La Comunitat Valenciana es conocida por sus hermosas playas, el paella (¡hablemos de eso otro día!), y claro, por sus festivales. Sin embargo, el 29 de octubre de 2023, se convirtió en el escenario de un verdadero desastre natural. Las lluvias torrenciales desbordaron ríos, inundaron pueblos y, lamentablemente, causaron víctimas. ¿Pero qué pasó con las alertas que deberían proteger a la población? Te invito a sumergirte en esta historia donde el tiempo, la tecnología y la responsabilidad se entrelazan de manera trágica.

La llegada inesperada de la DANA

Hace poco, mientras hacía mi habitual recorrido por las redes sociales, me topé con un tweet que decía: «El agua es vida, pero también puede ser una pesadilla». Reflexioné sobre lo que sucedió el 29 de octubre, un día que comenzó como cualquier otro, pero que terminaría en caos total. La DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) decidió hacer una visita inesperada a la región, y no vino sola; trajo consigo un torrente de agua que dejó a muchos ciudadanos en shock.

Por si no lo sabías, una DANA se forma durante las épocas de calor. Es como si la atmósfera decidiera organizar una fiesta, pero la música sube tanto que termina siendo una catástrofe. Así ocurrió, y las lluvias no se hicieron esperar.

¿Dónde está la alerta?

Los ciudadanos esperaban una notificación de emergencia. Quizás una alerta que dijera: “¡Atención! ¡El agua viene! ¡A refugiarse!” Pero, en cambio, se encontraron atrapados en la vorágine de una riada sin advertencia. Salomé Pradas, la consellera de Justicia e Interior, había indicado que solo recibió una llamada de advertencia a las 20:00 horas; ¡y eso fue desde Colombia! Claro, digamos que estás en una reunión familiar y te avisan del desastre natural. ¿Qué harías?

Apenas unas horas antes, en la tarde del 29, la consellera había publicado un mensaje en redes sociales pidiendo precaución. Pero, en un mundo tan interconectado, ¿no debería ser la tecnología la que hablara primero? La herramienta ES-Alert, que se introdujo en 2022, debería haber servido como una especie de «grito de auxilio» masivo. Pero, como descubrieron muchos en ese día fatídico, las herramientas sin uso son tan efectivas como un paraguas roto.

La saga del sistema ES-Alert

Hablemos un poco más de esta herramienta. Nos han prometido que sería el medio para alertar a la población de emergencias. Imagina estar en casa, disfrutando de una serie de Netflix, y que de repente tu móvil suene a todo volumen con un mensaje diciendo: “¡La tormenta es REAL!” Es un poco aterrador, pero al menos te da tiempo de prepararte. En teoría, el sistema debía permitir a las autoridades enviar alertas a todos los usuarios en la zona afectada. ¿Y qué hicieron las autoridades cuando la DANA llegó? Como diría mi abuela: “No hay peor sordo que el que no quiere oír”.

La velocidad de reacción fue extremadamente lenta. Cuando finalmente se emitieron las alertas, el desastre ya había pronunciado su nombre. La consellera Pradas advirtió que el concepto de “alerta” en este sistema es todavía un borrador en los planes autonómicos. Lo que se traduce en que está ahí, pero muy lejos de estar operativo. Y cuando finalmente se activó la alerta, muchos ciudadanos ya estaban lidiando con la realidad de una riada.

La responsabilidad de los líderes

Los ciudadanos estaban confundidos y asustados. La AEMET había emitido advertencias, pero parecía que estaban siendo ignoradas. Lo que es inquietante es que los líderes parecen no haber tomado las riendas de la situación cuando más se necesitaba. En un entorno lleno de agua, donde la vida de las personas estaba en juego, la consellera tuvo una reunión telemática, pero sin tomar acciones decisivas. Es como organizar una fiesta y olvidarte de invitar a los invitados importantes.

Los responsables de la Comunidad Valenciana, incluyendo a la consellera Pradas y su número dos, Emilio Argüeso, han enfrentado críticas debido a su inacción. Cuando la situación requería liderazgo y acción decisivos, lo único que hicieron fue esperar, como si estuvieran a la espera de una señal divina que nunca llegó.

La tarde del desastre: ¿Qué pasó?

A las 15:00 horas, apenas unas horas antes de que el desastre comenzara a manifestarse, se convocó al Cecopi o Centro de Coordinación Operativo Integrado. Conectados a esta reunión estaban varios organismos del Estado, pero parece que no pasó mucho tiempo antes de que fueran interrumpidos por la tragedia real.

En mis años de comentarista de sucesos, siempre he notado que es fundamental actuar rápido. A veces, una decisión puede marcar la diferencia entre la calma y el caos. Pero en este caso, el ‘donde hay humo, hay fuego’ no se aplicó; en cambio, se encontró más bien un ‘donde hay agua, hay inundación’.

Cuando llegaron las noticias de que la presa de Forata podía romperse, ¿no había un llamado a la acción? El ministro Hugo Morán incluso estaba en Colombia tratando de advertir sobre la situación, y aquí estaban nuestras autoridades, diciendo: “Vamos a esperar a ver qué pasa”.

Contexto: Las alertas en países europeos

El Código 110 de la European Electronic Communications Code (EECC) establece que los países miembros deben contar con un sistema que envíe alertas a los ciudadanos en casos de emergencias. ¿Te imaginas que esto sucediera en otro país, y que la alerta nunca llegara? ¡Sería un escándalo internacional! Pero aquí, parece que el escándalo es la falta de prevención.

Los ciudadanos de Madrid ya habían experimentado el uso efectivo del sistema ES-Alert en septiembre de 2023 ante otra amenaza de inundación, mientras que en la Comunitat Valenciana, el sistema aparentemente seguía acumulando polvo en un rincón. ¿Por qué algunas regiones parecen estar más preparadas que otras? Es una pregunta que necesita respuesta.

Reflexiones finales: ¿Qué hacemos ahora?

Al final del día, las alertas son solo eso: alertas. La verdadera protección radica en la preparación y la capacidad de reacción de las autoridades. Muchos ciudadanos se sintieron desprotegidos y asustados, y no es para menos. La vida y la seguridad de la población no deberían ser un borrador en ningún plan.

La verdad es que no se trata solo de tecnología; se trata de responsabilidad. Y aquí, por desgracia, hemos visto que la inacción puede tener resultados devastadores. Lo que debería ser una llamada a la acción, en cambio, termina siendo un llamado a la reflexión sobre lo que realmente significa proteger a la población en su momento de mayor necesidad.

Como ciudadano, espero que podamos aprender de este episodio y, en lugar de permitir que la historia se repita, se transforme en una lección que lleve a un cambio positivo. Porque al final del día, ¿no queremos todos vivir en un lugar donde las advertencias sean efectivas y las vidas estén protegidas?

Así que la próxima vez que escuches el sonido de una alarma, recuerda: puede que sea el primer paso hacia la seguridad. ¡No lo ignores! ¡Y espera que las autoridades se pongan las pilas para protegerte antes de que el agua llegue a tu puerta!