Si hay algo que siempre me ha fascinado de viajar es la historia que guardan los lugares, esas historias que a veces son tan sorprendentes y emotivas que nos hacen reflexionar sobre lo que está detrás de aquello que vemos. Hoy quiero hablarte sobre Tanes, un pueblo en el Principado de Asturias que, a pesar de haber sido sumergido por la construcción de un embalse, ha logrado resurguir como un atractivo turístico genuino. Así que toma asiento, quizás una taza de café, y acompáñame en este viaje por el tiempo y el espacio.
Tanes: un pueblo que no olvida
La historia detrás del embalse de Tanes
Para entender la fascinante historia de Tanes, debemos volver a 1979, un año que marcó un antes y un después para esta pequeña parroquia situada en el Concejo de Caso. En ese entonces, la construcción del embalse de Tanes, uno de los grandes proyectos hidráulicos de España, se iniciaba con la intención de garantizar el suministro de agua a muchos centros urbanos de la región. Sin embargo, lo que comenzó como una ambición hidráulica resultó en la pérdida de un hogar para muchos.
Imagina esto: un pueblo entero lleno de recuerdos y sueños se encuentra en peligro. Los habitantes, esos valientes que durante generaciones habían cultivado la tierra y mantenido vivas las tradiciones, se ven obligados a trasladar sus vidas a la ladera de la montaña. Entonces, ¿qué ocurre con los recuerdos y las historias de generaciones? Para muchos, fue una lucha ardua y desgarradora. Las emociones estaban a flor de piel y las protestas resonaban en las montañas, pero el embalse avanzó implacable.
El renacer de la nueva Tanes
El embalse, aunque prácticamente sepultó al viejo Tanes, también ha dado paso a un nuevo capítulo para la zona. La nueva Tanes que se alza sobre la montaña no solo ha mantenido vivo el espíritu del pueblo, sino que se ha convertido en un atractivo turístico por derecho propio. La comunidad ha sabido adaptarse y renacer, creando una atmósfera donde los visitantes pueden disfrutar de la belleza del entorno y la historia que esconde.
La Colegiata de Santa María la Real de Tanes, construida en el siglo XV, es uno de los pocos vestigios que quedan en pie. Este lugar no solo grabó la historia del antiguo pueblo, sino que también ahora actúa como símbolo del resiliente espíritu de sus habitantes. En su puerta, la Cruz de los Caballeros de Santiago nos recuerda que la historia de Tanes es mucho más rica de lo que parece a simple vista.
El embalse: un entorno natural impresionante
La belleza del Parque Natural de Redes
Imagina un entorno donde las montañas se encuentran con ríos cristalinos y bosques frondosos. Eso es el Parque Natural de Redes, donde se encuentra el embalse de Tanes. Este parque no solo es un paraíso para los amantes de la naturaleza, sino que también fue declarado Reserva de la Biosfera por la UNESCO en 2001. ¡Y con razón! La biodiversidad que alberga es asombrosa.
Me recuerdo a mí mismo realizando senderismo a lo largo de sus senderos, rodeado de un aire fresco que parecía renovarme. La sensación de deslumbramiento al ver una majestuosa águila volando sobre mí fue indescriptible. Entre árboles centenarios y vistas que quitan el aliento, no puedes evitar sentirte parte de algo más grande.
Actividades recreativas: mucho más que agua
La construcción del embalse no solo tuvo consecuencia sobre el pueblo; también ha cambiado la manera en que los turistas pueden disfrutar de la región. En la actualidad, este embalse se ha convertido en un hotspot para varios deportes acuáticos. ¿Alguna vez has intentado hacer piragüismo? Es una experiencia que jamás olvidarás, especialmente cuando el agua reluciente te salpica el rostro y risas incontroladas escapan de tu boca. ¡Es pura diversión!
Si no te atraen las aguas, siempre puedes optar por el senderismo y la observación de aves. Imagina que estás caminando por un sendero, y de repente, un grupo de pájaros atraviesa el cielo, creando un cuadro que parece sacado de una película. Fue una experiencia que todavía recuerdo con una sonrisa.
Cómo llegar a Tanes: un viaje que vale la pena
Rutas escénicas desde Oviedo y Gijón
Ahora que te he convencido de lo maravilloso que es Tanes y su embalse, te estarás preguntando: “¿Cómo llego?». No te preocupes, aquí te dejo algunas indicaciones útiles. Si partes desde Oviedo, la A-66 en dirección sur y luego la AS-17 es el camino a seguir. En aproximadamente 1 hora y 10 minutos estarás disfrutando de esta joya asturiana.
Por otro lado, si decides viajar desde Gijón, el trayecto es igualmente hermoso. Seiscientos kilómetros a través de paisajes que te robarán el aliento. Te invito a que te tomes tu tiempo en el viaje, permite que el paisaje asturiano te envuelva. En aproximadamente 1 hora y 20 minutos, estarás en el nuevo pueblo de Tanes, contemplando la grandiosidad de su historia.
Reflexiones finales: Tanes como símbolo de resiliencia
Así que, ¿qué he aprendido de todo esto? La historia de Tanes me recuerda que la vida siempre encuentra la manera de seguir adelante. Los habitantes que una vez perdieron su hogar han sabido reinventarse y hacer de su dolor un motivo de orgullo. Tal vez la próxima vez que te encuentres en una situación difícil, recuerdes esta historia de resiliencia. Porque al igual que el embalse, a veces hay que sumergir algo para que otro nuevo pueda florecer.
Tanes no es solo un destino turístico; es un espacio donde la naturaleza y la historia convergen. Es un recordatorio de que en este mundo, los cambios son inevitables, pero siempre hay espacio para la esperanza. Así que, ¡vamos! Agarra tu mochila y ven a descubrir Tanes. Lo que una vez fue un lugar de tristeza se ha transformado en un destino vibrante donde cada rincón tiene una historia que contar. ¿Te atreves a ser parte de ella?