En los últimos años, se ha consolidado una nueva tendencia en el mundo del turismo: el turismo local. Con el auge de plataformas como TikTok, no solo se ha democratizado el contenido, sino que hemos visto cómo los creadores de contenido transforman su manera de viajar y de compartir sus experiencias. No se trata solo de capturar imágenes en los destinos más populares, sino de explorar pueblos y ciudades menos conocidas, como Huesca. Pero, ¿qué ha motivado este cambio? Vamos a desglosarlo.

La revolución del turismo local: un giro inesperado

Todo comenzó, como suele pasar en estos tiempos, con una combinación de pandemia y la consiguiente búsqueda de alternativas. Cuando los vuelos se cancelaron y las fronteras se cerraron, los tiktokers se encontraron en una encrucijada. Muchos decidieron explorar su propio patio trasero y compartir sus vivencias. ¿Por qué viajar lejos si se pueden descubrir tesoros en casa?

Jordi O’Riordan, un joven creador de contenido, es un excelente ejemplo de este fenómeno. Su reto es visitar las 50 provincias de España y compartir sus hallazgos a medida que lo hace. Lo que inicialmente parecía un capricho, se ha convertido en una manera de promover el comercio local, la cultura y la historia de los lugares que visita. En su última aventura, decidió visitar Huesca, un lugar que, a juicio de muchos, pasa desapercibido frente a otras ciudades más populares.

Huesca: la sorpresa en el camino

Cuando Jordi llegó a Huesca, su primera impresión no fue la mejor. Las calles parecían un poco descuidado y no se notaba mucho entusiasmo en el ambiente. Sin embargo, como buen viajero, decidió no dejarse llevar por las primeras impresiones. “He llegado a la plaza del mercado y a partir de aquí ya tiene otra cara,” afirmó, lo que me hizo recordar mis propios viajes donde una calle puede cambiar completamente la experiencia.

Uno puede fácilmente identificarse con esa debilidad de las primeras impresiones. ¿Quién no ha llegado a un lugar y se ha sentido un poco desilusionado? Pero a veces, lo que parece un buen o mal lugar en la llegada puede convertirse en un magnífico recuerdo al final del día. Es como esa relación que empieza de forma torpe y termina por ser la mejor de todas.

Gastronomía del alma: un festín en Huesca

Huesca no es solo un destino visual, sino que también ofrece un banquete para el paladar. Al probar las migas aragonesas, un plato tradicional, Jordi se sintió como un rey. ¿Y qué más se puede pedir que disfrutar de una buena comida acompañada de un vino local? Esos son los momentos que realmente hacen que un viaje sea memorable.

Hablando de gastronomía, no puedo evitar recordar un viaje a un pequeño pueblo en Italia donde probé un plato de pasta que parecía hecho con amor. La conexión que se siente al degustar la comida local es insustituible. Las migas aragonesas parecen haber logrado ese mismo efecto.

Y como si fuera poco, se encontró con un café que costaba solo 1,40 euros. «¡Sentirse como un marqués!»–dijo Jordi. En un mundo donde frecuentemente pagamos de más por un café que sabe como si lo hubieran hecho con agua y un poco de polvo instantáneo, encontrarse con tal tesoro es digno de celebrarse.

Comunidad y Comercio Local: un abrazo reconfortante

Una de las cosas más encantadoras de Huesca es su comercio local. En lugar de encontrar cadenas nacionales como Starbucks o Burger King, Jordi vio boutiques y tiendas locales que reflejan la cultura y la tradición de la zona. En un momento en que todo se siente tan homogenizado, estas pequeñas joyas son como un cálido abrazo al final de un largo día.

Es un recordatorio de que, a menudo, lo mejor está más cerca de lo que pensamos. ¿No te ha pasado querer un café en la misma tienda del barrio en vez de la franquicia que está en cada esquina? La autenticidad tiene un sabor diferente y Huesca parece ser un refugio para ella.

El dilema de vivir vs. visitar: Huesca en el corazón

Al final de su visita, Jordi se atrevió a dar su veredicto final sobre Huesca: “Me parece una ciudad muy guay para jubilarse, pero para vivir aquí si eres joven está complicada la cosa.” Es una reflexión válida y empática. Muchos lugares, aunque hermosos, pueden no tener aspectos que se alineen con las necesidades de una población más joven, como opciones de entretenimiento o empleo.

¿Es necesario que cada ciudad tenga la capacidad de atraer a los jóvenes para ser valiosa? Seguramente, siempre hay un lugar para todos, y a veces, un lugar que parece ser perfecto para descansar podría no responder a los mismos criterios que un lugar lleno de energía para vivir.

Reflexiones finales: ¿deberíamos seguir a los tiktokers?

El fenómeno del turismo local impulsado por TikTok ha hecho que muchos de nosotros replanteemos cómo viajamos y a dónde vamos. Huesca, por ejemplo, es uno de esos lugares que ha sido redescubierto gracias a creadores como Jordi. La forma en la que nos conecta con las tradiciones, la gastronomía, y la comunidad local es invaluable.

A lo largo de este artículo, he tejido tanto mis propias experiencias como las de Jordi, pero lo más importante es lo que significa este nuevo enfoque a la hora de viajar. En un mundo que a menudo se siente pequeño y apretado, el redescubrimiento de lo cercano es la oportunidad perfecta para sentirnos más conectados y realizados.

Cuando pienses en tu próximo viaje, ¿por qué no darle una oportunidad a un lugar menos conocido? La próxima joya puede estar más cerca de lo que piensas. Así que, ¡arriba esos pasaportes y exploremos el tesoro que tenemos en nuestras propias casas!