La lucha por la identidad lingüística y la diversidad cultural es un tema candente en Europa, especialmente en el contexto del Parlamento Europeo. Recientemente, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, se ha encontrado en el ojo del huracán, abogando por la eliminación de la «excepcionalidad» lingüística que rodea a las lenguas cooficiales de España en dicha institución. Pero, ¿qué significa realmente esta propuesta? En este artículo, vamos a sumergirnos en el tema y a juzgar el estado actual de la cuestión con un poco de humor, un par de anécdotas y, por supuesto, un interés genuino en la riqueza cultural de nuestra España plurilingüe.

El contexto lingüístico en la Unión Europea

Imaginemos que estamos en una reunión de la UE. El ministro, de pie en su elegante traje, se siente presionado. El francés de fondo resuena como música clásica y el alemán grita eficiencia. En una esquina, los ministros están charlando en inglés, el idioma que todos parecen dominar y, mientras tanto, las lenguas cooficiales españolas, como el catalán, gallego y euskera, observan desde un rincón, esperando su turno. Ahora bien, ¿por qué esa exclusividad? ¿Acaso el uso del catalán en El Parlamento Europeo amenazaría la estabilidad de la UE? ¡Por favor!

De acuerdo a lo que comentó Albares, la situación actual es un tanto «irregular». Mientras que otras instituciones como la Comisión Europea y el Consejo de la UE permiten la utilización de estas lenguas, el Parlamento Europeo parece ser el último rincón de la resistencia. Si se permite el uso del inglés, el francés o el alemán, ¿por qué no nos podemos expresar en nuestras propias lenguas? ¿Acaso el catalán tiene menos valor? No creo que eso sea así.

La reunión que podría cambiarlo todo

Recientemente, Albares tuvo una charla con la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola. Ser médico durante una pandemia ha sido un paseo por el parque en comparación con la árdua tarea de convencer a políticos de múltiples partidos y naciones sobre el valor de las lenguas cooficiales. Y, aunque soy un entusiasta del catalán, tengo que reconocer que, en la esfera política, muchas veces las conversaciones no son más que un baile confuso de palabras y diplomacia.

Albares destacó que este no es un asunto de política partidista, sino un tema de identidad nacional española. ¡Bravo! Estoy 100% de acuerdo. Desde mi experiencia, esto es similar a cuando discutimos en casa si es aceptable ver una película en versión original o si, por el contrario, tenemos que conformarnos con el doblaje. ¿No es tan diferente? La riqueza del idioma y la cultura están en los matices, y es un verdadero desatino perder esa esencia en la burocracia de un ente supranacional.

¿Por qué son importantes las lenguas cooficiales?

Las lenguas cooficiales no son solo un punto en un documento. Son puentes que conectan a las comunidades entre sí. Piensa en ello como en un viaje en tren. Tienes distintas estaciones (o lenguas) que representan diversas áreas, culturas y tradiciones. Ignorar estas estaciones solo llevaría a un viaje unidimensional y aburrido.

Volviendo una vez más al ámbito político, usar estos idiomas en el Parlamento no sólo brindaría visibilidad y representación a millones de ciudadanos, sino que también empoderaría la idea de que las diversas lenguas son un activo, no un obstáculo. Al final del día, ¿no es eso de lo que trata Europa? Ser una unión de diferentes voces… ¡y la voz de un pueblo debe ser escuchada!

Los obstáculos en el camino hacia la oficialidad

Sin embargo, no todo es un cuento de hadas. El viaje hacia la oficialidad de las lenguas cooficiales está plagado de obstáculos burocráticos y políticos. A pesar de que el Partido Popular y otras fuerzas políticas han mostrado su escepticismo, parece que hay un grupo de trabajo que está dispuesto a estudiar las implicaciones de tal cambio. Con la primera reunión programada para principios de diciembre, hay esperanza, pero ¿realmente podemos esperar un cambio significativo?

En una conversación informal la otra noche con unos amigos, comentábamos sobre la ironía de la situación: el uso de las lenguas cooficiales en el Parlamento Europeo podría tardar más que un viaje de tren español en hora punta. ¡Es decir, a veces es más rápido llegar a un acuerdo en Twitter que en el Parlamento!

La dimensión política de las lenguas cooficiales

El uso de las lenguas cooficiales en la política no puede evitar el aspecto político ni la resistencia que genera en ciertos sectores. Para muchos, la inclusión de estas lenguas podría verse como un peligroso precedente que podría abrir la puerta a más demandas por lenguas minoritarias. Pero, ¡hey!, hay que recordar que en un continente como Europa, la diversidad debe ser celebrada y no temida.

¿Se imaginan un Parlamento donde se escuchan múltiples idiomas y, más importante aún, donde cada ciudadano se pueda sentir plenamente representado? ¿No sería esto la definición misma de una democracia plural?

¿Un camino nada fácil?

Evidentemente, el camino hacia el reconocimiento no es sencillo. La burocracia europea parece tener la capacidad de bloquear avances significativos con la misma facilidad con la que puedes perder un tren en hora punta. A pesar de las promesas y de la buena voluntad de Albares, no hay un cronograma claro sobre cuándo se podría resolver esta situación, ni siquiera una línea de partida.

No sé tú, pero yo no puedo evitar preguntarme: ¿cuántas cartas más necesita enviar Albares a Metsola antes de que esto avance? Es casi como un amor no correspondido. Es en esos momentos en que uno se siente un poco como si estuviera en una comedia romántica donde uno de los personajes solo está esperando una señal del otro para avanzar.

El eco de la identidad nacional

Albares ha enfatizado que este asunto no debería ser una cuestión de parte política, sino que debe ser visto desde el punto de vista de nuestra identidad nacional. Este punto es crucial. En mi tiempo viviendo en España, he escuchado bastante a menudo que el uso del idioma está ligado a elementos como la historia, la cultura y la memoria colectiva. Cuando se ignora una lengua, se empieza a perder además un conjunto de valores que forman parte de nuestra identidad.

Si lo miramos desde otra perspectiva, no se trata solo de idiomas. Se trata de «dar voz a quienes no la tienen». Quizás, al final del día, esta sean la razón más profunda y hermosa para buscar el reconocimiento de las lenguas en el Parlamento Europeo: permitir que todos se sientan representados.

El futuro de las lenguas cooficiales

Si bien hoy nos encontramos en medio de un torbellino burocrático, no puedo evitar sentirme optimista. El mundo está cambiando. La diversidad lingüística está siendo cada vez más valorada, no solo en España sino a nivel global. El reconocimiento de las lenguas cooficiales en el Parlamento Europeo podría ser un primer paso hacia la normalización de los derechos lingüísticos en Europa.

Imagina un futuro donde un parlamentario pueda alzar la voz en catalán y ser comprendido, donde la plena diversidad se celebre en cada rincón de la vida cotidiana. Eso, verdaderamente, es un horizonte que vale la pena perseguir.

Conclusión: Un viaje hacia el futuro

A medida que cerramos este viaje por el intrincado laberinto del plurilingüismo en la UE, es indudable que todavía queda mucho por lograr. El compromiso para incluir lenguas cooficiales no solo representa un desafío, sino también una oportunidad. Oportunidad para sanar viejas heridas, para unir a comunidades y, sobre todo, para recordarnos que, a pesar de nuestras diferencias, lo que nos une como europeos es mucho más fuerte.

La batalla por el reconocimiento de las lenguas no es solo una tarea de los políticos, sino una responsabilidad compartida por todos nosotros. ¿Estás preparado para sumarte a esta cruzada lingüística? La historia aún se está escribiendo, y cada letra cuenta.