En los últimos años, el mundo del café en Madrid ha experimentado una evolución fascinante. ¿Quién diría que el café, una bebida tan común, podría convertirse en un tema de conversación tan popular? Desde que la pandemia nos encerró, parece que todos hemos aprendido a aprecialo un poco más. Nos hemos vuelto profesionales del café en nuestras propias casas, y quizás también en la mayoría de las cafeterías de la ciudad. Hoy vamos a explorar la tercera ola del café, ese movimiento que viene más allá de solo propiciar una bebida caliente. Aquí, cada taza cuenta una historia.
La tercera ola del café: ¿qué es y por qué está aquí?
Para quienes no están familiarizados con el término, la tercera ola del café se refiere a un movimiento que pone en el centro de la experiencia del café el cuidado en su producción. Mientras que en el pasado la bebida era simplemente una fuente de cafeína, hoy se habla de baristas como si fueran artistas, de tuestes realizados con precisión científica y de cafés que provienen de fincas específicas con sus propias historias y sabores.
Imagina la escena: un barista en una cafetería de moda toma granos de café de una zona específica de Guatemala, los tuesta con esmero y luego los prepara con rigurosidad. El resultado no es solo una bebida, es una experiencia sensorial. Te aseguro que el café que puedes encontrar en esta nueva onda no tiene nada que ver con el torrefacto que servían tus abuelos (que a veces daba la sensación de estar bebiendo carbón caliente).
Los números no mienten
Según datos de la Asociación Española del Café (AECafé), el 2% del consumo de café en España es de especialidad, mientras que en EE.UU. este porcentaje ha aumentado un 37% en 20 años. ¡Y todo esto se traduce en 66 millones de tazas al año en nuestro país! Si piensas en ello, ¡imagina la cantidad de cafeteras que han tenido que hilar fino para dar ese gusto del que todos hablamos!
Una ventana a la historia: de lo básico a lo sofisticado
Uno de los testimonios más interesantes es el de Dara Santana, ingeniera química y miembro del jurado de ‘The World’s 100 Best Coffee Shops’. Dijo una vez que el ambiente de las cafeterías ha cambiado realmente. En sus palabras, esto no es solo una tendencia “cool”. La gente joven busca conocer el origen de su café, desarrollar un gusto por los diferentes matices y notar las diferencias de una cosecha a otra. ¡Descubrir que un café de Colombia es más suave que uno de Etiopía puede ser un viaje sensorial increíble!
Y si echamos un vistazo al Hola Coffee, ubicado en la calle Lagasca, la experiencia se eleva a otro nivel. Pablo Caballero, co-propietario del lugar, menciona que muchos clientes inician con el café de Brasil porque tiene un sabor más suave. Hacer este recorrido por el café no solo es una exploración del material, sino incluso de la cultura misma de la zona de donde proviene.
Cafeterías que se han convertido en destinos
Una visita a Madrid ahora no está completa sin una parada en una de sus cafeterías de especialidad. De hecho, en algunos de estos lugares, podrías gastar lo mismo que gastarías en una buena copa de vino. ¿Y por qué no? Como dice César Ramírez, creador del Coffee Fest, “si nadie cuestiona por qué pagamos más por un buen vino o jamón, no deberíamos cuestionarlo al consumir café”.
Café Geisha: el lujo en tu taza
Un mentor del mundo del café es Juan Valencia, dueño de Geisha Coffee, que toma su nombre de una variedad de café extremadamente apreciada. La fama y el precio de esta bebida pueden llevar a que un kilo cueste más de 9.000 euros en subasta. Suena un poco extremo, ¿verdad? Pero cuando conversas con quienes lo sirven, entiendes que la calidad de esta bebida la convierte en un verdadero deleite.
¿Te imaginas gastar esa cantidad de dinero en un café? ¿Realmente vale la pena? Quien lo ha probado lo asegura. Esto nos lleva a dudar: ¿la calidad realmente se traduce en un alto precio o es una mera estrategia de marketing? Cuando hablaba con Juan, no podía evitar preguntarle si era el sabor o la experiencia que valía esos euros. La respuesta: es un poco de ambas.
Un cambio sociológico: el café en la vida cotidiana
Es interesante ver cómo la experiencia de un simple café puede estar ligada a un cambio sociológico en nuestra cultura. La forma en que los jóvenes hoy piensan sobre su café —y lo hacen parte de su vida— parece más una ritual que un simple acto de consumo. Desde el Café 1000 Cups en Tetuán hasta varios rincones de Lavapiés, el fenómeno del café de especialidad ha transformado completamente la percepción del café en Madrid.
Agustín Fernández, propietario de 1000 Cups, nos señala una nueva esperanza en la industria del café. «Hemos puesto una pica en Tetuán», dice. Este pequeño barrio ha pasado de ser un lugar donde el torrefacto reinaba, a uno donde se celebran reuniones sociales sobre la pureza del café. ¡Es todo un viaje! Lo que solía ser un café de fondo —casi olvidable— ahora se convierte en el centro de atención.
Más que una bebida: un estilo de vida
Despertar el interés por este tipo de café se ha vuelto un estilo de vida. Cada vez más personas buscan esos lugares únicos que ofrecen no solo un buen café, sino también un ambiente agradable. Un lugar donde puedas hablar, relajarte, leer un libro o incluso sumergirte en la experiencia de un “Tonic Espresso” (un cóctel con café). Un lujo gourmet que no es solo beber, es vivir.
Kike Ying, dueño de Hanso Coffee, ha llevado esta filosofía a otro nivel, ofreciendo recetas innovadoras que parecen sacadas de un laboratorio creativo. Al final, nos estamos convirtiendo en una sociedad donde la excelencia es la norma. Las cafeterías no solo sirven café; ofrecen un espacio para desconectar y disfrutar de la vida.
Un futuro brillante para el café en Madrid
El futuro parece prometedor para el café de especialidad en Madrid. Cada vez más jóvenes se involucran en su preparación, y las innovaciones surgen cada día. Si bien el camino puede estar lleno de desafíos, el amor por el café parece más fuerte que nunca. La comunidad de amantes del café se está volviendo más unida y diversa, gracias a las redes sociales y al boca a boca.
Es reconfortante ver cómo pequeñas empresas, como las que hemos mencionado, están dejando su marca en este vasto océano de la cultura cafetera. Desde jóvenes baristas que sienten pasión por su oficio hasta propietarios que se lanzan con proyectos innovadores, todos están contribuyendo a un renacer del café.
En conclusión, el café ha dejado de ser un simple impulso de energía y ha evolucionado a algo mucho más profundo. Es un arte, una emoción y un viaje de sabores que todos podemos disfrutar. Y tú, la próxima vez que levantes tu taza de café, pregúntate: ¿de dónde viene? ¿cuál es su historia? Te aseguro que tu taza nunca volverá a ser la misma.
Así que, amigos, ¡sigan explorando el mundo del café! Después de todo, puede que encuentren su próxima aventura en cada sorbo. ¡Salud!