La vida está llena de sorpresas. A veces, lo que nos proponemos no es lo que realmente queremos. Imagina dejar tu carrera exitosa como oncólogo porque descubres que tu pasión es ayudar a las personas a atravesar la experiencia de la muerte. Puede sonar contradictorio, pero para algunos, entender el proceso de morir puede ser más enriquecedor que diagnosticar cáncer. Este ha sido el viaje de un médico que, habiendo tenido una trayectoria destacada, decidió seguir un camino menos transitado: el de acompañar a las personas en su última etapa de vida.
La crisis personal y el renacer
Todo comienza con una crisis existencial. Es un término que parece sacado de una película de Hollywood, ¿verdad? Pero es real y te puede caer como un balde de agua fría a cualquier edad. Este médico, que tuvo todo lo que muchos podrían considerar como éxito: publicaciones en revistas de prestigio, una consulta privada y una vida cómoda, se dio cuenta de que algo faltaba en su vida. “Estaba muy triste”, decía. ¿Te suena familiar? A veces, nos olvidamos de lo más básico: la felicidad.
Mi propia experiencia en momentos de crisis me llevó a un Camping de reflexión hace unos años. Mientras mis amigos se divertían en la playa, yo me perdía en mis pensamientos. De repente, me di cuenta de que era el momento de un cambio. Al igual que este médico, a veces necesitamos un empujón para revaluar nuestras prioridades. Quizás no estabas destinado a ser el CEO de una gran empresa, tal vez el trabajo en una tienda comunitaria podría llenarte más. La vida es compleja, y cada quien tiene su propio camino.
Aceptando el proceso de morir
Con su transición del consultorio a la habitación de un enfermo terminal, descubrió algo revelador: la muerte no es el enemigo. A través de su acompañamiento, entendió que al igual que el nacimiento, el morir es una parte natural de la vida. “El morir está tan bien organizado como el nacer”, afirma. ¡Qué frase tan poderosa! Pero, ¿acaso nos preparamos para ello en algún momento de nuestra vida?
La mayoría de nosotros pasamos años acumulando conocimientos sobre cómo vivir, pero ¿alguna vez tomamos un curso sobre cómo morir? Este médico decidió que ese sería su camino, y comenzó a estudiar a fondo el proceso de la muerte. No es de extrañar que aquellos que viven con miedo a la muerte puedan terminar sufriendo aún más. Aprender a aceptar lo inevitable puede ser liberador.
Consejos a quienes acompañan a los moribundos
Uno de los aspectos más fuertes que este oncólogo comparte es un consejo sencillo pero profundo a los familiares: “no huyas”. Muchas personas hacen todo lo posible por evitar la experiencia de ver a un ser querido en la antesala de la muerte. “No quiero recordar a mi padre así”, dicen. Sin embargo, lo que no se dan cuenta es que están perdiendo una parte fundamental de su historia familiar.
Recuerda la última vez que te encontraste con un amigo en una situación dura. Tal vez sentiste que no sabías qué hacer. A veces, lo mejor que puedes ofrecer es solo tu presencia. Y aunque puede ser incómodo, estar allí puede ser el regalo más importante que le des a esa persona. Si sientes que tu padre se está apagando, ¿no querrías estar a su lado, compartir esos momentos, reír, llorar y recordar?
¿Eutanasia o cuidados paliativos? Un dilema moderno
El crecimiento de la discusión sobre la eutanasia versus los cuidados paliativos es un reflejo de nuestras luchas contemporáneas. El profesional expresó que solo una pequeña fracción de sus pacientes solicitó eutanasia. “La eutanasia es una foto barata para los políticos”, dijo con franqueza. Aquí es donde el debate se vuelve espinoso.
Algunos ven la eutanasia como una forma de alivio, mientras otros creen que podríamos dedicar más recursos a ofrecer cuidados paliativos que cambian vidas. En su experiencia, la mayoría de las personas que han enfrentado un sufrimiento abrumador pueden encontrar otro camino hacia la paz y la aceptación si se les brinda el apoyo adecuado.
