La situación del patrimonio histórico en Cantabria sigue siendo motivo de preocupación en 2024. La asociación Hispania Nostra ha declarado que el semáforo del patrimonio de la región sigue en rojo, y a juzgar por la lista que han publicado, no es de extrañar. Pero, ¿por qué deberíamos preocuparnos por eso? Vamos a indagar en esta temática que podría resonar más de lo que pensamos, incluso si nos dedicamos a otras cosas en la vida más allá de la historia.
Un vistazo a la Lista Roja
Primero lo primero, ¿qué es exactamente esta Lista Roja? En resumen, es una herramienta que Hispania Nostra utiliza para identificar aquellos bienes patrimoniales que están en peligro de desaparecer. En 2024, lamentablemente, se añadieron cuatro nuevos elementos a la lista, evidenciando un deterioro que no podemos ignorar. Entre ellos se encuentran el molino del Romano en Galizano, la portalada de la antigua Casa de Salud Valdecilla en Maliaño, la ermita de Jesús, María y José en Liendo y, por último, el molino harinero de El Ronzón en Bezana.
Un patrimonio a la deriva
Vamos a entrar de lleno en estos cuatro casos. Comenzando con el molino del Romano, construido en el siglo XVIII. Este edificio es un testimonio de la historia agraria de la región, pero actualmente está en ruinas. ¡Imagínate! Hasta un 70% de su propiedad es pública y, aun así, está a la merced del tiempo y el olvido. ¿Cuánto tiempo más podrá resistir sin que se tomen medidas?
La portalada de la antigua Casa de Salud Valdecilla es otro enorme quebradero de cabeza. Este hito civil, que una vez fue símbolo de un periodo dorado, se encuentra en pedazos y necesitando atención urgente. ¿Qué mensaje estamos enviando a las futuras generaciones si permitimos que tales monumentos caigan en el olvido? Es como si no tuviéramos respeto por nuestra propia historia.
La situación de la ermita de Jesús, María y José: ¿un rayo de esperanza?
Afortunadamente, no todo son malas noticias. En Liendo, los vecinos se han unido para llevar a cabo un proyecto de micromecenazgo con el objetivo de recuperar la ermita de Jesús, María y José. Este esfuerzo comunitario podría convertirse en un centro cultural y vecinal. ¡Eso sí que es un espíritu de comunidad! Pero, ¿debería ser la comunidad la única responsable de proteger su patrimonio? ¿No deberían las instituciones gubernamentales asumir su parte también?
El otro lado del semáforo: La Lista Verde
Ahora, hablemos de la Lista Verde. Este es el lugar donde se encuentran los bienes patrimoniales que han sido restaurados o recuperados. En particular, hay un caso que destaca: la grúa Priestman nº3. Este artefacto industrial había sido abandonado durante años, lo que es un recordatorio de que a menudo olvidamos el patrimonio industrial en favor del patrimonial monumental. ¿Es eso justo? Esta grúa, vinculada a la explosión del Cabo Machichaco, finalmente ha sido restaurada y ahora adorna La Concha. Es un pequeño paso, pero un paso en la dirección correcta.
La importancia de la conservación del patrimonio
¿Te has preguntado alguna vez por qué es tan importante conservar nuestro patrimonio? Además de ser parte de nuestra historia colectiva, los bienes patrimoniales son recursos que pueden fomentar el turismo, la educación y la identidad cultural. Imagina que dejemos que nuestro patrimonio se desmorone. No solo perdemos la historia, también perdemos la posibilidad de que las futuras generaciones aprendan de ella.
A menudo escuchamos decir que el patrimonio es «nuestra memoria colectiva», pero ¿realmente lo sentimos así? Me acuerdo de una vez que visité un pequeño pueblo en Francia, donde cada piedra parecía contar una historia, y no pude evitar sentir que era parte de algo más grande. Esa sensación es lo que debemos buscar al preservar nuestro patrimonio.
Las múltiples caras del patrimonio
En este sentido, es fundamental mencionar que el patrimonio no solo se trata de grandes monumentos y edificios; también incluye tradiciones, prácticas y, por supuesto, el patrimonio industrial. ¿Sabías que algunos de los primeros ferrocarriles en Cantabria fueron parte fundamental de la configuración de su economía? Si no preservamos esos recuerdos, estamos dejando que se lose en el olvido.
¿Qué pasos se están tomando?
Aunque como hemos visto la situación es crítica, hay iniciativas que están surgiendo. La colaboración entre pueblos, instituciones y organizaciones como Hispania Nostra es esencial. La cuestión es, ¿son estas medidas suficientes? La ansiedad que a menudo sentimos al leer sobre el deterioro de nuestro patrimonio podría ser un llamado de atención para todos nosotros.
Por ejemplo, los planes de restauración y las campañas de sensibilización son pasos que deben acelerarse. Las instituciones deben asumir su responsabilidad, pero también nosotros, como ciudadanos, debemos promover la importancia de conservar nuestro patrimonio. ¿No sería increíble si cada uno de nosotros dedicara al menos un día al año a contribuir a la conservación del patrimonio en nuestra comunidad?
Un llamado a la acción
Antes de concluir, quiero dejarte con una reflexión. La situación del patrimonio histórico en Cantabria está lejos de ser alentadora. Pero, como hemos visto con la grúa Priestman, hay luz al final del túnel. Si a nivel comunitario podemos unirnos y hacer algo por lo que amamos, ¿qué más podríamos lograr?
Así que aquí está mi llamado a la acción: si te importa la historia, la cultura y la identidad de tu comunidad, ¡es hora de levantarse y hacer algo! Ya sea apoyando campañas de restauración, participando en iniciativas comunitarias o simplemente educándote y educando a otros sobre la importancia del patrimonio, cada pequeño gesto cuenta.
Además, si te encuentras en Cantabria, ¿por qué no te tomas un día para visitar alguno de estos patrimonios? La experiencia de ver, tocar y sentir la historia puede ser una forma poderosa de conectar con el pasado y empoderarte para cambiar el futuro.
Reflexiones finales
Finalmente, es esencial recordar que el patrimonio no es solo algo del pasado; es también una promesa para el futuro. Con cada estructura que se desmorona, estamos perdiendo parte de nuestra identidad colectiva. La unión es clave y la empatía que mostramos hacia nuestra historia es lo que nos ayudará a conservarla.
¿Quieres ser parte de este cambio? La respuesta está en tus manos. Así que, ¿qué vas a hacer hoy para ayudar a conservar el patrimonio en tu comunidad? ¿Te unes al desafío? ¡Ni más ni menos que proteger nuestra historia!