Hablar de la prematuridad es abrir la puerta a un tema que muchos conocen, pero que pocos comprenden en su totalidad. ¿Sabías que aproximadamente 15 millones de bebés nacen prematuramente en todo el mundo cada año? Esta cifra es impactante, y las repercusiones que puede tener en el desarrollo de estos pequeños son aún más alarmantes. Pero tranquilos, aquí no solo discutiremos lo que se sabe sobre el tema, sino también lo que podemos hacer para ayudar a estos niños a superar los desafíos que enfrentan. Y lo haremos con una pizca de humor y un tono conversacional, porque, seamos sinceros, la vida es demasiado corta como para no hacerlo.

Entendiendo la prematuridad

La prematuridad se refiere a los nacimientos que ocurren antes de las 37 semanas de gestación. La Organización Mundial de la Salud clasifica estos partos en varias categorías, desde los «extremadamente prematuros» (antes de 28 semanas) hasta los «prematuros tardíos» (entre 34-36 semanas). Mi amigo Juan, por ejemplo, fue un bebé que nació a las 32 semanas. Su madre, con el corazón en la mano, pasaba los días en la unidad de cuidados intensivos, esperando que su pequeño superara este primer gran obstáculo de la vida. Hoy, Juan tiene una vida normal, pero muchas historias no terminan tan bien. Vamos a profundizar en por qué.

El impacto neurocognitivo de la prematuridad

Recientemente, un estudio publicado en la prestigiosa Educational Research Review por investigadores de la UNIR (Universidad International de La Rioja) analiza cómo la prematuridad afecta a los procesos neurocognitivos. A medida que los niños prematuros crecen, pueden enfrentar dificultades en el aprendizaje, particularmente en áreas como las matemáticas.

Problemas con las habilidades matemáticas

En este estudio, se señala que los niños nacidos prematuramente tienen un 50% más de posibilidades de requerir apoyo educativo en comparación con sus pares nacidos a término. ¿Qué significa esto en términos prácticos? Pues que tal vez tu hijo, que nació algunos días antes de lo esperado, podría necesitar un poco más de ayuda cuando le toque contar las canicas en la escuela. No te preocupes, no está solo; muchos otros comparten esta lucha.

Los procesos neurocognitivos que a menudo se ven afectados son la memoria de trabajo, la atención sostenida, y el razonamiento numérico. En palabras simples: mientras más grande se vuelve el desafío matemático, más evidente se vuelve la dificultad. ¡Imagínate a un niño pequeño queriendo resolver problemas de matemáticas con solo la mitad de las conexiones neuronales que debería tener! ¡Es como intentar hacer malabarismos con tres pelotas cuando solo tienes dos manos!

Consecuencias a largo plazo

Los investigadores han descubierto que estas dificultades pueden no solo afectar el rendimiento escolar, sino que también pueden tener implicaciones graves en la calidad de vida de los adolescentes y adultos jóvenes. A menudo, estos desafíos persisten, afectando su autoestima y su capacidad para integrarse en un entorno social. Por eso, recordar la importancia de la intervención temprana se vuelve esencial.

El poder de la intervención temprana

Es crucial identificar los problemas desde el principio y contemplar programas de intervención efectiva. ¿Te imaginas cómo se sentiría un niño al alcanzar un hito que creía imposible? Ese pequeño brillo en sus ojos es el recordatorio de que, con el apoyo adecuado, pueden superar muchos obstáculos. Los académicos recomiendan que estas intervenciones incluyan prácticas educativas personalizadas y apoyo continuo.

Mejorando la lectura y ortografía

Además del desafío que representa la matemática, los niños prematuros pueden enfrentar dificultades en lectura y ortografía. Un estudio relacionado, también de la UNIR, señala que el rendimiento en lectura y ortografía de estos niños es notablemente más bajo. Recuerdo cuando estaba en la escuela; mi profesor de lengua solía decir: «Si no puedes leer la pregunta, no la entenderás». ¡Qué sabias palabras! Así que, si los niños tienen dificultades de lectura, pueden quedarse estancados en problemas más complejos.

El papel de la actividad física en el desarrollo neurocognitivo

Pasando de las letras y números, hablemos de algo que a todos nos encanta: la actividad física. No, no estoy hablando de correr 5 kilometros por la mañana (aunque si lo haces, ¡felicitaciones!), sino de cómo el ejercicio puede impactar la función cognitiva de los niños en general, y particularmente de aquellos que han nacido prematuramente.

Los investigadores de la UNIR han encontrado que la actividad física tiene un impacto positivo en el desarrollo cognitivo. ¡Vaya sorpresa! ¿Quién lo diría? El ejercicio no solo beneficia al cuerpo, sino también a la mente. ¿A quién no le ha pasado que se siente más alerta y concentrado después de una ligera sesión de entrenamiento?

Cómo el ejercicio promueve habilidades matemáticas

Los estudios muestran que programas de actividad física diseñados específicamente pueden mejorar las funciones ejecutivas de los niños. Estas funciones son cruciales para actividades complejas como resolver problemas matemáticos o seguir el ritmo de una conversación (no siempre fácil, como podría atestiguar mi abuela durante nuestras reuniones familiares).

La investigación destaca que los deportes que requieren seguimiento de reglas o una alta atención, como el baloncesto o el fútbol, desarrollan habilidades fundamentales que pueden ayudar en las matemáticas. Imagina a un niño calculando la estrategia para anotar, mientras entrena su mente para pensar en números y maneras.

Implementando soluciones

¿Qué podemos hacer como sociedad, padres y educadores para ayudar a los niños prematuros? Aquí algunas recomendaciones prácticas y posibles soluciones:

  1. Involucrarse desde el inicio: Asegúrate de conocer a los profesionales de la salud que pueden guiar a tu hijo en sus primeros años. Cuanto antes se identifiquen los problemas, mayores serán las posibilidades de éxito.

  2. Incluir programas educativos: Busca escuelas con programas que ofrezcan intervenciones personalizadas. Es vital que los educadores comprendan cómo adaptar la enseñanza para estos niños.

  3. Fomentar la actividad física: Inscribir a los niños en actividades deportivas que les interesen. Entre juegos y risas, también se desarrollan habilidades que los beneficiarán en el futuro.

  4. Comunicación abierta: Mantener una línea de comunicación constante con los maestros y profesionales de la salud es clave para monitorear el progreso y hacer ajustes cuando sea necesario.

  5. Análisis constante: Llevar un seguimiento continuo sobre las habilidades matemáticas y de lectura. Esto puede ayudar a identificar cualquier signo de problemas que necesiten atención.

Reflexiones finales

La prematuridad es un desafío, pero también una oportunidad. Si bien los estudios mencionan el impacto negativo en el desarrollo neurocognitivo, hay luz al final del túnel. Con el apoyo adecuado, amor y mucha paciencia, los niños prematuros pueden y deben prosperar. Desde la actividad física hasta las intervenciones educativas, hay un camino hacia adelante que todos podemos ayudar a construir.

Al final del día, todos queremos ver a nuestros pequeños alcanzar su máximo potencial. ¡Así que démosles la oportunidad de brillar! ¿Quién no querría vivir en un mundo donde todos los niños, independientemente de su comienzo en la vida, tengan la posibilidad de convertirse en sus mejores versiones?

Recuerda: cada niño es un mundo y el viaje de cada uno es único. Así que, si conoces a un bebé prematuro, no dudes en brindarle apoyo. Y, mientras lo haces, tal vez descubras la verdadera resiliencia y fuerza que existe en ellos, y en ti mismo.

¿Listos para cambiar el futuro de estos niños? ¡Vamos juntos a hacerlo!