Si alguna vez has tenido una pelea sobre cómo cargar el lavavajillas, no estás solo. En mi hogar, esas discusiones son tan frecuentes como el anhelo por más pizza los viernes. La verdad es que la correcta disposición de los platos, vasos y cubiertos puede marcar la diferencia entre una vajilla brillante y un desastre de comida con olor a desastre. Según la organización de defensa de consumidores británica Which?, existen 11 mandamientos que todos deberíamos seguir para que nuestras vidas sean más fáciles. ¡Prepárate para convertirte en el Leonardo da Vinci de los lavavajillas!
1. Quita los restos, pero no enjuagues
Eres una persona meticulosa, lo sé. Los restos de comida en el plato pueden parecer que están ahí solo para molestarte. Pero aquí viene el primer consejo: quita los restos, pero no enjuagues. ¿Por qué? Porque el lavavajillas muchas veces tiene un modo de prelavado diseñado para lidiar con esos pequeños trozos rebeldes. Yo solía enjuagar mis platos como si estuviera preparándolos para una gala, hasta que me di cuenta de que estaba desperdiciando agua y tiempo.
¿Sabías que cada vez que enjuagas antes de cargar, le estás robando una porción de agua al planeta? Piensa en el agua como un recurso valioso… Ah, cómo cambia la perspectiva.
2. Mirando hacia el centro
Cuando piensas en la mejor manera de cargar el lavavajillas, imagina un huracán de agua atacando toda esa suciedad. Para que este fenómeno ocurra, cada plato debe mirar hacia el centro. Si colocas los platos de forma que el lado sucio apunte hacia afuera, seguramente tu esfuerzo será completamente en vano. Con el agua trabajando su magia, asegúrate de que no haya ningún obstáculo que impida el flujo.
Nada me frustra más que abrir la puerta del lavavajillas y encontrar un plato impecable junto a un cuenco sucio… ¡los traidores!
3. No sobrecargues
Aquí es donde muchos cometen un error garrafal: la sobrecarga. Lo sé, lo entiendo, necesitas espacio para todas esas cenas familiares, pero haciéndolo, en vez de ganar tiempo, terminas en una batalla interminable con los restos de comida. Imagina que eres un director de orquesta y tus platos son los músicos: necesitan espacio entre ellos para crear una hermosa sinfonía. Deja que el agua y el detergente se distribuyan adecuadamente y evita que se hagan paracaidistas en la parte posterior.
Recuerda, la organización es clave, y a veces, menos es más.
4. Mezcla platos y cuencos
Relájate, no tienes que ser un científico loco para cargar el lavavajillas. Sin embargo, mezclar platos grandes y pequeños puede facilitar mucho las cosas. Alternar estos artículos no solo permitirá un mejor flujo del agua, sino que también te proporcionará lo que yo llamo el «efecto dominó»: un plato limpio lleva a otro limpio.
¿Te ha pasado que llevas tanto tiempo mientras acabas de cargar que te preguntas si ha sido realmente necesario llevar a cabo esa cena? Broma, broma, pero en serio, alternar puede hacer maravillas.
5. Cuencos siempre boca abajo
Parece tan obvio, ¿verdad? Pero muchas personas todavía insisten en poner los cuencos hacia arriba, como si estuvieran esperando a que se conviertan en una piscina pequeña. ¡Qué tristeza! Coloca esos cuencos boca abajo, así evitarás que el agua se acumule en su interior, convirtiéndolos en pequeños reservorios de suciedad.
Imagina que estás en un spa y decides llenar tu bañera… no, no, no. Mejor evita ese fiasco.
6. Artículos grandes, en la parte posterior y los costados
Si alguna vez has intentado meter una bandeja para hornear gigante en medio de otros platos, sabes de lo que estoy hablando. Coloca los artículos grandes como bandejas o platos de pavo en la parte posterior y laterales del lavavajillas para maximizar el flujo de agua. Esa es la manera de asegurarte de que nada quede obstruido.
Es como si estuvieras gestionando a una multitud: asegúrate de que haya suficiente espacio para que todos se muevan a sus lugares.
7. Utiliza rejillas ajustables para artículos grandes
No hay nada como un lavavajillas que se adapta a tus necesidades, como un buen amigo. La mayoría de los modelos modernos tienen rejillas ajustables. No temas usarlas. Si tienes copas de vino o artículos voluminosos, ajústalos para aprovechar al máximo el espacio. ¡Verás cómo la carga se convierte en un juego de Tetris!
A nadie le gusta escuchar ese sonido de «crack» cuando intentas cerrar la puerta del lavavajillas. ¡No dejes que eso te pase!
8. Bandejas para asar, en la rejilla inferior
Cuando se trata de bandejas para asar, colócalas en la rejilla inferior. Sí, ahí donde el agua es más caliente y la presión más alta. Esto es como poner el pan en la parte superior de la tostadora: no hará nada si está en el lugar equivocado. Así que evita que la grasa y los rezagos se conviertan en un reto, y deja que el lavavajillas haga su trabajo.
Es como poner la comida en el microondas: ¡Siempre en el centro para un calentamiento uniforme!
9. Tazas y vasos, en la parte superior
Los vasos son delicados y necesitan cariño. Colócalos en la parte superior, mirando hacia abajo. Es como enviarlos a un lugar seguro donde el agua de arriba pueda abrazarlos suavemente. A veces, la parte superior no recibe la misma atención, pero recuerda, es como si fueran tus amigos y quisieras protegerlos.
Si los colocas bien, te ahorras el dolor de verlos manchados por esa salsa que no se fue.
10. Protege los plásticos
Los artículos de plástico son como esos amigos que siempre son un poco problemáticos. Deben colocarse en la rejilla superior, donde hay menos calor y donde es menos probable que se deformen. Así que cuídalos bien.
A veces, veo horrores a la hora de cargar el lavavajillas, pero proteger los plásticos puede evitarte muchas decepciones.
11. Así se cargan los cubiertos
Finalmente, llegamos a los cubiertos, esos pequeños guerreros que siempre están enredados. Si colocas todos los cubiertos juntos, probablemente terminarás con el temido «anidamiento». La solución es sencilla: alterna entre colocar algunos en posición vertical y otros boca abajo. Así, el agua puede llegar a todos los rincones.
Y recuerda, los cuchillos deben ir con la punta hacia abajo. 🗡️ Seguridad ante todo.
Reflexiones finales: la lucha del lavavajillas
Al final del día, cargar el lavavajillas puede parecer una simple tarea doméstica, pero se ha convertido en un arte. Siguiendo estos 11 mandamientos, no solo te harás la vida más fácil, sino que también podrás disfrutar de esos momentos de tranquilidad mientras escuchas el sonido del lavavajillas.
Así que, la próxima vez que te encuentres en una batalla por el lavavajillas, recuerda: son solo platos. ¡Dirige esa orquesta, mezcla esos platos y deja que el agua haga su magia! ¿Quién dijo que hacer tareas del hogar no puede ser divertido?
Ahora que conoces los trucos, ¿te atreves a hacer una carga mientras escuchas tu playlist favorita? ¡Vamos! Cuéntame tu anécdota más cómica del lavavajillas. Estoy ansioso por escucharla.