La vida puede ser una travesía inesperada, llena de giros que nunca imaginamos. Lo digo porque, si me hubieran preguntado hace años sobre las secuelas de un cáncer de mama, seguramente me habría imaginado lidiando con chemos, radiaciones y visitas constantes al oncólogo. Pero nunca pensé que la batalla podría continuar en forma de resequedad vaginal. Y, siendo honestos, en esos momentos uno no está preparado para discutir temas tan delicados (y a veces un poco vergonzosos) como este.

Así que hoy, quiero conversar sobre un tema que le resulta familiar a muchas mujeres: la sequedad vaginal, especialmente tras tratamientos para el cáncer de mama. Y, como guinda del pastel, vamos a charlar sobre un suplemento llamado aceite de onagra, que ha sido un compañero en esta travesía.


Entendiendo la sequedad vaginal: ¿por qué ocurre?

La sequedad vaginal puede ser un tema complicado. A menudo es un síntoma que se asocia con la menopausia, pero también puede ser causado por otros factores, especialmente en mujeres que han tenido cáncer de mama. Durante el tratamiento, es común que se utilicen medicamentos que reducen los niveles de estrógenos, lo que puede llevar a la atrofia vaginal. La mucosa vaginal se vuelve más fina y menos elástica, lo que puede hacer que las relaciones íntimas sean menos agradables (y, a veces, downright uncomfortable).

Te cuento mi experiencia: Después de mi tratamiento, pensé que todo iba a estar bien. Pero no pasó mucho tiempo hasta que mi cuerpo me recordó que a veces necesitamos una conversación franca sobre lo que está sucediendo «allí abajo». El tema es que se nos enseña a hablar de todo: el cambio de nuestros cuerpos, los efectos secundarios, pero rara vez nos sentamos y discutimos temas tan comunes como la sequedad vaginal.

Y aquí entra la pregunta del millón: ¿por qué es tan tabú?


La conexión entre el cáncer de mama y la resequedad vaginal

Cuando se habla de cáncer de mama, un factor clave son los receptores hormonales. Si una persona tiene un tipo de cáncer que es sensible a las hormonas, su médico probablemente optará por tratamientos que inhiben esas hormonas. ¡Adiós, estrógenos! Esto es lo que sucede en muchos casos, y las consecuencias pueden no ser evidentes hasta mucho después.

Así que, si alguna vez te has preguntado si tu sequedad vaginal está relacionada con tu historia de cáncer, la respuesta es: puede serlo. Pero también podría deberse a una serie de otros factores como la menopausia natural, cambios en la flora vaginal o incluso estrés (que, seamos realistas, todos hemos sentido).

Pregunta del lector:

«Sufrí de cáncer de mama hace 14 años y ahora sufro de mucha resequedad vaginal, ¿puede estar relacionado?» – gracias, Nancy, por abrir la puerta de esta conversación.

La respuesta corta es sí, pero como siempre, es mejor buscar la opinión de profesionales de la salud. Conversa con tu oncólogo o ginecólogo, ellos pueden ofrecerte la información más adecuada para tu caso.


¿Qué puedes hacer para aliviar la sequedad vaginal?

Primero, sientete respaldada. No estás sola en esto; hay muchas mujeres que pasan por situaciones similares. La buena noticia es que hay una diversidad de opciones para aliviar los síntomas. A continuación, exploraremos algunas de ellas.

Productos de venta libre

Desde lubricantes hasta cremas hidratantes para la zona vaginal, hay una gran variedad de productos disponibles. Muchos de ellos no contienen hormonas, lo que es ideal para las mujeres que desean evitar tratamientos hormonales tras el cáncer.

Salud sexual vs. dolor

Lo que muchas mujeres no entienden es que la necesidad de tener relaciones sexuales debería estar acompañada de placer, no de dolor. Si sientes molestias, es absolutamente válido buscar atención médica. No entres en la moda de «aguantar» porque crees que es normal. ¡Nada de eso!

El efecto Satisfyer

No, no me estoy refiriendo a un club secreto. Hay un juguete llamado Satisfyer que ha hecho olas en el mundo de la salud sexual. Muchas mujeres han reportado que su uso ha ayudado a aumentar la hidratación vaginal. Hablar de sexo puede ser un poco incómodo, pero aquí va una pregunta retórica: ¿quién no quiere disfrutar de una vida sexual activa y satisfactoria?


Aceite de onagra: ¿sabías que puede ayudar?

El aceite de onagra ha sido un aliado de muchas mujeres en momentos difíciles. Este aceite, rico en ácidos grasos esenciales, se ha usado durante siglos para tratar diversas condiciones de la piel y, sí, también de la salud vaginal.

Pero, como cualquier buen amigo, el aceite tiene sus límites. Si bien algunas mujeres han experimentado mejoras significativas a lo largo de los meses, es importante recordar que no todas respondemos de la misma manera a los tratamientos.

Anécdota personal

Recuerdo un día en que decidí probar el aceite de onagra. Una amiga me lo recomendó fervientemente, afirmando que había cambiado su vida. Así que, armada con un frasco de aceite dorado y una pizca de escepticismo, me lancé a la aventura. Entre risas y chismes, nos sentamos a charlar sobre nuestros cuerpos y cómo los tratamientos nos afectaron. Al final, después de semanas de uso, descubrí que mi cuerpo se sentía un poco más como el de antes. Pero claro, esto no es una solución mágica, y cada cuerpo es diferente.


Hablar es el primer paso

Si hay algo que he aprendido en esta travesía, es que comunicarse es clave. Ya sea con amigas o profesionales de la salud, es esencial abrir un poco la puerta a estas conversaciones. Pregúntale a tu médico sobre tus síntomas, y no temas hablar de la incomodidad en las relaciones sexuales.

A veces, compartir nuestra experiencia puede no solo ayudarnos a nosotros mismos, sino también a otras mujeres que están luchando. Recuerda, cuando se trata de tu salud, el conocimiento es poder.


Un futuro brillante: posibles tratamientos

No todas las soluciones serán a través de aceites o cremas. La tecnología médica avanza a pasos agigantados. Hay tratamientos innovadores, como la terapia láser, que están diseñados específicamente para ayudar a restaurar la salud vaginal y el bienestar en general.

Así que si después de tu consulta, te indican la opción de terapia láser, investiga. La sensación de no estar sola al abordar estos temas puede aliviar mucho del estrés que llevamos.

Reflexiones finales

La vida puede ser un juego de malabares entre el bienestar físico y emocional. Tratar de reconectar con tu sexualidad y bienestar después de una experiencia como el cáncer de mama puede parecer una montaña rusa. Pero, como decimos en España, «los problemas compartidos son problemas reducidos». Así que, no dudes en alcanzar ese equilibrio.

Recuerda que cada cuerpo es único. Busca el tratamiento que mejor se adapte a ti y a tus necesidades.


La conversación sobre la sequedad vaginal y su relación con el cáncer de mama no termina aquí. Este es solo el comienzo de un diálogo que no solo puede cambiar tu vida, sino también la de muchas otras mujeres. Así que, hablemos más, compartamos más, y, sobre todo, cuidemos de nosotras mismas en esta travesía.