Pero, ¿es tan fácil separar ambos conceptos? La mayoría de las personas desean el control en sus últimos días. La eutanasia promete eso, pero los cuidados paliativos ofrecen algo más apreciado por muchos: una calidad de vida en los últimos momentos. Es un dilema que probablemente continuará siendo objeto de debate, y es vital que todos seamos parte de esa conversación.
La realidad de los cuidados paliativos en España
Es inquietante saber que en España hay más de 80,000 personas que mueren sin acceso a cuidados paliativos. En un país que se jacta de ser desarrollado, ¿cómo puede haber tan pocas unidades de cuidados paliativos? Este médico menciona que se necesitan dos unidades por cada 100,000 habitantes, y llevamos una media de apenas 0,6.
Imagina que vives en un país donde el sistema de salud se jacta de ser uno de los mejores, pero cuando realmente lo necesitas, como en el caso de enfermedades terminales, te das cuenta de que el acceso a cuidados esenciales no está disponible. Esto nos invita a reflexionar sobre la importancia de los cambios en las políticas de salud para asegurar que todas las personas tengan acceso a la atención que merecen en sus últimos días.
El sufrimiento: dolor físico vs. sufrimiento emocional
“Los cuerpos duelen; las personas sufren”, es una declaración que se queda en la mente. Mientras que el dolor físico puede ser tratado con medicamentos como la morfina o el fentanilo, el sufrimiento emocional tiene raíces más profundas. Es el rechazo a la realidad, a la pérdida, a los recuerdos que vienen a la mente mientras se anticipa la despedida.
Quizás todos hemos enfrentado el sufrimiento de una manera u otra. Ya sea por la pérdida de un ser querido o una ruptura amorosa, la tristeza puede ser aplastante. Aprender a aceptar lo que no podemos cambiar es un aprendizaje que se aplica no solo en el contexto de la muerte, sino en la vida misma.
Cómo enfrentar el ciclo final
El médico también menciona cuando el tratamiento de una enfermedad deja de tener sentido. Muchas veces, nos obsesionamos con los objetivos y las metas. La cultura de la superación personal nos lleva a pensar que siempre hay una solución, pero no siempre es así. En esos momentos críticos, lo que importa no es tanto prolongar la vida a cualquier precio, sino ofrecer un entorno cómodo y el apoyo emocional que ayude a la persona a dejar ir.
Esto me hace pensar en cuántas veces hemos visto a familiares correr de un lado a otro siguiendo tratamientos agresivos cuando su ser querido ya no está interesado en luchar. Puede que te resulte familiar; tal vez tú mismo has estado en esa situación o conoces a alguien que lo ha estado. ¿No sería más sensato proporcionar paz y tranquilidad en lugar de una batalla interminable?
Conclusiones: vivir y morir con dignidad
Este oncólogo nos invita a replantear nuestro enfoque hacia la muerte. La vida es un viaje lleno de lecciones; al final, se trata de aprender a soltar. Si aprendemos a vivir con generosidad y amor, incluso nuestras despedidas serán serenas.
Así que aquí estamos. Reflexionamos sobre la vida, el fin de esta, y nos preguntamos: ¿Cómo aprovechamos el tiempo que tenemos? Quizás no tengamos todas las respuestas, pero el primer paso es reconocer que la muerte es tan parte de la narrativa humana como cualquier otro evento. No debemos temerla, debemos aprender de ella.
En este proceso, también es crucial mantener la conversación. Animemos a otros a hablar sobre sus miedos y deseos. Como dice el dicho, “muertos, pero nunca olvidados”. Y al parecer, de verdad, uno puede encontrar un sentido del humor incluso en la muerte. Al final del día, ¿no es la risa una de las mejores medicinas?
Así que la próxima vez que te encuentres hablando de la muerte, en lugar de desviarte con un cambio de tema incómodo, ¿por qué no explorar la conversación? Quizás encontrarás lecciones significativas que tanto tú como los demás pueden llevar consigo. La vida es corta, ¡disfrutémosla hasta el final!