Vivimos en tiempos convulsos. Si alguna vez has sentido que el mundo parece más extraño que nunca—bueno, no estás solo. Con cada noticia que aparece en nuestras pantallas, parece que las divisiones sociales y políticas se vuelven más pronunciadas. Pero, justo cuando pensabas que todo estaba perdido, llega alguien que propone un tema que resuena: el bien común. Este concepto, que podría parecer algo abstracto o incluso filosófico, se torna crucial. Especialmente cuando es abordado por figuras de relevancia, como el mismo rey de España, Felipe VI.

En un mensaje navideño que seguramente muchos han pasado por alto mientras se distraían con los últimos memes de las redes sociales, Felipe VI enfatizó la urgencia de buscar el bien común. En nuestro bullicioso día a día, cabría preguntarse: ¿qué significa realmente esto y cómo podemos incorporarlo en nuestras vidas? Vamos a sumergirnos en este concepto “real” (¡y no estoy hablando de las Real Housewives!).

Entendiendo el Bien Común: un Enfoque Más Allá de la Política

Algunos podrán pensar que “bien común” es solo otro término que las instituciones utilizan para blanquear decisiones difíciles. Sin embargo, el bien común puede considerarse como el pegamento que sostiene nuestro tejido social. Pensémoslo de esta manera: sería como un equipo de fútbol, donde todos deben jugar en armonía para ganar. En el caso del rey, mencionó que el bien común se traduce en «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro más pleno y más fácil de la propia perfección».

Un Símil Futbolístico

Ahora, para los que son más afines al deporte que a la filosofía, imagínense que son parte de un equipo de fútbol. V atenderás a tus fortalezas y debilidades, pero al final del día, lo que realmente importa es el rendimiento del equipo en su conjunto. ¿No sería fabuloso que en lugar de aplaudir solamente al goleador, todos los jugadores fueran reconocidos por su contribución al juego?

Es más, el Rey, como un verdadero director técnico, hace un llamado a las instituciones y a los ciudadanos para que no solo busquen su “gol” personal, sino que trabajen en conjunto, llevando el concepto de bien común en sus corazones.

¿Es esta una expectativa demasiado alta? Se puede argumentar que sí, pero la realidad es que es una responsabilidad compartida. Competition y colaboración pueden coexistir si nos comprometemos a escuchar y dialogar.

Reflexionando sobre el Mensaje del Rey: Un Llamado a la Acción

Felipe VI dijo que es responsabilidad de todas las instituciones y administraciones públicas que esa noción de bien común se refleje en cualquier discurso o decisión política. ¡Vaya desafío! A veces, me pregunto si las decisiones políticas vienen acompañadas de un café. Quién sabe, tal vez una buena taza de café ayudaría a los líderes a pensar más en lo que es mejor para todos, en lugar de lo que les beneficia a ellos.

Y es que también hay una dosis de realidad en esto: no se trata solamente de papeles y discursos. Se trata de crear un espacio para el diálogo. Esto me recuerda a una cena familiar en la que todos tienen opiniones sobre el menú, pero al final acaban comiendo pizza porque eso es lo que todos pueden aceptar. No se trata de ignorar las diferencias—se trata de encontrar un terreno común.

Elementos Esenciales del Bien Común

Según la doctrina social de la iglesia, el bien común implica tres elementos esenciales:

  1. Respeto a la persona: Reconocer la dignidad de cada individuo. En términos simples, nadie debería ser tratado como un número, sino como alguien que tiene su propio mundo de experiencias y sueños.

  2. Bienestar social y desarrollo del grupo: Este es un aspecto que a menudo pasamos por alto en nuestras rutinas diarias. ¿Cuántas veces hemos estado tan inmersos en nuestros problemas que olvidamos mirar a nuestro alrededor? Sin embargo, para que el grupo se desarrolle plenamente, cada uno de sus miembros debe sentirse realizado.

