estos paquetes?

Lo admito, soy un consumista empedernido. Y no puedo evitar pensar en cómo, en la actualidad, me encuentro en un mar de opciones, donde ya no sé si estoy pagando más por las series que realmente veo o si estoy gastando por aquellas que solo tengo en mi lista para ver «algún día». ¿Te suena familiar?

El futuro del consumo de contenido

Así como las cosas tienden a converger (recordemos la llegada de la televisión 5G), las telecos y las plataformas de streaming probablemente seguirán colaborando para ofrecer productos cada vez más atractivos. Para los usuarios como tú y como yo, esto no puede ser más que una excelente noticia. Sin embargo, tenemos que mantener los ojos bien abiertos para no navegar hacia otras trampas que puedan surgir.

Las plataformas están destinando una mayor parte de su inversión en lograr acuerdos con operadores de telecomunicaciones que no solo incluyen contenido gratis, sino también lanzamientos en streaming exclusivos. La buena noticia es que parece que la competencia se intensificará aún más, lo que nos llevará a un panorama donde cada vez será más difícil elegir entre los diferentes actores del mercado.

Una conclusión reflexiva

En un mundo donde el streaming ha ido desplazando a la televisión tradicional, la relación entre telecomunicaciones y plataformas de streaming se ha vuelto más relevante que nunca. Es fascinante observar esta evolución mientras cada vez más personas quedan enganchadas a sus series y películas favoritas a precios que antes nos hubieran parecido disparatados.

Sin embargo, entre tantas opciones, hay un suave recordatorio: ¿estamos realmente disfrutando del contenido que consumimos o simplemente lo hacemos por el ruido del mercado?

Quizás deberíamos preguntarnos qué es lo que realmente aporta valor a nuestro tiempo y a nuestras vidas. Después de todo, en un universo tan vasto como el del entretenimiento, es fácil perderse. Pero te prometo que, si mantienes el rumbo claro y seleccionas con cuidado lo que realmente quieres consumir, puedes disfrutar de este viaje sin que el precio se convierta en tu principal preocupación. ¡Feliz visionado!