Recientemente, el Partido Popular (PP) ha estado en el centro de una vorágine informativa tras la catastrófica situación que ha afectado a Valencia. ¿Quién no ha escuchado su nombre en los medios? A los 10 días de la catástrofe, Alberto Núñez Feijóo organiza una reunión virtual con los presidentes regionales de su partido. Pero la pregunta que nos asalta es: ¿realmente buscan ayudar o la unidad es solo una fachada?

Reuniones virtuales: ¿unidad o desesperación?

En un escenario donde las crisis parecen multiplicarse, la imagen que se quiere proyectar por parte del PP es de unidad en la reconstrucción. Pero, ¿es esa realmente la prioridad? En un mundo donde las reuniones por videollamada se han convertido casi en una rutina diaria, me pregunto cuántas realmente aportan valor real. ¿Se están utilizando solo para llenar un vacío político o hay un propósito genuino detrás?

Los presidentes de las comunidades autonómicas del PP fueron convocados por Feijóo para coordinar las ayudas a Valencia, compartir buenas prácticas y, supuestamente, hacer una recopilación de las iniciativas que están poniendo en marcha. El director de esta orquesta es Cuca Gamarra, secretaria general del PP, quien ha dejado claro que la reunión será “corta”. Una manera elegante de decir que prefieren mantener la conversación al grano y evitar que comience a sonar el «feliz cumpleaños» de nuevo.

Mi experiencia en situaciones de crisis me dice que, a veces, las reuniones cortas son mejores. Recuerdo una vez en una startup, donde un problema inesperado nos llevó a un encuentro express. Nos reunimos, discutimos las soluciones y, en menos de una hora, estábamos de vuelta al trabajo. Pero, ¿podrá el PP lograr una efectividad similar en este contexto político tan delicado?

La balanza de las culpas políticas

Quizás lo más intrigante de todo esto es la balanza de culpas que parece estar cambiando con el tiempo. Al inicio de la crisis, Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana, estaba en la línea de fuego. Sin embargo, a medida que se van conociendo más detalles, parece que el peso de las responsabilidades se distribuye de manera diferente.

¿Es posible que los líderes políticos evalúen el rendimiento de otros bajo un lente más generoso cuando las cosas no salen como esperaban? Con el tipo de información que se ha filtrado recientemente, se ha socavado un poco la idea de que Mazón es el único culpable por no activar las alertas a tiempo. Quizás no se trata de un solo líder que falló, sino de un sistema que podría estar diseñado para tener fallos. Reflexionando sobre esto, me viene a la mente el clásico dicho: «Siempre hay dos versiones de la historia».

La historia detrás de la crisis

Por otro lado, el hecho de que las comunidades del PP estén recopilando datos de ayuda y apoyo es, en cierta medida, reconfortante. La tradición de colaboración entre regiones es un fuerte en las administraciones públicas. Después de todo, ¿quién puede decir que no se ha beneficiado de alguna ayuda de amigos o vecinos? Compartir recursos y experiencias es una forma positiva de avanzar. Ya lo decía mi abuela: «En tiempos de crisis, los amigos son la mejor ayuda».

Sin embargo, esto también plantea una pregunta crucial: ¿es este un intento genuino por ayudar o una estrategia para posicionar al PP como el partido de la solución? No hay duda de que la política está llena de matices. Pero la política y la empatía no siempre van de la mano, ¿verdad?

¿Qué hay de la recuperación?

La tarea de recopilar y cuantificar toda la ayuda resulta de lo más interesante, además de estratégicamente vital. Pero me pregunto, mientras el PP se centra en este aspecto, ¿no deberían realmente estar pensando en cómo manejar mejor la crisis en lugar de enfocar su energía en la gestión de la imagen? A veces, parece que la política se convierte en un juego de ajedrez más que en un esfuerzo por sanar y construir comunidades.

Hoy en día, sería refrescante ver a un partido político actuar con transparencia y honestidad en su respuesta a este tipo de crisis. Pero, ¿puede la política contar con la honestidad cuando hay tanto en juego? Un tema que se ha vuelto recurrente en las conversaciones políticas en la actualidad.

El papel de los líderes

Regresando a la figura de Alberto Núñez Feijóo, él ha declarado que, de haber estado en el lugar de Mazón, habría activado la emergencia nacional y asumido el mando. Pero, ¿es este tipo de planteamiento realmente útil? Quién lo sabe, pero me recuerda a esos momentos en los que, después de perder un partido de fútbol, todos se convierten en entrenadores de sofá y critican las decisiones del técnico. “Yo hubiera hecho esto” o “debería haber utilizado a ese jugador”. Tal vez lo que necesitamos es dejar de buscar culpables y empezar a pensar en soluciones efectivas.

El liderazgo en tiempos de crisis no solo se trata de tomar decisiones rápidas, sino de hacer que esas decisiones resuenen en la gente. Necesitamos líderes que no solo estén dispuestos a ganar puntos políticos, sino que se preocupen sinceramente por las comunidades que representan.

La importancia de la empatía

Y es aquí donde quiero hacer un punto sobre la empatía. En tiempos de crisis, lo último que necesitamos es más divisionismo. Cada vez que un nuevo escándalo político sale a la luz, siento que mi fe en el sistema se tambalea un poco más. Pero, a su vez, siento la esperanza cuando veo a las comunidades unirse para apoyarse mutuamente. ¿No deberíamos estar todos de la mano, independientemente del color político?

Ya sea recogiendo comida para los necesitados o ayudando a limpiar los escombros tras un desastre, hay un profundo sentido de humanidad. La política debe abrazar este valor. Hay algo extraordinario en cómo puede surgir el altruismo en tiempos de adversidad. Quizás la verdadera unidad en la política comienza cuando los líderes son capaces de ver más allá de sus intereses individuales y concentrarse en lo que realmente importa: el bienestar de las personas.

Conclusión: buscando el camino hacia adelante

Al final del día, la evolución de la crisis en Valencia nos recuerda que la política es un arte complejo, lleno de contradicciones y tensiones. La unidad que se busca podría ser una ilusión, o podría ser una oportunidad genuina para mostrar liderazgo. Pero, ¿serán capaces los líderes del PP de aprovechar esa oportunidad? ¿O regresarán a los hábitos de siempre, donde cada uno busca su propio beneficio?

Lo único claro es que los ciudadanos merecen más que solo palabras vacías. Merecen acciones que hablen más que mil promesas vacías. Me encantaría que la próxima vez que escuchemos sobre una reunión de este tipo, no estemos cuestionando la intención, sino celebrando el progreso. Y, aunque sé que esto es un deseo que roza lo utópico, soñar no cuesta nada, ¿verdad?

Así que, a ti que estás leyendo esto, quiero dejarte con un mensaje: la próxima vez que te encuentres en una situación de crisis, recuerda que el liderazgo no se mide por lo que se dice, sino por lo que se hace. Y tú, ¿qué estás haciendo para aportar a tu comunidad?