  3. Paz y seguridad: Esto es fundamental y a menudo el más complicado de todos. La paz no es solo la ausencia de conflicto; es la presencia de justicia. Un entorno seguro es aquel en el que todos tienen el espacio para expresarse y aportar.

El Bien Común: Más Allá del Utilitarismo

Si alguna vez has oído hablar de Jeremy Bentham, sabes que él tenía una idea bien clara: la mayor felicidad del mayor número. Pero aquí es donde empieza la trampa. Aunque suena atractivo, esta fórmula utilitarista puede dejar a alguien a la deriva, olvidado en el camino hacia la felicidad general.

Imagina que en una fiesta, el organizador decide que lo que todos quieren es más salsa (porque a quien no le gusta un buen guacamole, ¡verdad!). Pero ¿qué pasa con el amigo que es alérgico? Aquí es donde el bien común se aleja de las simples estadísticas. Es un concepto que incluye a todos. Mientras que el utilitarismo suma y busca la satisfacción de la mayoría, el bien común se ocupa de multiplicar las oportunidades para todos. ¡Ahora esto empieza a tener sentido!

La Voz del Rey: Un Mensaje con Esperanza

En su discurso, Felipe VI añadió que, más allá de un reto político, hay una memoria del camino recorrido que debemos tener en cuenta. Es como un examen de fin de año. ¿Qué aprendimos de nuestras experiencias pasadas y cómo esto nos afecta hoy? Como seres humanos, estamos destinados a desafiar esas divisiones. A recordar que muchos de nosotros compartimos los mismos desafíos.

Hay que admitir que puede ser tentador frustrarse y pensar: “¡¿Cómo se supone que debemos lograr el bien común en medio de tanto caos?!” Y diría que es absolutamente válido sentir eso. Pero tenemos la responsabilidad, como ciudadanos de este planeta, de trabajar hacia un objetivo que todos deseamos: un mundo mejor. ¿Es utópico? Quizás. Pero es un sueño por el que vale la pena trabajar.

La Importancia del Diálogo: Un Espacio Necesario

Volviendo al rey, su mensaje gira en torno a la necesidad de un diálogo genuino que desarrolle la ética del bien común como propósito moral. La verdad es que el diálogo no es solo charlar, sino un intercambio rico y saludable que permite que cada voz sea escuchada. En mi experiencia, he aprendido que las discusiones más difíciles a menudo conducen a las soluciones más creativas.

Imagina que eres el encargado de una reunión donde la gente debe decidir qué película ver. Al principio, hay opiniones fuertes sobre lo que hay que ver. Sin embargo, si todos están dispuestos a escuchar, podrían descubrir que hay un gusto común, aunque improbable. Entonces, ¿por qué no pensar en el diálogo como un medio para construir nuestro futuro?

Un Cambio de Mentalidad

Establecer este diálogo requiere un cambio de mentalidad. A menudo, estamos atrapados en la narrativa de “tú contra mí”, cuando en realidad deberíamos movernos hacia un “juntos somos más fuertes”. Y eso, amigos míos, es el espíritu de bien común.

Conclusión: Un Llamado a la Acción

Como dijo el rey: «tenemos el interés y la responsabilidad de protegerlo y reforzarlo». Esto no es solo un llamado a los políticos, sino a cada uno de nosotros. Al final del día, nuestra comunidad y lo que queremos de ella comienza con cómo nos tratamos entre nosotros. Es fácil caer en el desencanto y pensar que no hay nada que podamos hacer. Pero cada acción cuenta, y cada pequeño gesto hacia el bien común suma.

Así que la próxima vez que te encuentres en una conversación, ya sea por la política o por la última serie de Netflix de moda, recuerda lo que realmente importa. El bien de todos es el bien de cada uno. Si comienzas a ver cada interacción no solo como un intercambio personal, sino como una oportunidad para contribuir al bien común, podría haber un cambio real en nuestro entorno.

Así que, ¡brindemos! No con salsa, sino con la esperanza de que, juntos, podemos construir un mundo donde el bien común no sea solo un bello ideal, sino una realidad palpable. ¡Salud!