¿Cómo se siente un expresidente cuando la comunidad que alguna vez apoyó no parece corresponder a su generosa mano? Esa pregunta recorre la última intervención de Donald Trump ante el Consejo Americano Israelí, donde, además de manifestar su frustración por el aparente desinterés de los judíos estadounidenses ante su candidatura, lanzó una advertencia curiosamente alarmante: si pierde las elecciones de noviembre, «los judíos tendrán mucho que ver en la derrota». Es un juego de palabras y emociones que revela no solo la personalidad del magnate, sino también las complejidades políticas y emocionales que enfrenta la comunidad judía en Estados Unidos.

En este artículo, exploraremos las raíces históricas del voto judío en EE. UU., las peculiaridades de la actual campaña electoral, las tensiones internas dentro de la comunidad y, por supuesto, el papel de figuras como Kamala Harris y Elon Musk.

El contexto histórico del voto judío en EE. UU.

Desde que se tiene registro del comportamiento electoral de la comunidad judía en Estados Unidos, que comenzó en las elecciones de 1952, se ha evidenciado un alineamiento notable hacia el Partido Demócrata. ¿Por qué? Varias razones están en juego: la lucha por los derechos civiles, la defensa de libertades fundamentales y un enfoque más inclusivo hacia las minorías. En el fondo, muchos judíos, tras haber enfrentado siglos de persecución, resonaban con la narrativa progresista que ofrecía el partido.

Para poner esto en perspectiva, en las elecciones de 1992, hasta un asombroso 80% de los judíos votó por Bill Clinton. Recuerdo que mi abuelo, un inmigrante judío de Europa del Este, siempre decía que «el voto es un derecho que no se puede desperdiciar». Las elecciones no eran solo una cuestión de partidos; eran una forma de construir un futuro en un país donde finalmente se podía respirar sin miedo.

Sin embargo, en las elecciones de 2020, Trump solo consiguió el 25-26% del voto judío. Una cifra baja para alguien que se jacta de ser un gran amigo de Israel y de la comunidad judía. ¿Pero por qué? Porque el apoyo judío a un candidato no se basa únicamente en la generosidad o promesas; también se mide en la conexión emocional, los valores y la historia de un partido.

El dilema actual: ¿qué significa ser judío, demócrata y estadounidense?

En el contexto actual, el voto judío de 2024 se complica aún más por los recientes conflictos en Oriente Próximo. La barbarie terrorista de Hamás y la dura respuesta del ejército israelí han generado sentimientos encontrados en la comunidad judía en EE. UU. Muchos se ven atrapados en una encrucijada emocional: se sienten distanciados por la narrativa de ciertos sectores progresistas que parecen desafiar la existencia del estado de Israel.

Personalmente, conocí a un grupo de amigos judíos que, por primera vez, debatían sobre el conflicto israelí-palestino en lugar de simplemente apoyar incondicionalmente a un partido. Recuerdo cómo uno de ellos, mientras revolvía su café, exclamó: «No se trata solo de Israel, se trata también de nosotros aquí. ¿Qué tipo de futuros queremos para nuestros hijos?»

La mayoría de los judíos estadounidenses son críticos con el actual gobierno de Netanyahu y apoyan la solución de dos estados. Sin embargo, existe una conexión emocional y cultural con Israel que no está dispuesta a desaparecer. ¿Cómo reflejarán esas complejidades en sus decisiones el próximo noviembre?

La influencia de figuras prominentes en la comunidad judía

Aunque Trump puede haber tenido su seguimiento entre algunos magnates judíos, como la viuda de Sheldon Adelson, la realidad es que gran parte de la comunidad judía estadounidense no se siente representada por él. En la actualidad, las encuestas sugieren que solo entre el 25% y el 35% planea votar por él. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿Qué es lo que Trump no está entendiendo?

Uno de los fenómenos actual es el rol de personas influyentes como Elon Musk y Tucker Carlson, quienes han atraído a una audiencia considerable, pero a menudo han sido criticados por sus vínculos con ciertas ideologías más extremas. Musk, sorprendentemente, recomendó un podcast que promovía puntos de vista negacionistas del Holocausto, lo que sin duda deja una huella negativa.

En mis propias conversaciones con amigos en el mundo tech, he notado que muchos se sienten incómodos al ver a figuras prominentes respaldar a aquellos que ignoran la historia. ¿Acaso no deberíamos aprender de nuestro pasado en lugar de repetirlo?

El efecto de las elecciones de noviembre en la comunidad judía

Las elecciones de noviembre no solo son importantes para los candidatos, sino para la identidad de la comunidad judía en EE. UU. ¿Cómo se conectará el voto judío con el sufrimiento y la historia que llevan en su piel? Si bien ha habido un fuerte apoyo a los demócratas en el pasado, las tensiones actuales pueden llevar a una reevaluación de sus lealtades.

De hecho, la historia ha mostrado que los judíos han votado consistentemente para el Partido Demócrata. Sin embargo, en esta ocasión, nos encontramos ante un dilema en el que los valores progresistas tradicionales están en conflicto con una serie de posturas que algunos judíos consideran antiisraelíes.

Es un momento crítico. Si el 70% o más de la comunidad sigue apoyando al Partido Demócrata, ¿estará el futuro partido dispuesto a reconocer sus inquietudes? Las dinámicas están cambiando.

Conclusiones y reflexiones finales

La historia del voto judío es, en muchos sentidos, un reflejo de la condición humana: busca pertenencia, conexión y un futuro que respete su historia y derechos. A medida que nos acercamos a las elecciones de noviembre, la comunidad judía se enfrenta a preguntas difíciles sobre su identidad y su lugar en la política estadounidense.

Donald Trump puede estar confundido por la relación tensa con la comunidad judía, pero la verdad es que el voto es mucho más que un intercambio de favores; es un reflejo de valores, historia y futuro. La intersección entre lo político y lo personal se hace más palpable día a día.

En última instancia, aunque las elecciones pueden separar a gente de nuevas y viejas ideologías, hay algo que siempre perdura: la búsqueda de un espacio donde todos se sientan igual de valorados y respetados. ¿No es eso lo que estamos buscando todos?

¿Y tú, cómo te sientes al respecto? Las opiniones son valiosas. La conversación es necesaria.

Así que la próxima vez que escuches a Trump o cualquier otro político hablando sobre la comunidad judía, recuerda: al final del día, todos estamos aquí para construir un futuro mejor y más inclusivo.