Hola, soy yo otra vez, tú mismo de siempre, sólo que esta vez, toco un tema algo controversial y bastante ‘de moda’. ¿Alguna vez te has sentado a explorar la relación entre la masculinidad y la dirección política de la joven generación actual? No, no estoy pidiendo sushi por ti en un restaurante, pero deberíamos hablar de esto.

Volvamos al 2018 (¿Recuerdas lo bien que era antes de que el mundo se volviera loco, karma honesto?). The New York Times publicó un artículo de opinión bastante provocativo: ‘The boys are not all right’ (Los chicos no están bien), escrito por Michael Ian Black, que presagió un discurso recurrente en el mundo occidental. Sostuvo que necesitamos reconsiderar la masculinidad y prestar más atención a los jóvenes que se sienten perdidos en medio de los nuevos posicionamientos femininos. Sin embargo, ¿estamos interpretando correctamente su advertencia?

En su obra, Black planteaba una fragilidad en la masculinidad joven tan fácilmente afectada que un simple acto como ordenar comida en un restaurante para un hombre podría disparar. Una fragilidad que alberga una ira difícil de controlar, ¿pero es realmente una incapacidad natural masculina para aceptar la igualdad lo que alimenta esta ira? Cubramos esa pregunta retórica con un grueso manto de escepticismo por ahora.

Avanzamos velozmente unos años y nos encontramos desempaquetando las razones de por qué algunos de aquellos chicos «desorientados» canalizan sus frustraciones supuestas de manera tan radical que se dirigen hacia la ultraderecha.

La radicalización del voto bro y la guerra de sexos

El crecimiento del poder de la ultraderecha viene, en gran medida, de manos de hombres y en particular, de hombres jóvenes en edad militar. Ahora, déjame detenerme aquí un segundo. Levanto mi café y me pregunto a mí mismo (y a ti, de manera serena): ¿Estamos desencadenando otra ‘guerra de sexos’ al hablar de la radicalización del «voto bro», el voto de los varones jóvenes?

La cosa es que, el feminismo tiene poco que ver en todo esto. Las chicas no siguen a ciegas al chico popular del equipo de football de la fraternidad como antes. Sí, es cierto, los muchachos ya no se encuentran con un contingente femenino adulador como en otros tiempos, lo que me pone un poco nostálgico, te lo admito. Pero, ¿es eso por lo que los chicos se dirigen hacia la ultraderecha?

La verdadera razón detrás del ascenso juvenil de la ultraderecha

Creo que es momento de separar nuestras emociones de la verdad dura y cruda. Los chicos están siendo empujados hacia la ultraderecha no por sequías femeninas, sino por la sociedad en su conjunto, por aquellos hombres en posiciones de poder que moldean la conversación pública. Estos muchachos son llevados a este borde por intereses externos.

Apenas el otro día estaba viendo las noticias y no pude evitar notar cómo se enfoca la pérdida del estatus masculino en aspectos que bordean lo criminal, como no poder tocar el pecho de una mujer sin su consentimiento en un estadio. Y ¿quién podría evitar pensar en Trump cuando se habla de masculinidad tóxica? Sin embargo, me atrevo a apostar que el propio Trump nunca ha pensado un minuto en feminismo.

Navegamos en un océano de confusiones y desinformación. Las causas del surgimiento del populismo ultraderechista tienen menos que ver con adolescentes varones enojados y más con padres y abuelos inclinados hacia posturas más radicales.

Y, ¿qué pasa con las chicas? ¿Están ellas bien?

Las niñas, como recordaba el NY Times en 2018, han tenido que aprender que pueden aspirar a ser lo que quieran, lonque los niños han sabido desde siempre. Pero, ¿alguien se preocupa en preguntar si las chicas están bien?

Porque el feminismo, con todo lo bueno que ha traído, no es una medicina universal, y no todas las decisiones que toman las niñas y las mujeres son necesariamente fortalecedoras. Están siendo sexualizadas desde jóvenes, sometidas a ideales de belleza inalcanzables, y determinando su valor en base al número de parejas sexuales que tienen. Todo eso me hace preguntar: ¿Por qué las niñas no están votando a la ultraderecha análogamente a los niños? ¿Son inmunes al resentimiento, a la ira?

Estoy seguro que esto te da mucho para pensar (¡lo sé, fue un largo viaje!). Pero necesitamos tener esta conversación. Tenemos que encarar la realidad de la masculinidad en la sociedad moderna y cuestionar las estructuras que nos han llevado a donde estamos.

¿Veis por qué digo que los chicos no están bien? Pero, seriamente, ¿lo están las chicas?