La Supercopa española se ha convertido en un escenario polémico, especialmente después de los indignantes incidentes ocurridos durante un partido en Yeda, Arabia Saudita, que no solo pusieron en cuestión la seguridad de los asistentes, sino que también tocaron un tema delicado: el acoso a mujeres. Pero, ¿qué hay detrás de este escándalo? Vamos a sumergirnos en esta compleja trama.
¿Qué sucedió realmente en Yeda?
Imaginemos una situación. Tu equipo favorito está a punto de jugar un partido crucial en una ciudad exótica. La emoción es palpable. Las familias viajan, los amigos se reúnen, y todos esperan vivir un gran día de fútbol. Sin embargo, la realidad se convierte en una pesadilla. En este caso, no se trató de una derrota deportiva, sino de una serie de incidentes inaceptables donde mujeres y niños fueron acosados y agredidos durante su visita al estadio.
Según informes, las mujeres de la expedición del Mallorca sufrieron situaciones terribles, incluyendo tocamientos y fotografías no solicitadas. Recuerdo una vez que fui a un concierto y terminé en la primera fila, rodeado de personas sin control. La emoción rápidamente se tornó en incomodidad. Ahora, imagina eso multiplicado por mil, con un grupo de gente y la culpa de que todo eso ocurriera porque las autoridades no podían garantizar la seguridad.
El presidente de la Federación de Fútbol no solo se hizo de la vista gorda, sino que intentó minimizar la gravedad de lo que ocurrió. Y frente a esto, no puedo evitar preguntarme: ¿realmente es tan difícil reconocer que hay un problema? Como diría mi abuela, “Una vez el errante no es tonto, pero dos veces”.
La responsabilidad de la Federación y los clubes de fútbol
¿Quién es el verdadero responsable? La Federación de Fútbol tiene la tarea de garantizar la seguridad de todos los asistentes a los partidos, independientemente de su raza, género u origen. Sin embargo, en lugar de una respuesta enérgica que condenara el acoso, encontramos silencio. Una vez más, esta situación me recuerda a un amigo que siempre llega tarde a las fiestas y nunca se atreve a disculparse. Al final, todos lo olvidan, pero el desagrado persiste.
El contexto es complicado. Arabia Saudita ha estado intentando modernizar su imagen deportiva, integrando eventos internacionales. Sin embargo, parece que las garantías de seguridad aún no están a la altura. La expulsión del mal comportamiento no es solo un problema social, sino también un desafío que la Federación debe abordar con seriedad.
El silencio cómplice: el papel de los políticos
Mientras tanto, el papel de los políticos en este asunto es digno de un estudio aparte. Después de una controversia como la de Rubiales y Jenni Hermoso, donde el país entero se alzó indignado, nadie se atrevió a hablar sobre los incidentes sufridos por las familias asistentes a Yeda. ¿Por qué este silencio? Me recuerda a la tradición de la «fiesta de la verdad» en la que todos deslumbran con sus virtudes, pero jamás admiten sus defectos.
Los partidos políticos que presumen de ser feministas y defensores de los derechos han permanecido en un preocupante mutismo. Imagínate a los políticos como esos amigos que siempre hacen promesas, pero nunca cumplen. Eso sí, en las redes se ven activos mostrando su apoyo a las causas populares, pero en este caso, la situación parece requerir una detención profunda en su propio jardín.
El acoso en el deporte: un problema arraigado
No es un secreto que el acoso sexual y la violencia de género son problemas pervasivos en muchos ámbitos, incluidos los deportes. Varias mujeres han expresado su preocupación por la falta de protocolos adecuados para garantizar su seguridad. A menudo, estos incidentes se minimizan o pasan desapercibidos. ¿Es posible que estemos tan acostumbrados a vivir en un estado de complacencia que hemos perdido la capacidad de indignarnos?
Desde mi experiencia como aficionado, jamás he podido soportar el machismo que todavía persiste en el mundo del deporte. Me recuerdo en una final, donde había más bromas sobre las mujeres en las tribunas que en el mismo partido. Esa actitud debe cambiar, y cuanto antes lo hagamos, mejor será para todos. Pero, ¿cómo podemos hacerlo? Se necesita más educación, entrenamiento y, sobre todo, una voluntad firme por parte de todos los involucrados.
La reacciones de los clubes: ¿se olvidan de sus propios?
En estas últimas semanas, muchos clubes han sido criticados por no condenar adecuadamente los actos de acoso y la falta de seguridad. El Club Mallorca, que ha promovido siempre la idea de ser una “familia”, se ha encontrado en una situación muy incómoda. ¿Es eso lo que significa “familia”? Espero que no, porque si un club no puede proteger a sus seres queridos, ¿de verdad vale la pena ser parte de esa comunidad?
Me acuerdo de un compañero que en su grupo de amigos se las daba de gran soporte, pero cuando realmente lo necesitaba, desaparecía. El Mallorca debe hacer más que mirar para otro lado; necesitan ofrecer una respuesta. La unidad en los deportes se construye sobre la narrativa y el apoyo. Si hoy no defienden a sus propias familias, ¿quién lo hará mañana?
Reflexiones finales: el cambio comienza con nosotros
Es claro que el deporte en España y, por extensión, una parte del mundo necesita una sacudida. El escándalo de la Supercopa en Arabia es solo un punto en un mapa más grande lleno de preocupaciones. Los clubes y las federaciones deben asumir su papel de liderazgo y crear entornos seguros. La pregunta que queda es: ¿Estamos dispuestos a aceptar esta responsabilidad?
La respuesta está en el aire. Aquí es donde entramos nosotros como aficionados, aficionadas y humanos, para hacer ruido y exigir cambios.
Recuerden que el cambio comienza lentamente, pero juntos podemos correr la voz. La próxima vez que vayas a un partido, mantén la intensidad y el apoyo, pero también recuerda defender lo que es correcto. O quizás tú también quieras unirte a mí en esta lucha: ¡anímate! La historia del deporte está a punto de reescribirse, y tú podrías ser una parte fundamental de ella.