¡Hola a todos los amantes de las compras y las aventuras! Hoy me gustaría hablarles sobre algo que probablemente muchos de ustedes han experimentado en algún momento de su vida: el choque cultural que se produce al hacer la compra en un país diferente. Cuando se cambia de país, incluso algo tan común como ir al supermercado puede transformarse en una experiencia que mezcla la comedia con el drama. Y no, no estoy exagerando. Voy a compartirles la historia de una tiktoker española que se mudó a Argentina y cómo su primer intento de hacer la compra se convirtió en un sinfín de confusiones y anécdotas dignas de contar.

La primera vez nunca se olvida

Imaginen por un momento que están en un país nuevo, lleno de expectativas y, por supuesto, de productos alimenticios que ni siquiera pueden pronunciar. Esto es exactamente lo que le ocurrió a @crissssvi, una joven española que decidió dejar atrás su hogar y embarcarse en la aventura de vivir en Argentina. Como muchos de nosotros, se encontró dando su primer gran paso: ir al supermercado. Sin embargo, en lugar de un simple día de compras, se encontró con una odisea que pondría a prueba su paciencia y sentido del humor.

Cuando la joven hizo su primera compra, se sorprendió al ver que algunos productos familiares no estaban disponibles. Por ejemplo, el queso fresco — ese manjar que muchas veces se da por sentado — brillaba por su ausencia. En su lugar, descubrió la vasta variedad de quesos que Argentina tiene para ofrecer, que no parecen mucho, pero créanme, son un reto en términos de elección. Al final, lo que ella pensaba que era una elección sencilla terminó siendo un lío de «¿qué es esto?».

Es curioso cómo ciertas cosas que consideramos básicas pueden volverse complicadas en un nuevo entorno. ¿Alguna vez han intentado comprar un yogurt natural fuera de su país? Personalmente, yo he tenido experiencias similares en varios supermercados en Europa, donde a veces la etiqueta me decía “yogurt” y, al abrir el envase, me encontraba con algo que podría describirse más como una crema espesa que como el yogur ligero que esperaba. ¡Qué desilusión!

Confusiones en el etiquetado

En el primer video que publicó, @crissssvi mostraba cómo le resultó casi imposible identificar algunos productos, y eso que ella se consideraba una chica bastante avezada en el arte de la compra. En su búsqueda del yogur sin edulcorantes, pagó por lo que pensó que era un producto familiar, solo para darse cuenta de que había adquirido queso crema. La expresión de sorpresa y decepción en su rostro me hizo reír. ¿No es acaso el destino burlón en su máxima expresión? ¡Una compradora desarmada frente a un kiosko de lácteos!

La joven influencer mencionó que había pagado tres euros por el queso crema. Sin duda, la idea de encontrar un yogur natural se convirtió en una búsqueda bastante costosa. En estos momentos, ¿se sienten identificados? Al final del día, a todos nos ha pasado algo similar en alguna parte del mundo. Recuerdo una vez que fui a comprar frutas en un mercado en México, y después de preguntar por los precios, volví a casa con una bolsa de algo que ni siquiera sabía que existía. La vida a veces está llena de sorpresas.

El fiasco del champú y el gel de baño

Pero eso no es todo. Una de las anécdotas más graciosas que compartió nuestra amiga del TikTok fue la confusión que tuvo al elegir un producto que pensó que era gel de baño, pero que resultó ser champú. ¡Imaginen la situación! De entrada, creo que es un alivio que al menos eso no terminara en un «uso alternativo» de productos, como cuando en un apuro mezclamos limpiador de cocina con desinfectante. La risa de @crissssvi al recordar que había visto champú en Argentina solo en forma de pastillas de jabón es un recordatorio de cómo la familiaridad puede llevarnos a malentendidos cómicos.

Aquí en mi país, en lugar de “gel de baño” necesitamos decir “jabón líquido”. La diferencia parece sutil, pero en el contexto de un país en el que no descifras la etiqueta, puede ser un verdadero drama. Me atrevería a preguntar, ¿acaso alguien aquí se ha visto en una situación parecida al intentar comprar productos de higiene en el extranjero? ¡Por favor, compartan sus anécdotas!

Atrapada en la sección de lácteos

La sección de lácteos fue donde realmente cometió un «desliz» monumental. Mientras buscaba algo tan simple como un queso fresco, terminó comprando “queso cremoso”, que en Argentina es bastante popular pero nada parecido a lo que se esperaba. Es un momento desgarrador darse cuenta de que algo que es tan seguro puede volverse tan complicado. “El queso me ha rallado muchísimo”, se lamenta entre risas. Con una expresión de frustración genuina y risas nerviosas, se da cuenta de que tal vez el desafío de ser un forastero en un nuevo país va más allá de solo elegir lo que vas a llevar a casa.

Siempre me he preguntado, ¿sería más fácil si la gente tuviera una guía permanente sobre el etiquetado de productos internacionales? Imagínense un pequeño diccionario del supermercado, ¡sería un sueño hecho realidad! Pero claro, eso le quitaría un poco la aventura a la experiencia. A veces, los errores son lo que hacen que el viaje sea realmente valioso.

El precio del choque cultural

Finalmente, después de tantas confusiones y risas, nuestra valiente exploradora se topó con el precio de su compra. Se quedó asombrada al ver que por “cuatro cositas” había pagado 46 euros en un supermercado que, según dicen, es uno de los más económicos en Argentina. Ante la cámara, expresa su sorpresa y frustración, y no es para menos. Si tienes que sacar la calculadora para hacer cuentas en un momento que debería ser simple, entonces estás en un mar de complicaciones.

Recuerdo una vez que compré en un supermercado en Francia y mis productos fueron a parar a una cuenta que ni yo misma podía justificar. La sensación de que tus chucherías valen el nuevo salario mínimo es común. ¿Pero qué pasa con esa sensación de que uno a veces paga más por menos, o se lleva a casa cosas que no necesita realmente? Es un recordatorio de que el cambio es una parte intrínseca de cualquier aventura.

Reflexiones finales sobre compras y adaptaciones

Al final, la historia de @crissssvi es un testamento a las complejidades que conlleva vivir en un país diferente. Pero, más allá de los obstáculos cotidianos, también es una invitación a abordar estos momentos con un sentido del humor abrumadoramente necesario. La verdad es que, como seres humanos, nos adaptamos, aprendemos y crecemos con cada experiencia que enfrentamos.

Así que, para todos ustedes que están considerando enviar sus raíces hacia nuevos horizontes, recuerden que el viaje comienza con una simple lista de compras y termina con momentos que quedarán grabados en la memoria. Quizás, la moraleja sea que no hay nada de malo en reírse de uno mismo en el proceso. ¿Alguna vez han pensado en lo que significa realmente «casa»? A veces, la casa puede ser simplemente donde el gel de baño es, de hecho, gel de baño y donde podemos hacer compras sensatas sin quebrar la banca.

Y tú, ¿has vivido un “choque cultural” en el supermercado? Cuéntame tus anécdotas, porque quizás lo que parezca una tragedia hoy se convierta en una buena risa mañana. ¡Hasta la próxima!