¿Alguna vez te has preguntado cuántas cervezas quedan en la nevera justo después de una fiesta? O, y si se me permite la ironía, ¿cuántas veces has dicho “solo una copa” para terminar con más de lo que habías planeado? La realidad del consumo de alcohol en España se ha vuelto un tema candente, especialmente tras la pandemia que dejó su huella en nuestras vidas. Así que, si quieres conocer los detalles, acompáñame en este recorrido informativo y un poco divertido sobre la situación actual del consumo de alcohol en nuestro país.

Un aumento alarmante en el consumo de alcohol

A principios de esta semana, un estudio en Estados Unidos reveló que el consumo excesivo de alcohol entre los adultos aumentó más del 20% durante la pandemia. Pero no es solo un fenómeno estadounidense. En España, la situación es igualmente preocupante. Según la última Encuesta sobre Alcohol y Otras Drogas en España (EDADES), que analiza datos desde 1995 hasta 2022, el 93,2% de la población de 15 a 64 años dice haber consumido bebidas alcohólicas al menos una vez en la vida. Eso convierte al alcohol en la sustancia psicoactiva más consumida en el país.

¿Nos estamos bebiendo nuestro estilo de vida? Un 3.2% de la población es bastante indicativo de que esto no es solo una moda. ¿Es el alcohol el nuevo café en nuestras reuniones? No lo sé, pero lo que sí es claro es que la resaca en la mañana del día siguiente no proporciona el mismo impulso que una buena taza de espresso.

Un vistazo a los jóvenes

Uno de los aspectos más inquietantes del informe es la edad de inicio en el consumo de alcohol. El primer sorbo se da entre los 15,9 y los 17,3 años, siendo la Comunidad Valenciana la que lidera este «ranking». ¡Es casi como una competencia de quién puede tomar su primer trago más pronto! Cuando yo tenía esa edad, mis preocupaciones giraban en torno a las tareas escolares y al próximo examen. Nunca me imaginé que con una bebida en la mano, podría estar abriendo la puerta a toda una vida de problemas.

El confinamiento y su efecto en el consumo

Fernando Alonso Ecenarro, un médico de la Unidad de Toxicología Clínica del Hospital de Manises, menciona que durante el confinamiento hubo una disminución en el consumo, especialmente entre los adolescentes. Curioso, ¿verdad? Pasar meses atrapado en casa y, sin embargo, el deseo de una cerveza fría parecía desvanecerse. Pero la historia no se ha mantenido constante—ahora, los niveles de consumo han superado aquellos de antes de la pandemia. Es como si al final logramos salir de casa y, en vez de un abrazo, nos reencontráramos con una botella de vino.

Estrés en la era moderna

La preocupación de Ecenarro radica en el aumento de los factores estresantes en la vida diaria. ¿Quién no ha sentido el peso del mundo sobre sus hombros en algún momento? La vida moderna está llena de estrés, y la desinhibición social que produce el alcohol puede parecer una solución a corto plazo. Pero, nuevamente, nos encontramos con el dilema: ¿es realmente la solución o simplemente un parche que al final nos deja con resaca y más problemas de los que empezamos?

Las urgencias aumentan: el impacto en la salud pública

Un dato escalofriante que el Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones ha hecho público es que, entre todos los episodios de urgencias relacionadas con el consumo no médico de sustancias psicoactivas, el alcohol está presente en el 55,5% de estos casos. Esto es una señal clara de que, más allá de las fiestas y las celebraciones, el alcohol puede llevar a situaciones de crisis que afectan tanto a los individuos como a la sociedad en su conjunto.

Parece que cada vez que levantamos un vaso, hay una sombra de preocupación acechando, ya que el alcohol podría ser el protagonista no deseado en nuestros hospitales. La necesidad de servicios médicos es algo que no se debe subestimar. ¿Será que el consumo recreativo está transformándose en otro tipo de consumo?

No hay consumo seguro: el gran mito del «moderado»

A menudo escuchamos que un consumo moderado de alcohol podría tener beneficios para la salud. La curva en J, que algunos médicos mencionan, sugiere que un poco de vino podría ser bueno para el corazón. Sin embargo, Ecenarro señala que no hay cantidad segura de alcohol. Este 15 de noviembre, día mundial sin alcohol, debería hacernos reflexionar sobre estas creencias.

El médico también señala que muchos de estos estudios sobre los beneficios del alcohol presentan sesgos que pueden engañar a la población. En otras palabras, si te estás sintiendo un poco “fresco” al justificar tu copa de vino en la cena, piensa dos veces. Quizás sea mejor un delicioso zumito de naranja—saludable y, paradójicamente, libre de preocupaciones.

¿Qué hacer si te encuentras en problemas?

La historia de Agustín S., un miembro de Alcohólicos Anónimos en España, es reveladora. Él menciona que el adicto «lo será siempre». Se necesita de un cambio drástico en la vida para reconocer que hay un problema. ¿Te suena familiar esta idea? Reconocer que hay un problema es el primer paso, y admitir que el alcohol puede desempeñar un papel negativo en la vida de una persona no es fácil. Al igual que muchos en nuestra cultura, “salir a tomar algo” es casi un ritual. ¿Pero realmente necesitamos el alcohol para divertirnos? ¡Yo digo que no! Las mejores noches que recuerdo han sido riendo y bailando sin un solo trago en la mano.

El apoyo es clave

El respaldo de la familia puede hacer una diferencia enorme cuando se pide ayuda. A veces, olvidamos lo valioso que es ese apoyo. La comunidad de Alcohólicos Anónimos se basa en compartir experiencias, y no hay nada más poderoso que abrirse a otros. En mi propia vida, he encontrado que la comunidad puede ser la diferencia entre seguir adelante o quedarse estancado. Siempre hay alguien que ha estado en el mismo barco, y todos están dispuestos a echar una mano.

Conclusión: ¿Hacia dónde vamos?

En resumen, el consumo de alcohol en España se encuentra en un punto crítico. Con el aumento alarmante en las estadísticas y un acceso normalizado a la bebida, la pregunta es: ¿qué estamos dispuestos a hacer al respecto? Esta es una conversación que debemos iniciar—una que puede cambiar vidas.

No se trata de demonizar el alcohol ni de eliminar la posibilidad de disfrutar de un buen vino en una ocasión especial. Se trata de encontrar un equilibrio. Se trata de recordar que, al final del día, la mejor manera de conectar con los amigos y la familia no siempre implica levantar una copa. Entonces, ¿qué eliges tú: un brindis o una taza de café? Sé que yo me inclinaría más por la segunda opción los días de resaca.

Reflexiones finales

Al reflexionar sobre todo esto, es importante recordar que cada pequeño paso cuenta. La conversación sobre el alcohol debería ser una conversación de aceptación y apoyo, no de juicios. Si tú o alguien que conoces se enfrenta a problemas relacionados con el consumo de alcohol, hay recursos y personas dispuestas a ayudar. Porque al final, lo más importante es cuidar de nosotros mismos y de aquellos que queremos. Así que, la próxima vez que digas «ahora tomo una copa», piénsalo dos veces.

¡Salud! Pero quizás mejor sin alcohol.