El 20 de agosto de 2023 quedará grabado en la historia del fútbol femenino español no solo como un día de celebraciones por la conquista del Mundial. También será recordado por el escándalo que dejó al país sumido en una vorágine de indignación y controversia. Este artículo se adentra en los eventos que rodearon el beso no consentido de Luis Rubiales a Jenni Hermoso, convirtiendo lo que debería haber sido un día de alegría en un campo de batalla mediático.
El contexto: un triunfo esperado y un escándalo imprevisto
Primero, a todos los fanáticos del fútbol: ¿cuántas veces hemos visto a nuestros equipos levantar un trofeo? ¡Siempre es emocionante! Pero cuando la selección femenina de España logró proclamarse campeona del mundo, lo que debió ser una celebración épica se transformó en un espectáculo de horror. La victoria fue opacada por el beso de Rubiales a Hermoso, un gesto que claramente traspasó los límites del consentimiento, poniendo de relieve una cultura anticuada que aún persiste en el deporte.
¿Un beso o un abuso?
Para entender la magnitud de lo ocurrido, entre la emoción y la celebración, la selección femenina estaba viviendo su mejor momento. Jenni Hermoso, quien había ayudado a su equipo a alcanzar la cima del fútbol mundial, se encontró en el corazón de una tormenta mediática. Su declaración, donde menciona que «me dijo que le había dado asco», reflejó el impacto que esta situación tuvo en su vida. Imagina estar en la cumbre de tu carrera y luego enfrentarte a una experiencia que te hace sentir vulnerable. Es desgarrador, ¿no?
La dinámica del poder y las presiones
Lo que siguió al beso fue una serie de presiones que Hermoso enfrentó, provenientes no solo de dirigentes de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), sino también de compañeros y técnicos. Albert Luque, exdirector de fútbol masculino de la RFEF, llegó a ofrecerle trabajo a Hermoso y a su amiga, insinuando que su futura carrera profesional podría verse afectada si decidía hablar abiertamente sobre el beso.
¿Acaso el fútbol no debería ser el motor del cambio?
La conversación con Rubiales en el vestuario, donde él intentó minimizar la situación diciendo que era un gesto efusivo de celebración, nos lleva a reflexionar sobre las dinámicas de poder en el deporte. ¿Es tan difícil entender que un gesto como ese puede ser muy malinterpretado? Y lo que es más, ¿por qué una mujer debe temer por su carrera por querer hablar de un hecho que claramente la incomodó y lesionar su dignidad?
La voz de la comunidad y el apoyo entre compañeras
En medio de esta situación, es refrescante saber que las compañeras de Hermoso la apoyaron. La testificación de Alexia Putellas sobre el desasosiego que vivió Hermoso en Ibiza revela que, aunque estaban celebrando una victoria, la presión del sistema era abrumadora. Laia Codina y otras futbolistas también dieron un paso al frente para hablar de la presión que enfrentó su colega, evidenciando que el contexto del fútbol femenino no solo trata de dribles y goles, sino también de respeto y dignidad. Las mujeres han empezado a unirse, empoderándose mutuamente en un sector dominado históricamente por hombres.
Una cultura del silencio que se resquebraja
A medida que avanzaba el juicio, se reveló más sobre la cultura de silencio que rodea al fútbol español. Será interesante ver cómo evoluciona todo esto. Hermoso y sus compañeras se han convertido en un símbolo de resistencia contra la cultura del silencio que a menudo protege a quienes abusan de su poder.
¿Por qué es importante hablar de esto?
Los testimonios de Hermoso y sus compañeras no solo son cruciales para este caso en particular sino que abren la puerta a una conversación más amplia sobre el acoso y el abuso de poder en el deporte. Puede que no todos se den cuenta, pero cuando una mujer en una posición de autoridad, como Rubiales, actúa de una manera que desestima la autonomía y el consentimiento de una jugadora, todos perdemos.
Las declaraciones crueles: violencia simbólica
Las palabras de Luque, que comparó la situación con «quitarle a una persona el marrón más grande de su vida», reflejan una serie de actitudes que consolidan la violencia simbólica. La desvalorización de la voz de Hermoso y la minimización de su experiencia solo sirven para perpetuar las dinámicas de poder desiguales. Es difícil no sentir rabia ante la falta de empatía en tales declaraciones.
Hacia dónde va el fútbol femenino español
El juicio contra Rubiales y otros implicados ha puesto de relieve la necesidad de cambios radicales en la estructura de la RFEF y, por extensión, en el fútbol femenino. La discusión ya no se centra únicamente en el rendimiento deportivo; debe abarcar cuestiones relacionadas con el respeto y la dignidad. Ahora, ¿será posible una cultura que valore estas actitudes tanto como los goles?
Reflexiones finales y una chispa de esperanza
Al final del día, lo que esperamos es que este escándalo no solo arroje luz sobre la cultura de abuso en el fútbol, sino que también sirva como un punto de inflexión. Necesitamos ver más a mujeres en posiciones de poder, más liderazgo femenino en el deporte y, sobre todo, una política clara que resista el acoso en todas sus formas. El camino no será sencillo, claro. Pero el fútbol femenino ha demostrado su capacidad para desafiar las normas y crear un espacio donde la voz de cada mujer cuente.
¿Estamos listos para cambiar el juego?
Para todos los que amamos el fútbol, yo incluido, es hora de hacer una pregunta que debemos tener en mente: ¿estamos listos para dejar atrás una mentalidad anquilosada y crear un entorno donde todas las futbolistas, independientemente de su notoriedad, puedan sentirse seguras y respetadas? La victoria del equipo español en el Mundial debe ser el comienzo de un cambio más grande; un cambio que repudia el abuso y celebra la igualdad.
En conclusión, el escándalo que rodea a Rubiales y Hermoso no se trata solo de un beso. Es una oportunidad para que el fútbol, y la sociedad en general, revise y reevalúe sus normas, creencias y valores. Y mientras nos reímos y celebramos cada gol, no olvidemos que el respeto y el consentimiento deben ser el núcleo de nuestro juego. ¿Listos para un nuevo comienzo?