¿Alguna vez has probado algo tan extraño que no sabías si te gustaba o querías alejarte corriendo? Para muchos, el durián es exactamente eso. Conocido como el «rey de las frutas», este peculiar fruto ha recorrido un largo camino: desde ser un nómada exótico en las mesas de gourmet hasta convertirse en el deleite de millones de paladares en China. Sí, has leído bien, China, donde su olor ha suscitado tanto amor como rechazo. ¿Cómo puede un alimento tan controversial convertirse en el centro de atención gastronómico? ¡Acompáñame en este recorrido!

Un olor que no se olvida: historia del durián

Lo primero es lo primero: el durián huele. Y huele MUCHO. Si alguna vez has estado en un mercado del sudeste asiático, es probable que hayas tenido la experiencia sensorial de acercarte a un puesto de durián y de repente enfrentarte a un aroma que muchos describen como algo entre huevos podridos y aguas residuales. La historia de esta fruta es tan rica como su sabor, que oscila entre dulce y salado.

Durante años, el durián fue rechazado en muchos contextos, pero, tal como sucede con las raras joyas, se necesitó un cambio de paradigma. En noviembre de 2024, se reportó que los consumidores chinos comenzaban a agregar durián a su pizza. ¡Imagina eso! A unos 8,000 kilómetros de distancia, la pizza, ese símbolo de la comida rápida occidental, se unía con una fruta que muchos evitan en lugares públicos. Ahí se inició la locura.

El auge del durián y su demanda en China

¿Te imaginas que una película de culto, después de varios años, se convierta en un blockbuster? Así se siente el recorrido del durián en el mercado chino. En tan solo cinco años, las importaciones de durián han aumentado más del doble. En 2023, China importó 1.43 millones de kilogramos de durián por un valor sorprendente de 6.7 mil millones de dólares. Y como si eso no fuera suficiente, en 2024, estos números escalaron a 1.56 millones de kilogramos y 7 mil millones de dólares. ¡Una locura!

Esto no me sorprende, porque en mis viajes a Asia me he dado cuenta de que la gastronomía es un espacio de experimentación continua. Y, aunque muchas personas todavía se resisten al durián, muchas más están desesperadas por probarlo. De hecho, un restaurante en Shenzhen popularizó un bufé de más de 200 platos a base de durián. Por menos de 30 dólares, ¡podías disfrutar de un festín duriánico!

¿De dónde viene todo este culto al durián?

Para poder entender esto, es esencial tocar el tema de la cultura asiática. Para muchos en el sudeste asiático, el durián representa algo más que un simple snack; es un símbolo de estatus. Es como si te dijera que consumir mariscos de alta calidad o una buena botella de vino te hace parte de un club exclusivo. Nos encanta lo exclusivo, ¿no? Es casi como cuando un amigo te muestra una historia de su último viaje a Miami y tú ahí, con tu café de la tarde, deseando estar en sus zapatos.

¿La pizza de durián? ¿En serio?

Uno de los hitos más sorprendentes fue la pizza de durián. ¡Sí, ya todos podemos decir que el mundo está loco! En un Pizza Hut en China, este amalgama de sabores se convirtió en el producto más vendido. Según las palabras de Joey Wat, CEO de Yum China, aquellos que no disfrutaran de esta combinación simplemente tenían que «salir» del restaurante. Honestamente, yo mismo aún estoy en la búsqueda de una lógica detrás de ese concepto.

La competencia: cuatro países luchan por el trono del durián

Históricamente, Tailandia tenía el monopolio en el mercado del durián, controlando hasta el 95% de las exportaciones. Pero, como todo en la vida, los tiempos cambian. En 2022, Vietnam e Indonesia comenzaron a enviar durián fresco, alterando el equilibrio del mercado. Esta feroz competencia ha resultado en una lucha por establecer el durián como el símbolo de la gastronomía en la región.

¿Te imaginas un concurso de duración? “¡Durián Master Chef!” Tal vez un desafío donde los cocineros tienen que cocinar con durián, pero el aroma es tan potente que terminan con lágrimas en los ojos. Este sería un verdadero reality show.

Geopolítica del durián

Interesantemente, el durián también se ha convertido en un jugador en la diplomacia económica. Las importaciones de esta fruta se han utilizado como palanca en los acuerdos comerciales entre China y sus vecinos. Tomemos como ejemplo el 50 aniversario de las relaciones diplomáticas con Malasia, donde voilà, se permitió la importación de durián fresco. ¡Observen cómo las frutas pueden unir naciones!

La búsqueda del durián «chino»

Si hay un aprendizaje que podemos sacar aquí es que, aunque la demanda crezca, la naturaleza es sabia. China ha intentado cultivar su propio durián, mediante la plantación en las tierras de Hainan. Sin embargo, por razones complejas que van desde nutrición hasta cualquier anomalía climática, el durián chino no ha llegado a los estándares de calidad de sus homólogos del sudeste asiático. Es, para decirlo de alguna manera, como intentar hacer una pizza sin queso… simplemente no funciona.

Reflexiones personales: ¿Te atreverías a probarlo?

Mi anécdota favorita sobre el durián llegó una vez que, en un viaje a Bangkok, decidí ser valiente y probarlo. Recuerdo el intenso confrontamiento de olores que me golpeó al ocupar un asiento en una pequeña parada de la calle. El propietario del local sonrió mientras cortaba el durián y, aunque mis amigos gritaron un unánime «¡NO!», me armé de valor. ¿Te imaginas lo que sentí? Un sabor dulce que, de alguna manera, fue acompañado por un viaje a un mundo desconocido.

Y ahí estás, enfrentando un nuevo mundo gustativo. Muchos dicen que el durián es un amor que se gesta con paciencia. Quizás, se necesite un poco de entendimiento y, bueno, un poco de olfato también.

Conclusiones finales

El durián no es simplemente una fruta, sino un fenómeno cultural en constante evolución. Su llegada a China y su aceptación en el culto popular son ejemplo de cómo los gustos pueden cambiar, cómo las fronteras de la gastronomía se expanden y cómo incluso un olor potente puede traer consigo momentos de conexión y, a veces, de risa. Aquellos que están dispuestos a experimentar lo nuevo muy probablemente serán los que descubran joyas ocultas en una cultura.

Así que, queridos amigos, la próxima vez que veas el durián en un menú o en tu supermercado local, recuerda que, a veces, las mejores experiencias nos están esperando justo detrás de la puerta del nicho exótico. ¿Te atreverías a abrirla?