La Costa Brava en el Empordà nos invita a descubrir un rincón de Cataluña lleno de historia, encanto y, sobre todo, ¡sorpresas! Aunque es famosa por sus playas y su clima perfecto en verano, lo cierto es que esta comarca tiene mucho que ofrecer durante todo el año. Si estás buscando un escape del bullicio urbano y un lugar donde el tiempo parece detenerse, quédate conmigo. Te presentaré una serie de alojamientos únicos que no solo ofrecen un refugio, ¡sino una experiencia que recordarás por siempre!
1. Esperit Roca: un hotel con historia y gastronomía de estrella
¿Alguna vez has soñado con alojarte en una fortaleza que no llegó a ser un campo de batalla? Esperit Roca, ubicado en Sant Julià de Ramis, tiene una historia fascinante. Este antiguo edificio militar ha sido transformado por los hermanos Roca, de la familia famosa por el aclamado restaurante El Celler de Can Roca. Y ahora, con una estrella Michelin en su cocina, ¿quién se puede resistir a este manjar visual y culinario?
Imagina despertar en una de sus 16 habitaciones con vistas espectaculares, con el jardín y piscina a tus pies. No olvidaré la experiencia de probar su famoso postre —una obra de arte que resulta tan bonito que casi me dio pena comerlo. Pero lo hice, porque, seamos honestos, hay que disfrutar de la vida.
Y si te obsesiona el vino, ¡prepárate! El hotel alberga una bodega con capacidad para 80,000 botellas. ¡Eso sí que es pasarse con las reservas!
2. Mas Espelt: entre viñedos y paisajes espectaculares
Hasta ahora hemos hablado sobre la historia y la gastronomía, pero, ¿qué tal un poco de vino? Mas Espelt, ubicado en Vilajuïga, es un paraíso para los amantes del vino. Imagínate en una masía reformada rodeada de viñedos y olivos. Aquí, cada mañana te despiertas con la vista de los Pirineos al amanecer. Hay algo mágico en disfrutar de un desayuno con esa vista, ¿no crees?
Si decides visitar Mas Espelt, no te olvides de hacer un recorrido por la bodega. Es una excelente manera de aprender sobre el proceso del vino y, quién sabe, ¡quizás hasta te animes a un par de catas! Lo mejor es que los que se alojen ahí tienen un 10% de descuento en las actividades de enoturismo. ¡Así que, brindemos!
3. Cala Jóncols: desconectar o vivir la aventura
¿Alguna vez has deseado escapar a un lugar donde el internet sea solo un mito? En Cala Jóncols, aún se vive lejos de la tecnología. Este hotel familiar ha estado en el negocio durante casi 60 años y es uno de esos lugares donde el ruido de la ciudad se queda atrás.
En este rincón, puedes dejar todo a un lado y conectarte con la naturaleza. Aquí, no tienes un gimnasio, ¡pero sí increíbles actividades acuáticas! Desde submarinismo hasta paseos por la costa, cada día es una nueva aventura. Y si eres de los que prefieren la tranquilidad, puedes simplemente relajarte en una de sus cómodas habitaciones y escuchar el sonido del mar.
4. WeCamp Cadaqués: un campamento con estilo
Si estás buscando un lugar familiar, WeCamp Cadaqués es tu parada obligatoria. En menos de dos años, este alojamiento se ha renovado y ofrece diversas opciones de hospedaje, desde tiendas de lona hasta pequeñas casitas de madera. Cada uno tiene ese toque de interiorismo mediterráneo que todos amamos.
Además, su ambiente es acogedor y perfecto para disfrutar en familia. Tienen una piscina, zonas infantiles y una cercanía casi mágica con la naturaleza. Y, por supuesto, ¡no dejes de visitar la casa-museo de Dalí en Portlligat! Siempre me ha fascinado cómo un ávido observador puede transformar lo cotidiano en arte.
5. Can Mascort: la esencia de un pueblo
Ubicado en Palafrugell, Can Mascort es el sueño de Lourdes y Alfred, quienes convirtieron una antigua farmacia en un hotel con un toque especial. La parte más interesante de este lugar son los 15 habitaciones reformadas con materiales locales y naturales, que reflejan la autenticidad de la zona.
Imagínate tomar el desayuno con productos frescos del mercado local. ¡Eso sí que te hace sentir parte de la comunidad! El ambiente es relajado, y a menudo puedes encontrar actividades culturales organizadas por el hotel. Si buscas un lugar donde la tranquilidad y la cultura se mezclan, no busques más.
6. Castell de Vallgornera: un viaje al pasado
¿Te gustaría dormir en un castillo? El Castell de Vallgornera en Peralada te ofrece esa oportunidad. Esta pequeña fortificación de 1123 te hará sentir como un personaje de una novela histórica. A pesar de su antigüedad, el hotel ha sido renovado con gusto, ofreciendo nueve habitaciones todo el lujo y confort imaginable.
Aunque no cuentan con un restaurante, sus desayunos son generosos y preparados con fluctuantes ingredientes locales. Es perfecto, ya que te llena de energía para explorar los senderos de los alrededores en bicicleta. ¿Tú también te emocionas al imaginarte recorriendo lugares donde otros han caminado durante siglos?
7. Mas Generós: un refugio de tranquilidad
En Fonteta, Mas Generós es una joya escondida. Eugènia Huguet ha creado un santuario con 11 habitaciones, cada una decorada con buen gusto y atención al detalle. La habitación más lujosa, llamada Colette, cuenta con una bañera exterior simple y elegante que invita a disfrutar de una relajante tarde entre el verdor del jardín.
La experiencia gastronómica aquí es imperdible, ya que la chef Iolanda Bustos es conocida como «la chef de las flores». Puedes esperar un menú que no solo es un festín para el paladar, sino también para los ojos.
8. Palau Fugit: espíritu cultural en el corazón de Girona
Por último, el Palau Fugit en Girona es un hotel boutique que combina confort y cultura. Este palacete del siglo XVIII no solo te da la bienvenida con sus 25 habitaciones únicas, sino que también busca promover el arte local en cada rincón.
Imagina disfrutar de una copa en su terraza mientras contemplas obras de artistas locales. Es un espacio donde las personas se encuentran, disfrutan del bullicio al margen y se llenan de inspiración. Con actividades culturales continuas, ¡nunca hay un momento aburrido aquí!
reflexiones finales: una escapada que vale la pena
Al final del día, el Empordà de la Costa Brava no es solo un destino de verano. Se trata de un lugar donde la historia, la gastronomía y la naturaleza se entrelazan para ofrecer experiencias inolvidables. Desde la elegancia rústica de Can Mascort hasta la decadencia artística de Palau Fugit, hay un refugio singular para cada tipo de viajero.
Así que, ¿te animas a hacer las maletas? La Costa Brava te está esperando. La verdad es que no hay mejor momento que ahora para desconectar, redescubrir y celebrar la belleza de lo auténtico. ¿Cuál de estos lugares ya estás pensando visitar? ¡Los recuerdos están a solo un viaje de distancia!