La historia y la política son dos amigos que parecen tener una relación bastante tóxica. Cada vez que intenta explicarle a alguien cómo las decisiones del pasado influyen en nuestro presente, uno siente que se le escapan las palabras, especialmente en un contexto tan cargado y emocional como el de Palestina. Hablando de esto, no podemos dejar de mencionar a Ilan Pappé, un académico que ha levantado voces críticas sobre el colonialismo israelo-palestino. No es solo un historiador; es un hombre que, a través de sus escritos y declaraciones, ha decidido tomar partido en una batalla que muchos prefieren ignorar. Su nuevo libro, “Lobbying for Zionism on Both Sides of the Atlantic”, ha suscitado debates acalorados. Pero, ¿qué nos dice realmente sobre la situación en Gaza y la historia en general? Acompáñame en este recorrido por el análisis de Pappé y lo que significa para el futuro de Palestina y el mundo.
Una crítica a la narrativa establecida
Desde hace años, Pappé ha sido una de las voces más destacadas en la denuncia del apartheid israelí y la limpieza étnica que sufrieron los palestinos. Su obra «La limpieza étnica de Palestina» es, sin duda, un referente que no ha dejado indiferente a nadie. ¿Te imaginas estar en el lugar de un investigador cuyo trabajo genera tanto revuelo que se ve obligado a dejar su país? Así fue para Pappé, que abandonó Israel en 2007 después de que sus dichas palabras le costaran su puesto en la Universidad de Haifa. Eso es valentía, ¿no crees?
Pappé nos recuerda que muchas de las narrativas que a menudo se circulan están manipuladas. El uso del término “guerra en Gaza” lo convierte en un conflicto convencional, cuando en realidad estamos hablando de un genocidio en curso. ¿Y quién puede negar que las palabras tienen poder? Si nos ponemos reflexivos, existen medios que “cacarea, cacarea” sobre la “defensa de la democracia” en Oriente Medio, mientras que millones de palestinos son despojados del simple derecho a vivir con dignidad. Pappé deja muy claro que el uso del lenguaje en la política no es un asunto trivial; es un arma.
La política del miedo y el antisemitismo
Nos vemos en un mundo que, a menudo, confunde la crítica a un Estado con la crítica a un grupo étnico. Cualquier enfrentamiento entre político y académico sobre Israel rápidamente se convierte en un juego de “quién grita más fuerte”. Pappé vuelve a tocar una cuerda sensible al hablar sobre la instrumentalización del antisemitismo en el discurso político. ¿La solución? Silenciar la crítica legítima mediante el miedo.
La historia ha demostrado que asustar a las personas con etiquetas suele llevar a la polarización en lugar de a la resolución. Entonces, hay que preguntarse: ¿Quiénes son los verdaderos perjudicados en esta lucha? Pappé subraya que esta agenda solo beneficia a un selecto grupo de políticos que prefieren ignorar las voces de aquellos que claman por una solución real, justa y humanitaria.
Las dimensiones de un conflicto colonial contemporáneo
Si sientes que estás intentando resolver un rompecabezas en el que las piezas no encajan, no estás solo. La situación en Gaza y el enfoque de Israel no se pueden entender desde la perspectiva de un conflicto binacional. Como Pappé señala insistentemente, tenemos que ver el sionismo como un fenómeno colonial que se asemeja más a lo que vivió Sudáfrica durante el apartheid. ¿No es curioso cómo a veces la historia parece repetirse, pero con nuevas caras y nuevos nombres?
Pappé concluye que la única solución viable es un Estado único y democrático para todos los que habitan en la Palestina histórica. Pero, ¿es esto un sueño imposible? Tal vez, pero el camino hacia la esperanza comienza por reconocer lo que existe. La lucha de Pappé es por un futuro donde la humanidad, la igualdad y la justicia sean las normas, no las excepciones.
Manifestaciones y el despertar de las conciencias
Durante las últimas semanas, hemos sido testigos de grandes manifestaciones. Un millón de personas en Londres, gritando por Palestina, no es una cifra menor. Aquí, en este punto, piso el freno. Pienso en la cercanía: se siente bien ver que el mundo comienza a conectar las luchas locales con las globales. ¿Te has dado cuenta? Existen conexiones profundas entre la lucha por los derechos civiles, el medio ambiente y los derechos humanos. No son batallas independientes, sino ecos de un mismo grito colectivo.
Como nos recuerda Pappé, “el futuro de todos está en juego”. Y quizás eso es lo que nos moviliza: el reconocimiento de que la injusticia, en cualquiera de sus formas, no debe permanecer silenciada. Es como cuando una canción pegajosa se te queda en la cabeza; no puedes dejar de pensar en ello hasta que lo resuelves. La lucha por Palestina es eso: una melodía que no puede ser ignorada.
La desconexión de las políticas occidentales
Dicho esto, hay que apreciar el sistema interconectado en el que vivimos. La comunidad internacional, especialmente los gobiernos occidentales, a menudo actúan con un sorprendente doble rasero. La hipocresía no es un término que haya perdido su valor: es evidente al comparar las reacciones ante crisis como la de Ucrania y Palestina. ¿Por qué, entonces, la vida palestina se reduce a una nota al pie en la historia contemporánea? Si la ley internacional ya no se traduce en derechos universales, ¿qué nos queda?
No obstante, Pappé sugiere que esta desconexión no tiene que ser definitiva. Las manifestaciones del mundo del Sur Global están observando con atención, y lo que sucede en Gaza resuena hasta las austeras paredes del Parlamento en Europa. Así que, si hay algo que podemos hacer, es empezar a cambiar la conversación.
Un grito en medio del silencio
Entender el contexto actual también requiere un análisis de lo que se escucha en las calles de Israel. Las protestas contra el gobierno de Netanyahu han crecido, pero, como bien indica Pappé, la mayoría de estas no piden el fin del apartheid, sino un enfoque más liberal para el Estado judío. Aquí hay un matiz en los gritos de la multitud que es fundamental reconocer. Hay quienes se manifiestan por la libertad del “sionismo”, aun cuando eso signifique continuar con la opresión de los demás.
Es una clara manifestación de que el verdadero conflicto no está entre judíos y palestinos, sino, en esencia, dentro de la misma ideología sionista. ¿Y es que no es irónico que el clamor por la “democracia” se utilice para legitimar el mantenimiento de la ocupación? En este caso, el cambio no solo tiene que venir del pueblo palestino; también debe surgir del seno de la sociedad israelí.
Reflecciones finales y la senda hacia adelante
En resumen, la realidad que presenta Ilan Pappé no es un relato cómodo. Es una invitación a abrir los ojos a una historia en la que muchos prefieren permanecer dormidos. La conclusión es clara: la lucha por Palestina está interrelacionada con luchas globales: cambio climático, derechos humanos y libertades civiles. Un tema no es más importante que otro; todos son ecos de un mismo llamado a la acción.
Entonces, paremos un momento a reflexionar: ¿qué papel quieres jugar tú en esta lucha? ¿Vas a permitir que la narrativa se siga escribiendo sin ti, o vas a ser parte del cambio? Nos encontramos ante un cruce de caminos, y el futuro confluirá hacia donde la voluntad de la gente se direccione.
Hoy en día, la misión de luchar por la libertad de expresión y los derechos humanos es más pertinente que nunca. Puede que en el futuro, al mirar hacia atrás, veamos en la lucha de Pappé el eco de una gran revolución social. Como dice el dicho, las semillas de cambio a menudo se siembran en los terrenos más duros. ¿Y no es allí donde el crecimiento es más sorprendente? ¡Así que, manos a la obra, porque la historia no se escribirá sola!