La soledad no deseada es uno de esos temas que apenas se toca en las sobremesas familiares, pero que impacta a una parte significativa de nuestra sociedad. ¿Te has sentido alguna vez como si estuvieras rodeado de gente, pero aún así te sintieras solo? Es un sentimiento que puede ser tan profundo como el océano, y que a menudo queda oculto tras sonrisas y superficialidades. Según el reciente Barómetro de la soledad no deseada en España 2024, realizado por Fundación ONCE y Fundación AXA, ¡una de cada cinco personas en España se siente sola! Y eso no es todo; siete de cada diez han experimentado ese sentimiento en algún momento de sus vidas. De hecho, si alguna vez has sentido que te falta el aire en una fiesta, sabrás perfectamente a lo que me refiero.

En este artículo, vamos a ahondar en este tema tan delicado, explorando las dimensiones de la soledad, sus causas y consecuencias, especialmente durante momentos festivos como la Navidad, y sobre todo, cómo podemos intentar mitigar sus efectos.

¿Por qué la soledad se siente más durante las fiestas?

Hablemos claro: si bien la Navidad se presenta como una temporada de alegría y unión familiar, para muchos representa una caja de Pandora emocional. Mientras algunos disfrutan de momentos felices con seres queridos, otros se ven atrapados en la introspección y la nostalgia. Zenaida Aguilar, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya, lo explica perfecto: “Estas fiestas acentúan intensamente las ausencias de los seres queridos que a uno le gustaría tener en su vida”. Es como echarle sal a una herida.

Personalmente, recuerdo una Navidad en la que, a pesar de estar rodeado de amigos y familiares, me sentí terriblemente aislado. La risa de los demás resonaba como un eco lejano en mi mente. La falta de conexión genuina puede dejarte más vacío que un tazón de ensalada en una cena familiar abundante. Un momento que debería ser de alegría se convirtió en un recordatorio de lo que me faltaba. ¿Te suena familiar?

La crítica de las fiestas ruidosas

Entendamos un poco más cómo funcionan estas celebraciones. Daniel Rueda, profesor de Estudios de Ciencias de la Salud, critica que la Navidad se ha transformado en una «ceremonia ruidosa, llena de estrés», donde muchas personas que asisten a estas reuniones solo están deseando que acaben. ¿Alguna vez te has sentido obligado a asistir a una fiesta en la que la comida ni siquiera era tu favorita? Ah, esas son las delicias de la vida adulta, ¿verdad?

Aquí es donde la metáfora de «siente a un pobre a tu mesa» cobra vida. Invitar a alguien a nuestra mesa en Navidad puede tener buenas intenciones, pero si no se trata con empatía, puede resultar en un sentimiento de discriminación o desprecio. ¡Nada peor que una buena cena convertida en un torbellino de emociones negativas!

Ciertamente, las fiestas pueden convertirse en un “subidón de dopamina”, proporcionado no solo por la comida y la bebida, sino también por la presión social de mostrar una imagen de felicidad. Pero cuando las luces se apaguen y los adornos sean retirados, lo que queda es la cruda realidad. Esta «resaca emocional» puede ser devastadora, especialmente para aquellos que luchan contra la soledad.

El fenómeno de la soledad en la sociedad moderna

Hablemos un poco de estadísticas y realidad. Según un estudio reciente, la soledad se ha vuelto una “pandemia” que afecta específicamente a los jóvenes y las mujeres en España. En esta sociedad que promueve constantemente la conexión a través de las redes sociales, ¿por qué muchas personas se sienten más solas que nunca? Es confuso, ¿verdad?

Mientras que la tecnología puede acercarnos, el contacto físico sigue siendo esencial. Especialmente para los mayores, las interacciones en línea pueden transformarse en nada más que normas de cortesía, dejando a muchas personas sintiéndose vacías. Es como si estuvieras enviando mensajes de texto durante una cena y, de repente, te das cuenta de que no has mirado a la persona a tu lado por horas.

Afrontando el retorno a la normalidad

¿Cómo lidiar con todo esto después de las fiestas? Zenaida Aguilar sugiere que el primer paso es reconocer que el sentimiento de soledad es normal y común. Si te sientes solo, recuerda que no eres el único. Y es que, aunque la vida pueda parecer un faro para los demás, puede haber tormentas ocultas en cada corazón.

Un consejo que me ha funcionado es retomar tus rutinas lo más rápido posible. Por ejemplo, si te gusta hacer ejercicio, salir a caminar, leer un buen libro o disfrutar de tus hobbies, regresa a ello. Mantenerte activo y rodeado de actividades que te llenen puede ayudar a despejar la mente. ¿Te imaginas lo gratificante que puede ser reconectar contigo mismo?

También es fundamental cuidar el diálogo interno que tenemos. En lugar de ser nuestro peor crítico, ¿por qué no convertirnos en nuestro mejor amigo? Hablar amablemente con nosotros mismos puede hacer maravillas.

Negociando la ayuda profesional

En casos donde la soledad puede convertirse en un problema serio para la salud mental, hoy en día hay más recursos disponibles que nunca. Si sientes que la situación te supera, la opinión de un profesional puede resultar decisiva. Los servicios de atención primaria y los trabajados sociales están ahí para ayudarte, ¡no dudes en acercarte!

¿Te imaginas que, aunque estemos rodeados de personas, muchas de ellas enfrentan problemas similares y no lo sabemos? El sueño de una sociedad colectiva debería ser contar con un entorno donde todos estén pendientes del bienestar del otro. Pero, como dice Rueda, también debe provenir de las iniciativas de servicios públicos.

La importancia de crear redes

Y aquí es donde entra el contacto físico. Fomentar la conexión cercana, no solo la digital, es vital. Durante mucho tiempo he creído que compartir una risa o una conversación con alguien, incluso por un instante, puede ser el mejor remedio para la soledad. No necesitas estar rodeado de una multitud; a veces, una conversación profunda con un amigo cercano puede cambiarlo todo.

¿Y si simplemente comenzáramos por ser más conscientes de los demás? Imagina dar un paso adelante y notar si un compañero de trabajo, un vecino o un viejo amigo está pasando por un mal momento. Una llamada, un café o incluso un simple «¿cómo estás?» puede hacer una gran diferencia. A menudo, el simple gesto de preguntar a alguien cómo se siente puede abrir puertas a conversaciones significativas.

Reflexión final: un esfuerzo colectivo

La lucha contra la soledad no deseada debería ser un esfuerzo de todos. No solo los individuos afectados, sino la sociedad en su conjunto, debe tomar conciencia y buscar formas de conectar y cuidar a los demás. La soledad no solo afecta a la salud emocional, sino también a la salud física. Y, para aquellos que todavía se sienten solos, ¡recuerda! Cada paso hacia la empatía cuenta.

En conclusión, aprender a enfrentar la soledad no deseada es un viaje personal y colectivo. Adoptar nuevas prácticas, profundizar en la autocompasión y crear conexiones significativas en nuestra vida diaria puede marcar la diferencia. Ya sea en invierno, verano o cualquier época del año, no debemos olvidar que todos podemos ayudar a construir una comunidad más solidaria.

Entonces, la próxima vez que mires a tu alrededor, considera no solo las sonrisas que ves, sino también las que pueden estar ocultas tras una máscara de felicidad. Hacer un esfuerzo consciente para conectar puede ser el primer paso hacia un cambio positivo y duradero. ¡Vamos a hacerlo juntos!