El mundo del entretenimiento siempre ha encontrado formas ingeniosas de darle la vuelta a historias ya contadas. ¿Alguna vez te has preguntado qué pasaría si, en lugar de seguir la historia del héroe, la narrativa se centrara en el villano? Este es el ejercicio que propone Wicked, la aclamada obra que ha estado en las tablas durante más de 20 años y que ahora da el salto al cine, bajo la dirección de Jon M. Chu y con las voces de Ariana Grande y Cynthia Erivo. Pero a medida que se proyecta la primera parte de esta adaptación cinematográfica, surgen una serie de interrogantes que van más allá de la trama. Acompáñame en este camino lleno de magia, risas y una pizca de crítica social.

¿Qué hace a wicked tan interesante?

Cuando escuchamos el nombre de Wicked, lo primero que puede venir a nuestra mente es la famosa obra musical que reimaginó el universo de El mago de Oz. Publicada por Gregory Maguire en 1995 como un libro derivado, esta historia presenta a Elphaba, la bruja del Oeste, bajo una luz completamente diferente. En lugar de ser la malvada de la historia, descubrimos que su vida y decisiones están influenciadas por la discriminación y los juicios que enfrenta por ser diferente.

En esencia, ¿no es eso lo que todos buscamos en una buena historia? Un enfoque que nos haga reflexionar sobre nuestras propias percepciones de lo que es bueno y malo. Pero, claro, con la película parece que se ha perdido un poco de esta magia original.

Regresando a nuestras raíces: el mago de oz

Para apreciar la magnificencia de Wicked, es crucial revisar sus raíces. El mago de Oz, un clásico de 1939, sigue siendo uno de los pilares del cine. Con Judy Garland como Dorothy, la historia de la niña que es llevada a un mundo de fantasía sigue resonando en generaciones enteras. Allí, encontramos lecciones sobre la amistad, la valentía y el poder de creer en uno mismo. Al final, nos dejaron un mensaje hermoso: «No hay lugar como el hogar».

Sin embargo, en la era de la posmodernidad, donde las narrativas se mezclan y reinterpretan, se abren puertas para explorar preguntas más complejas. ¿Por qué las historias de las malvadas nunca son contadas? ¿Qué las llevó a convertirse en los villanos que conocemos? Es aquí donde Wicked entra en juego, prometiendo responder a estas preguntas.

La adaptación cinematográfica: ¿Un nuevo giro?

Cuando supimos que Ariana Grande y Cynthia Erivo serían las protagonistas, la comunidad rápidamente comenzó a debatir sobre lo que podría significar esto. Por un lado, tenemos a Grande, conocida por su estilo pop y su impresionante rango vocal, y por otro, Erivo, reconocida por su actuación en Harriet y su voz poderosa. Al principio, parece un elenco que podría hacer maravillas, pero la realidad es mucho más matizada.

Como primer dato curioso, he de confesar que cuando vi el tráiler por primera vez, me sentí como un niño pequeño en una tienda de caramelos. Todo parecía tan brillante, tan lleno de color, que no pude evitar preguntarme: ¿realmente necesito más música, o este musical se resolverá en un sinfín de canciones que se olvidarán en dos días?

Y, tal vez ahí está la trampa. Con una duración de casi tres horas, esta primera parte se perfila como una mezcla de aventura mágica, dilemas adolescentes y, sí, un buen toque de humor. Sin embargo, lo que el tráiler no muestra son las preguntas más profundas planteadas por la historia.

De la escuela de magia a las redes sociales

En el aspecto visual, Wicked busca atraer a jóvenes y adultos. Sin embargo, las implicaciones de la historia han generado debates. En una escena que fácilmente podría evocar un «rollo de comedia de instituto», como si estuviéramos viendo un episodio de High School Musical, encontramos a Elphaba lidiando con su piel verde en un mundo que, teóricamente, debería estar más allá de tales prejuicios.

