Las terapias de conversión son, sin duda, uno de los temas más controvertidos y dolorosos del panorama LGTBIQ+ en España. Aunque hace casi dos años el país dio un paso importante al ilegalizar estas pseudoterapias mediante la ley trans, aún persisten muchas sombras y realidades complicadas que deben ser exploradas. ¿Estamos realmente haciendo lo suficiente para proteger a las víctimas de estas prácticas aberrantes? Vamos a profundizar en este asunto, y prometo que habrá algo de humor (sutil, claro) y anécdotas personales que le darán un poco de sabor a la seriedad del tema.
Un poco de contexto: lo que son las terapias de conversión
Antes de entrar en materia, quizás deberíamos definir qué entendemos por terapias de conversión. En términos sencillos, estas son prácticas que buscan cambiar la orientación sexual o la identidad de género de las personas. Las técnicas pueden variar desde la terapia psicológica hasta métodos más grotescos y, honestamente, medievales que se han documentado a lo largo de la historia. Imagínate: hay quienes creen que pueden «rezar» la homosexualidad fuera de ti mientras tú solo intentas disfrutar de un buen día. Pasemos a algo más serio.
La ley trans en España: un rayo de esperanza
La ley trans (4/2023) es, sin lugar a dudas, un avance en la lucha por los derechos LGTBIQ+ en España. Sin embargo, como apunta Saúl Castro, presidente de la organización No es terapia, «se ha generado una cultura de impunidad». Esta ley prohíbe las terapias de conversión, pero à la luz de los hechos, parece que muchas de estas prácticas se siguen llevando a cabo, y no solo en la clandestinidad.
Imagina que estás caminando por la calle y de repente ves un cartel publicitario que dice “¡Cámbiate a la normalidad!” Te quedas pensando, “¿Y qué es la normalidad, exactamente?”, mientras recuerdas aquel bombón que te coqueteó en una fiesta y que por casualidad no era de tu «gusto». La realidad es que la sociedad ha evolucionado, pero todavía hay quienes están atrapados en un concepto de «normalidad» que se siente como un baño helado en invierno.
La falta de sanciones: una historia de inacción
Pese a que las terapias de conversión están penadas hasta con multas de 150.000 euros, poco o nada se ha hecho para aplicar estas sanciones. Mientras los legisladores debaten y discuten, las víctimas como Xavi Martínez Cal continúan sufriendo en la sombra. Xavi, quien fue sometido a estas dolorosas sesiones, expone una realidad palpable: “No somos casos nimios”. Su autenticidad y su voz resuena con la fuerza de quienes han sido literalmente torturados por su propia familia, amigos, e incluso figuras de autoridad en sus vidas.
¿No te resulta desgarrador? Por un momento, imagina estar en su lugar, cuestionando tu propia identidad a causa del rechazo ajeno. La ley trans ofrece un marco legal, pero ¿es suficiente si no se implementa de manera efectiva?
Cultura de impunidad: un análisis profundo
La situación se agrava por la cultura de impunidad que permea ciertas comunidades y grupos. En varias regiones, las denuncias han sido archivadas sin una justificación coherente. ¡Parece un juego de cartas donde siempre gana la misma mano! La comunidad valora cada avance, pero es evidente que se necesita una mayor vigilancia y acción. Esto no es solo responsabilidad del gobierno; la sociedad civil también debe asumir su parte.
¿Alguna vez has sentido que el sistema está diseñado contra ti? Si bien no puedo equiparar mi experiencia a la de quienes han pasado por estas terapias, hay algo que podemos aprender sobre la empatía y la lucha por la justicia. A menudo, se requiere de una fricción social para que se logre el cambio.
Días de júbilo y sufrimiento: el Congreso y las propuestas legislativas
El reciente movimiento legislativo para criminalizar las terapias de conversión ha puesto sobre la mesa lo que ya se había discutido en el pasado. Con apoyo de partidos como Sumar y Podemos, se ha pedido un cambio en el Código Penal que incluya sanciones de uno a cuatro años para quienes promuevan estas prácticas.
Es una especie de david contra goliat, donde aquellos que buscan eliminar estas prácticas enfrentan la resistencia de partidos como PP y Vox, quienes desestiman la gravedad de la situación. “No son una realidad significativa”, afirman. ¿Desde cuándo el sufrimiento de una persona se mide en números?
La mayoría de nosotros hemos tenido el privilegio de poder ser quienes somos, rodeados de gente que nos acepta. Pero para algunos, la lucha por su identidad es como un partido de fútbol permanente donde las reglas han sido establecidas por aquellos que sólo ven lo que quieren ver.
El papel de la OMS y el contexto europeo
La Organización Mundial de la Salud ha sido clara en su oposición a estas terapias, afirmando que deben ser erradicadas. La llamada a la acción no solo se ha escuchado en España. En Europa, iniciativas como la Iniciativa Ciudadana Europea buscan prohibir las terapias de conversión a nivel continental. La comunidad LGTBIQ+ europea está más unida que nunca y no está dispuesta a ser ignorada.
Por otro lado, recordando mi propia experiencia en eventos de diversidad, el sentido de comunidad es poderoso. Cuando alguien se manifiesta. Es un recordatorio de que todos tenemos un papel que desempeñar en esta lucha, incluso si es a través de pequeñas acciones cotidianas.
Conclusiones finales: ¿qué sigue?
Las terapias de conversión son una violación de derechos humanos y, aunque hemos avanzado, aún queda mucho por hacer. La propuesta legislativa en curso es crucial, y las voces de Xavi Martínez Cal y Saúl Castro deben ser amplificadas. No son solo números en un reportaje, son personas con historias y luchas reales.
Personalmente, he tenido la suerte de contar con una red de apoyo, pero entiendo que no todos tienen esa fortuna. Así que, al final del día, ¿cómo podemos ayudar? Empoderando a las víctimas, apoyando organizaciones como No es terapia, y, más importante aún, hablando abiertamente sobre estos temas dentro y fuera de nuestras comunidades.
Y si eres parte de esos grupos que aún piensan que las terapias de conversión tienen su lugar, te invito a reflexionar: ¿realmente somos tan diferentes? La humanidad se enriquece en su diversidad, y la verdadera normalidad quizás resida en aceptar lo «anómalo».
Así que la próxima vez que escuches sobre las terapias de conversión, recuerda que no se trata solo de un tema legislativo. Se trata de personas, de vidas, y de la lucha por ser auténticos en un mundo que, a veces, parece empeñado en hacer lo contrario. ¿No te parece que es hora de hacer algo al respecto?