En un mundo donde el empoderamiento femenino se ha convertido en un tema candente, el sector de los cuidados y la dependencia se presenta como un espacio lleno de oportunidades y desafíos. Recientemente, en una jornada organizada por la Asociación Catalana de Recursos Asistenciales (ACRA), se discutió el papel crucial de las mujeres en este ámbito, así como la necesidad de dar visibilidad y prestigio a estas profesionales.
El contexto: mujeres al mando pero con limitaciones
No sé tú, pero siempre he sentido que los números pueden contar historias sorprendentes. Según el barómetro presentado por ACRA, nueve de cada diez profesionales en el sector son mujeres. ¡Increíble, verdad? Sin embargo, a pesar de esa abrumadora mayoría, solo el 41% de las direcciones generales están ocupadas por mujeres. ¿Cómo es posible que de una población que aporta tanto, solo una pequeña fracción logre llegar a la cima?
La jornada, que se llevó a cabo en vísperas del Día Internacional de la Mujer, reunió a figuras influyentes como Montserrat Llopis, directora de ACRA, y Carol Mitjana, creadora de Gran3dad. Este encuentro no solo fue una llamada de atención sobre la situación actual del liderazgo femenino, sino también un espacio para reflexionar sobre cómo podemos hacer del sector un espacio más atractivo, inclusivo y justo.
La dirección femenina: un fenómeno en crecimiento
Es interesante notar que en el 65% de los casos, todas las posiciones de dirección están ocupadas por mujeres. Esto sugiere que, aunque existen barreras, las mujeres están reclamando su espacio y, en muchos casos, lo están haciendo con éxito. Pero, ¿qué significa esto realmente? ¿Es suficiente contar con una mayoría en los mandos altos si el acceso a los puestos más altos sigue siendo limitado?
Imagínate que gestionas un equipo de mujeres maravillosas que levantan el lunes con una sonrisa, pero a la hora de la verdad, solo una de ellas puede ser jefa. Esto puede generar tensiones y un ciclo vicioso donde las aspiraciones se ven opacadas por limitaciones estructurales. Hay que hacer un cambio, y ese cambio empieza por hacer que el liderazgo en este sector no solo sea visible, sino también deseable.
Voces del liderazgo: experiencias que inspiran
Durante la mesa redonda, las ponentes compartieron sus historias personales, y déjame decirte algo, hay algo poderoso y liberador en escuchar a mujeres hablar sobre sus luchas y triunfos. Cinta Pascual, presidenta de ACRA, no solo enfatizó la necesidad de promoción de mujeres en posiciones de poder, sino que también delineó una hoja de ruta para el futuro: fomentar una cultura más inclusiva que impulse a las mujeres a seguir adelante.
Además, Ester Crusellas, directora de recursos humanos de Sant Andreu Salut, mencionó la importancia de la formación continua y el desarrollo personal. Y aquí viene la pregunta del millón: ¿realmente estamos invirtiendo lo suficiente en la formación de nuestras profesionales del sector?
En el 85% de los centros, la dirección está en manos de una mujer. Esto demuestra que, pese a la resistencia, hay un camino hacia la igualdad que se está forjando. Sin embargo, debemos invertir en programas que capaciten y empoderen a futuras líderes. La educación puede ser el catalizador que necesitamos para generar cambios significativos.
El cambio cultural: de la necesidad a la acción
La discusión no se detuvo en los números. ¿Y qué hay del entorno social en el que operamos? La evolución de la sociedad es fundamental para construir espacios más justos. Las mujeres que participaron expresaron la necesidad de adoptar un entorno más inclusivo no solo en el ámbito profesional, sino también en la vida cotidiana. ¿Por qué se percibe que el cuidado de los mayores es un trabajo menos valorado solo porque es realizado mayormente por mujeres? ¡Ese estigma debe ser erradicado!
El modelo tradicional de liderazgo tiene que ser revisado. No debe basarse solo en la autoridad, sino también en la empatía y colaboración. Algo que me fascina es cómo la inteligencia emocional puede jugar un papel crucial en el liderazgo. Las líderes femeninas, con su innata capacidad para conectar con los demás, pueden ser la clave para un liderazgo más eficaz y humano.
Construcción de redes y mentoría: un paso vital
Durante la jornada, también se habló de la importancia de crear redes de apoyo. Si alguna vez has probado lanzar una bola de nieve en un día de invierno, entenderás la importancia de tener un grupo de amigas que te apoyen. Las mujeres en el sector de la dependencia deben unirse, compartir experiencias y crear un entorno en el que se sientan respaldadas.
La mentoría es una herramienta poderosa. Por ejemplo, aquellos que tienen la suerte de tener a alguien que los guíe pueden ser más propensos a desafiar el status quo y buscar posiciones de liderazgo. Este proceso puede ayudar a las mujeres jóvenes a visualizarse en roles que antes parecían inalcanzables.
¿Te imaginas una plataforma donde las profesionales del sector puedan intercambiar experiencias, consejos y oportunidades laborales? Esa es una idea que suena cada vez más atractiva, ¿no crees?
Reconocer el impacto: el futuro que nos espera
¿Qué nos depara el futuro? Las cifras del barómetro indican que aunque hay mucho por hacer, el empoderamiento femenino está en el horizonte. La gran mayoría de los liderazgos son ocupados por mujeres, y cada vez más están dispuestas a hablar y a ser escuchadas.
La jornada no se trató solo de números; se trató de cambiar mentalidades. El sector de la dependencia y los cuidados puede ser un lugar donde las mujeres se sientan valoradas y empoderadas. Pero esto requiere una acción colectiva. Todos somos responsables de crear un entorno más justo e inclusivo, un lugar donde cualquier niña o mujer pueda soñar en grande y realmente tener la capacidad de alcanzar esas metas.
Reflexiones finales: una invitación a la acción
En conclusión, el mensaje de este evento fue claro: el liderazgo femenino en el sector de la dependencia necesita no solo ser visibilizado, sino también nutrido. El camino no está exento de obstáculos, pero cada paso que damos es una victoria hacia un futuro más igualitario. Y con cada historia compartida, se erige un poco más la voz de aquellas que luchan por un cambio.
Así que la próxima vez que veas a una mujer en un puesto de liderazgo, recuerda que su éxito es el reflejo del arduo trabajo de muchas otras detrás de ella. Y tú, ¿qué acciones estás dispuesto a tomar para apoyar este movimiento?
Es momento de hacer que el sector de la dependencia no solo sea un lugar de trabajo, sino un espacio de empoderamiento. ¿Te unes al cambio?