¿Alguna vez te has encontrado en medio de una conversación sobre comida y, de repente, te topas con un platillo que te transporta a la infancia? Esa sensación de nostalgia es lo que el menú semanal de El Comidista intenta invocar, combinando tradición con un toque moderno. En esta aventura culinaria, vamos a explorar un menú de Carnaval cargado de recetas reconfortantes y deliciosas, perfectas para esas tardes frías en las que lo único que apetece es envolvernos en la calidez de una buena comida.

¡Vamos a sumergirnos en este festín!

Lunes 3 de marzo: El arte de la sopa

Primer plato: Sopa de legumbres, pasta y verduras

Nada como comenzar la semana con una sopa reconfortante. La mezcla de guisantes secos con pasta y verduras se siente como un abrazo calórico. Recuerdo un invierno lejano en el que hice una gran olla de sopa para mis amigos, y en lugar de servirla en platos, decidí hacer algo un poco gourmet: serví la sopa en tazas. Uno de ellos, con una sonrisa pícara, me dijo: “¿Esto es una cena o una merienda para conejitos?” Al final, terminó pidiendo un segundo tazón.

¿Te imaginas cómo lo puedes personalizar? Puedes usar garbanzos o incluso algunas verduras de temporada. Si tienes guisantes congelados, ¡adelante! También me encanta la versatilidad de esta receta y cómo se puede adaptar a lo que tengas en la nevera.

Segundo plato: Cerdo agridulce

Si eres de los que piensan que el cerdo solo puede ser asado o a la parrilla, déjame presentarte la versión “hip hop” del cerdo: el cerdo agridulce. Imagina trocitos de solomillo jugoso, cubiertos con una capa crujiente que parece sacada de un sueño. Cada bocado es un equilibrio de sabores y texturas que te harán volver por más. Con cada bocado, no puedo evitar recordar el primer bocado que di a un plato similar en un pequeño restaurante en el corazón de Barcelona. El chef estaba tan entusiasmado que me ofreció la receta de su abuelo. Desafortunadamente, no hablo cocinero y sus instrucciones eran algo confusas, pero eso no me detuvo.

Postre: Orejas de carnaval

Ah, las orejas de carnaval, esos dulces que parecen volar gracias a su ligereza. No hay mejor manera de cerrar el lunes que con un postre que es crujiente por fuera y suave por dentro. Al hacerlas, me acuerdo de las veces que hacía una batalla de harina con mis amigos, intentando hacer el mejor dulce de orégano (aunque terminábamos con más harina en la casa que en la masa). ¡Por favor, cuéntame si las pruebas y cómo resultan!

Martes 4 de marzo: Ensaladas y Ñoquis

Primer plato: Ensalada de remolacha asada y marinada

Pasamos al martes, donde una ensalada vibrante nos invita a alegrar nuestros paladares. La remolacha asada es como un superhéroe disfrazado de vegetal. En la mezcla con una marinada a base de miel y vinagre balsámico, ¡es pura magia! Recuerdo que una vez llevé remolacha asada a una cena con amigos, y todos pensaban que era un platillo extrovertido. Quedaron tan impresionados que me preguntaron si había ido a un catering exclusivo. La humildad de la remolacha nunca deja de sorprender.

Segundo plato: Ñoquis de ricota

Los ñoquis de ricota son un clásico que deberías probar al menos una vez en la vida. Cambiar la patata por requesón no solo los hace más ligeros, sino que también permite que el paladar se llene de frescura. Con un buen tomate frito o salsa de mantequilla y salvia, ¡tienes todo lo que necesitas! Recuerdo que al hacerlos, una amiga me preguntó con la mirada curiosa “¿esto se puede llamar comida o ya formar parte de la lista de caprichos?”. Mi respuesta fue sencilla: “Las mejores comidas siempre son aquellas que nos hacen sentir un poco culpables”.

Postre: Fruta de temporada: Mandarina

Y para terminar este martes, una mandarina jugosa. Aunque reconozco que el olor de la mandarina a veces se queda en los dedos, ¡qué delicia es ese momento en que se trocea! Además de la alegría que dan, son también una forma de recordar la infancia. Recuerdo que mi madre solía decirme que las mandarinas eran el sol en invierno. Y, pues, claro, tenía razón.

Miércoles 5 de marzo: Un giro internacional

Primer plato: Qifqi

Vamos a viajar un poco a Albania con el Qifqi. Esta receta, definida como un plato de aprovechamiento, es una mezcla deliciosa llena de aromas que te hará sentir como si estuvieras en un pequeño rincón del mundo. Me encanta cómo la comida puede unir culturas y, a veces, me he encontrado en conversaciones con amigos del extranjero, donde los platos pueden contar historias de sus tierras. Nadie se resiste a una buena receta local, ¡y menos cuando es un 10 como este!

Segundo plato: Curry vegetariano a un euro

El curry vegetariano es también uno de esos platos que pueden tener un gran impacto sin causar un descalabro en el bolsillo. Combinando lentejas, boniatos, hierbas y especias, seguro que, al probarlo, te sentirás como un chef experto. Recuerdo una anécdota donde intenté hacer un curry similar y sin querer me volví un poco generoso con las especias. Al final, los sabores superaron a la competencia—algo que, honestamente, no puedo evitar intentar de nuevo.