La idea de que un personaje pueda tener poderes mágicos, pero aún enfrentar rechazo por ser diferente, plantea una pregunta profunda: ¿realmente hemos avanzado tanto como sociedad? Esto me recuerda una anécdota en la que un amigo mío, muy entusiasta de los superhéroes, me decía que «en el fondo, todos los villanos quieren lo mismo que los héroes; solo que sus métodos son cuestionables». Así que, ¿a qué precio está esa popularidad en un mundo que alardea de ser inclusivo?

La representación y su importancia

La elección de Erivo para interpretar a Elphaba ha generado controversia. Aquí es donde entran en juego las dinámicas de representación y racismo. Pintar a una actriz negra de verde, en un mundo lleno de brujas y magia, ¿es realmente la mejor forma de abordar la diferencia? La idea de un cambio radical en la representación es fundamental, pero en este caso, plantea interrogantes indiscutibles.

Este es un excelente momento para reflexionar: en un mundo donde se celebran las diversidades, ¿por qué aún luchamos por aceptar lo que es diferente?

Por supuesto, esto no quiere decir que la historia no sea entretenida. Gran parte del humor de Ariana Grande como Glinda se apoya en la superficialidad de su personaje. Ella, con su carácter burbujeante, encarna a la reina de las fiestas de baile mientras muestra una apariencia deslumbrante. Pero, ¿hay algo más allá de su risa y canciones pegajosas?

La crítica musical: ¿Catalizador de la historia o ruido de fondo?

Es aquí donde se produce un choque. Las canciones parecen seguir un patrón predecible, como si utilizaran fórmulas del pasado que ya no resuenan. Quizá lo más complicado de aceptar es que en un musical como Wicked, que debería ser todo un espectáculo, lo que se escucha no siempre es memorable.

No puedo evitar reírme al recordar cuando intenté cantar (o más bien gritar) «Defying Gravity» en una de mis noches de karaoke. Déjenme decirles que mis intentos de llegar a esas notas altas fueron tan exitosos como intentar volar como un sombrero volador. ¿A quién engaño? Pero eso es lo que hace que el karaoke sea tan divertido; todos nos convertimos en estrellas, al menos por una noche.

La magia de la narrativa: ¿más allá de la superficialidad?

A medida que el lucimiento visual de Wicked nos envuelve, es vital recordar la promesa de la trama. La historia tiene el potencial de ofrecer un comentario social importante, pero puede verse arrastrada por su afán de ser «cool» y actual. En el contexto actual, ¿qué lecciones podemos extraer de una película que oscila entre la superficialidad y un mensaje más profundo sobre la inclusión y la aceptación?

La esperanza es que los espectadores, al salir del cine, no solo habrán disfrutado de un buen rato, sino que habrán reflexionado sobre el verdadero significado detrás de esta fábula moderna. Mi deseo, de corazón, es que cuando las luces se apaguen y los créditos comiencen a rodar, el púbico se quede pensando: «Quizás, solo quizás, todas las brujas tienen una historia que contar».

Conclusiones: una obra en constante evolución

En resumen, mientras Wicked continúa su legado en el ámbito teatral y cinematográfico, hay una serie de preguntas que permanecen sin respuesta: ¿Está nuestra sociedad lista para aceptar a quienes son diferentes? ¿Estamos dispuestos a reflexionar y explorar más allá de lo evidente? Las narrativas actuales parecen invitarnos a hacer estas valiosas reflexiones, y eso es lo que convierte a producciones como Wicked en piezas flamantes y necesarias en nuestra cultura.

Al final, al igual que Elphaba, todos tenemos la capacidad de volar alto, o al menos de gustar de la música mientras lo intentamos. Y si el camino nos lleva a una ciudad esmeralda o a un mundo lleno de magia, quiero recordarte que, como dice la famosa canción: «No hay lugar como el hogar», así que ¡disfrutemos el viaje!