Recientemente, tuve la oportunidad de poner mis pies en la arena blanca de Cayo Levantado mientras el director Rafa Cortés estrenaba su tan anticipada película «Amanece en Samaná». Y déjame decirte, no hay mejor forma de dar la bienvenida a las primeras luces del día que con la sensación de estar en una película de vacaciones en la misma isla que sirve como telón de fondo. ¿No es esto un sueño hecho realidad? Imagínate estar en el mismo lugar donde los personajes de la película están pasando sus momentos más memorables, rodeado de un paisaje que parece salido de una postal.
La magia de Samaná: un destino más que turístico
El noreste de la República Dominicana es conocido por sus playas paradisiacas, pero en Cayo Levantado encontramos algo más que simple belleza: encontramos una cultura vibrante y un ambiente que invita a la relajación. Con su hotel, el Cayo Levantado Resort, enclavado en una pequeña isla perfecta, la historia de este lugar es tan rica como su fauna marina. Desde que Bacardi filmó su famoso anuncio aquí, donde modelos bronceados sobrevivían a un naufragio en medio de la selva tropical, la isla ha sabido cómo capturar el corazón de cada visitante.
Por si acaso todavía tienes dudas, los encantos de la isla no son solo para los turistas. Aquí, la playa pública permite a los residentes de Samaná disfrutar del sol al igual que a nosotros, bebiendo cervezas frías y piñas coladas preparadas en coloridos chiringuitos. ¿Te imaginas? Una escena que parece sacada de una serie de Netflix, pero que es una hermosa realidad.
De la ficción a la realidad: vivir en un Gran Hermano
Volviendo a la película, hay algo insólito en come esta fue filmada. En lugar de habilitar un set tradicional, el equipo y las familias de los actores se hospedaron en el mismo hotel donde se grababa, creando un ambiente similar al de Gran Hermano. Para mí, eso suena como el ideal moderno de un retiro vacacional. Nada como compartir risas (y quizás alguna que otra risa nerviosa) con amigos mientras interpretas escenas románticas en un entorno tan deslumbrante.
El director cuenta que el rodaje fue un proceso único, y no puedo evitar reírme al imaginar a los actores realmente viviendo sus personajes en el mismo lugar donde pasaban sus días. ¿Quién necesita una escuela de actores cuando puedes sentir la emoción del lugar? Claro, también hay que considerar que 10 horas de grabación en un paraíso pueden parecer eternas, pero después de todo un día de trabajo, el atardecer es redentor.
Un atardecer que te roba el aliento
He de confesar, cuando estuve allí, esperaba espectaculares atardeceres, pero lo que viví superó mis expectativas. La luz dorada, la brisa suave del mar y la sensación de que el día está a punto de mezclarse con el océano tras un telón de colores, es simplemente indescriptible. Sobre todo si, como el director mencionó, después de grabar, cada tarde recogían el equipo para disfrutar del espectáculo natural que sólo la vida en una isla puede ofrecer. ¿Te imaginas el momento? Cerrar el laptop, dejar de lado el estrés y abrazar la belleza del momento. Suena casi como una meditación, ¿verdad?
Un lugar donde el bienestar es prioridad
Hablando de meditación, ¿quién no necesita un poco de trabajo de bienestar después de un día completo de rodaje? El Cayo Levantado Resort destaca por su espacio Yubarta, diseñado específicamente para promover el bienestar. Aquí, grandes terapias y experiencias de meditación son la norma, rodeadas de exuberante vegetación. ¿No sería genial sumergirse en un cenote mientras te das un masaje sonoro? La verdad, hay algo liberador en la idea de dejar atrás el estrés y entregarse a las manos expertas del personal del resort. Como dice un conocido mío, «la vida es muy corta para no disfrutar de un buen masaje».
¿Y qué hay de la comida?
Ahora, seamos honestos: visitar un lugar paradisiaco implica también disfrutar de la comida local. La oferta culinaria de Cayo Levantado es indescriptible. Desde ensaladas de sandía a la parrilla hasta ceviche de lambí con mango, cada platillo es un festín para los sentidos. Y si eres amante de la carne, no puedes dejar de probar los cortes Premium que la isla ofrece. ¿Sabías que el restaurante Manaya tiene una vitrina de maduración para las chuletas Tomahawk y el cerdo Kurobuta? ¡Ciertamente es un viaje gastronómico digno de un crítico de restaurantes!
No es de extrañar entonces que, mientras en la película los protagonistas estén buscando un equilibrio en sus vidas, aquí uno realmente puede encontrar ese equilibrio en cada bocado. Como diría un viejo amigo mío, «te hacen sentir tan bien por dentro que no tienes más opción que brillar por fuera».
Aventura y naturaleza a cada paso
Y una vez que hayas disfrutado de todos esos manjares, no olvides tomar un paréntesis del relax para explorar el parque nacional de Los Haitises. Aunque puede tomar alrededor de 40 minutos llegar en lancha, el viaje lo vale. Aquí, en medio de mogotes que se alzan majestuosamente del agua, uno se siente pequeño, como parte de la grandiosidad. Olvidémonos de las selfies por un momento y simplemente disfrutemos del momento. La naturaleza siempre tiene algo que enseñarnos y cada cueva que visitamos, cada pintura rupestre que vemos, nos habla de una historia que se remonta a los taínos.
Cada una de estas experiencias nos une como una comunidad, y aunque muchos de nosotros venimos de diferentes rincones del mundo, en ese momento, solo somos parte del mismo cuento caribeño. ¿No hace falta un poco de conexión humana en estos tiempos?
Cierre de un día épico
Y así, después de un día lleno de risas, exploración y momentos memorables, la isla realmente te abraza en un último atardecer. Al igual que el director Rafa Cortés, cuya imagen familiar en la playa se ha convertido en un recuerdo atesorado, muchos visitantes se llevan algo más que una postal de regreso a casa.
Al final, en Cayo Levantado, entendemos que esto no solo es una película, es la belleza de vivir el presente y disfrutar cada instante como si estuvieras en tu propia historia. La isla te invita a no solo mirar, sino también a sentir. Entonces, te pregunto, si tuvieras la oportunidad de estar en un lugar así, ¿no aprovecharías cada segundo?
Así que si estás buscando un destino que no solo te ofrezca sol y playa, sino también un poco de magia, aventura y delicias culinarias, no busques más: Cayo Levantado te espera con los brazos abiertos, con un atardecer y una sonrisa.