Postre: Cañas de carnaval

Una fiesta no está completa sin las cañas de carnaval. Este postre crujiente es como un capricho disfrazado de dulzura. Al igual que los días de carnaval, se ven festivas y divertidas. Aquí es donde todos los cocineros caseros pueden demostrar realmente sus habilidades: ¡masa y relleno a punto! Recuerdo que un amigo intentó hacerlas una vez y terminó con una masa que se parecía más a un experimento de ciencia que a algo dulce. Pero son esas historias las que hacen que la comida sea aún más disfrutable.

Jueves 6 de marzo: Platos de aprovechamiento

Primer plato: Espinacas con bechamel y huevo mollet

Las espinacas a menudo reciben críticas como el vegetal más vilipendiado, pero con una buena bechamel y un huevo mollet, todo puede cambiar. No hay mejor forma de hacer que las espinacas se vuelvan cool que con una salsa cremosa. Recuerdo a un amigo que se resistía a comer verduras y terminó enamorado de esta combinación. A veces, tenemos que hacer malabares para presentar un plato que pueda convertir a los escépticos, y este definitivamente lo logra.

Segundo plato: Merluza a la gallega

La merluza a la gallega es un ejemplo claro de cómo la calidad del pescado habla por sí misma. Este plato no necesita mucho para brillar—un buen ingrediente hace una gran diferencia. Un verano, mientras estaba de vacaciones en Galicia, probé la merluza y, honestamente, no pude dejar de pensar en el impacto que tienen los ingredientes frescos en la cocina. A veces, menos es más, y este plato grita autenticidad.

Postre: Fruta de temporada: Kiwi

Finalmente, terminamos el jueves con el kiwi, un guerrero de la vitamina C. Este pequeño pero eficiente fruto es perfecto para aguantar los días fríos. Recuerdo una discusión con una amiga sobre qué fruta representa mejor el invierno y, por supuesto, el kiwi fue el claro ganador. Es como un pequeño tesoro que nos recuerda que lo bueno puede venir en pequeños paquetes.

Viernes 7 de marzo: La frescura del mar

Primer plato: Almejas con ‘beurre blanc’ y espárragos verdes

A medida que llegamos al viernes, deberíamos celebrar con mariscos. Las almejas con beurre blanc son un ejemplo clásico de que la cocina no tiene que ser complicada para ser deliciosa. Aunque esta salsa necesita un poco de paciencia y práctica, vale cada esfuerzo. Recuerdo haber fallado una vez en su preparación y, aun así, fue una experiencia divertida—el desastre en la cocina se convirtió en un anécdota de risas para mis amigos.

Segundo plato: Polenta con limón y rúcula

Un plato de polenta se puede transformar en una delicia saludable si lo acompañas con vegetales y un toque de limón. Esto demuestra que nuestro paladar también puede disfrutar de sabores frescos. En una cena, organicé una batalla entre distintos acompañamientos para la polenta y fue intrigante ver cuántas combinaciones funcionaron, aunque el grupo terminó proponiendo un cuarto plato debido a la cantidad de maravillas experimentadas. ¡Tanta polenta, tanta diversión!

Postre: Sabayón con cítricos

Finalmente, cerramos la semana con un sabayón. Este postre es ligero, delicado y, honestamente, uno de los favoritos de muchos. Cuando alguien me ofreció un sabayón en una cena, no podía entender por qué era tan popular hasta que le di un bocado, y ahora no puedo dejar de pensar en él. Un postre como este simplemente debería estar en cualquier menú.

Sábado 8 de marzo: Patatas con chaqueta

Plato principal: Jacket potatoes

Las jacket potatoes son como la versión gourmet de las papas. A veces, un poco de piel crujiente puede ser todo lo que necesitas en un plato. Recuerdo una noche en que preparé muchas para un grupo, y todo el mundo se unió a la conversación mientras las patatas estaban en el horno. La sencillez de un buen plato puede unir a las personas de una manera inesperada.

Postre: Fruta de temporada: Pomelo

El pomelo a menudo recibe críticas por su amargura, pero asado, sorprendentemente, ¡despierta una nueva luz! No puedo evitar recordar aquellos desayunos de dieta en que me decía a mí mismo: «Esto es lo que los adultos hacen». Ahora, con un poco de amor (y azúcar), el pomelo puede brillar.

Domingo 9 de marzo: Alitas y filloas

Plato principal: Alitas de pollo al horno adobadas

Cerrando la semana con broche de oro, ¡tenemos alitas de pollo al horno! Con una doble cocción, estas alitas son tiernas por dentro y crujientes por fuera—o como dirían mis amigos: ¡perfectas! Un truco que descubrí es dejar que se marine durante la noche, lo que deja a las alitas resistiéndose a la tentación de desaparecer rápidamente del plato. Cada bocado se siente como una celebración.

Postre: Filloas

Y por último, las filloas—crepes, pero con un toque gallego. Puedo decir honestamente que cada vez que preparo este postre, me siento un poco como un maestro pastillero, aunque a veces terminar con crepes en artículos de “cocina fácil” han sido una tela de miedos. Quiero que me cuentes: ¿cuál es tu forma favorita de disfrutarlas?


Y así concluye nuestra semana de delicias en el menú de El Comidista. Cada receta está llena de amor, tradición y un poco de locura culinaria. ¿Cuál de estos platos te haría saltar de la cama y correr a la cocina? ¡Te invito a probarlo! Y recuerda, la cocina, tal como la vida, ¡debe ser siempre disfrutada!