La menopausia es un tema que, aunque todavía genera un poco de tabú, es algo que muchas mujeres experimentan. A estas alturas, ¿quién no ha escuchado alguna anécdota sobre cambios hormonales y la temida redistribución de la grasa corporal? Y es que, como bien dice el refrán, «el que no la ha pasado, no la conoce». Así que, si algún día has notado cómo tu cuerpo parece tener una estética diferente a la que solía tener, bienvenido al club de las mujeres en menopause. O, más bien, bienvenida a la tormenta hormonal.
Qué sucede durante la menopausia: un fenómeno hormonal
Durante esta etapa, que comúnmente se presenta entre los 45 y 55 años, las mujeres experimentan una serie de cambios fisiológicos resultado de la disminución de los niveles de estrógenos. Adiós a esos días de gloria donde, parece, podíamos comer lo que quisiéramos y nuestro cuerpo seguía viéndose genial. Pero ahora, como bien explica María Amaro, especialista en nutrición, el cuerpo se refugia en la zona abdominal y los flancos, eligiendo esos lugares como nuevos hogares para la grasa.
Imagina que tu cuerpo es un mal anfitrión de una fiesta: mientras la música suena, estás disfrutando con tus amigos. Pero, de repente, el anfitrión (en este caso, el cuerpo) decide que su lugar favorito es el sótano (por cierto, ¡qué incómodo!). Todo lo que traes a la fiesta va a caer allí. Así pues, ¿cuáles son los culpables de esta reubicación del «almacenamiento de grasas»?
La ciencia detrás del sueño de una mejor figura
Con el adiós al estrógeno, el cuerpo se convierte en un territorio en guerra. Por un lado, el cortisol, la hormona del estrés, toma el control, mientras que el colesterol, en dorado trofeo de guerra, también da su aparición. Esta combinación, aunque simpática en las fiestas, no lo es tanto para tu metabolismo.
Además, hay otro factor que se sumergió en la fiesta: la resistencia a la insulina. Esto significa que el cuerpo no utiliza la insulina de manera eficiente, lo que lleva a un aumento de los niveles de glucosa en sangre. Y aquí tenemos otro huésped no deseado: la grasa abdominal.
Antes de que te asustes y pienses que estás destinada a ser un «flan» sin remedio, tomemos un respiro. La clave para enfrentarlo radica en entender este proceso. Y sí, suena más fácil de lo que realmente es, como aprender el último baile viral en TikTok.
Estrategias para navegar la menopausia: alimenta tu cuerpo, no a tus preocupaciones
Si bien el viaje no es sencillo, hay formas de tomar el control. La primera es adoptar una dieta que ayude a regular los niveles de azúcar en sangre y, a la vez, te mantenga satisfecha. Sí, esas noches de pizza y helado son cosa del pasado (aunque, ¿quién no se ha atrevido a pecar de vez en cuando?).
Alimentos para mantener en tu plato
- Verduras y hortalizas: Estos queridos aliados deberían ser la base de tu dieta. Espinacas, brócoli, zanahorias… y sí, ¡un poco de pepino también! Me recuerda al ciclo de verano en el que todo el mundo intenta llevar una alimentación más fresca y ligera. ¿Por qué no aprovecharlo?
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Frutas con bajo índice glucémico: Piensa en manzanas, peras y frutos rojos. No solo son deliciosas, sino que ayudan a regular el azúcar en sangre. Pero, un pequeño consejo: ¡no las mezcles con un par de galletas! Aunque, admito, eso puede ser tentador.
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Proteínas magras: Elige pollo, pavo y pescado. ¡Salmón al horno, por favor! Las legumbres también son una excelente opción. Personalmente, he tenido días en los que he sido el orgulloso chef de un salmón que parecía salido de un programa de cocina de la televisión.
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Grasas saludables: Aguacates y frutos secos. Un puñado de almendras puede convertirse en un gran snack. Recuerda que el cerebro necesita grasas para funcionar de manera óptima (y sí, esto puede incluir ver algunos episodios de tu serie favorita).
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Hidratos de carbono complejos: Avena, quinoa y arroz integral. Estás tomando decisiones saludables, pero sin privarte, algo fundamental en cualquier dieta.
Un ejemplo de menú que no te dejará con hambre
- Desayuno: Avena cocida con leche de almendras, semillas de chía y frutos rojos.
- Almuerzo: Ensalada de espinacas, aguacate y pollo. ¡Una verdadera delicia!
- Merienda: Un yogur griego con almendras y arándanos. Un capricho más que aceptable.
- Cena: Salmón al horno con brócoli y quinoa. ¡Tu cuerpo te lo agradecerá!
Mueve el cuerpo, no el sofá
No puedo dejar de mencionar la importancia del ejercicio. Es tan esencial como la comida que consumes. Hay tantas opciones que, de hecho, a veces me siento como un niño en una tienda de golosinas.
- Aeróbicos: Caminar a paso ligero es una manera accesible y efectiva de mantenerte activa. Durante la menopausia, un simple paseo puede hacer maravillas, ¿verdad?
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Entrenamiento de fuerza: Las sentadillas y las planchas pueden ser tus mejores aliados. Evidentemente, no tendrás que ir al gimnasio a convertirte en un culturista, pero mantener esa masa muscular es clave.
Aquí vale la pena mencionar mis anécdotas de la vez que en un concurso local, decidí participar en una carrera y terminé haciéndome amiga de una ardilla que parecía más rápida que yo. Pero regresando al tema, si puedes encontrar motivación fuera de casa, ¡hazlo! Desde yoga en el parque hasta danza en línea.
El poder de la recuperación
Finalmente, un descanso adecuado es fundamental. Dormir entre siete y nueve horas no solo es bueno para tus ojeras (buenas noches, chismes del insomnio), sino que también promueve la regulación hormonal. Si alguna vez sentiste que te estás derrumbando como un rompecabezas mal armado, te diré que esas horas de sueño serían como encontrar la última pieza en el suelo.
¿Y qué hay de los tratamientos estéticos?
En la actualidad, diversos tratamientos estéticos están disponibles para complementar cambios naturales en el cuerpo. Si la redistribución de grasas no es algo que quieras aceptar con los brazos abiertos, puedes considerar opciones como:
- Criolipólisis
- Cavitación
- Liposucción
A pesar de eso, es importante aclarar que los tratamientos estéticos deben ser vistos como complementos, y no como una solución mágica. Siempre es mejor optar por un enfoque holístico que incluya una dieta saludable, ejercicio y, claro, un buen descanso.
El viaje es tuyo, ¡tú decides el destino!
Estar en la menopausia puede ser como estar en un parque de diversiones: hay altos y bajos, cosquilleos de nervios e incluso unas cuantas emociones. Pero se trata también de aprender a navegar las nuevas corrientes y encontrar lo que mejor funciona para ti.
En medio de todo esto, la autocompasión y el humor son esenciales. ¿Alguna vez te encontraste riendo de ti misma mientras intentabas hacer una sentadilla? Lo admito, sucede. Pero esas risas son las que mantienen el corazón ligero y el espíritu alto.
En resumen, la menopausia es solo otra etapa en esta gran aventura que es la vida. Ya sea que te enfrentes a la redistribución de grasas o a la búsqueda de equilibrio emocional, entender las causas y adaptarte son los verdaderos héroes del cuento. Que no te dé miedo preguntar, investigar y probar, porque al final del día, la única constante en esta vida es el cambio.
Y recuerda, siempre que necesites un poco de ánimo, ¡estoy aquí para compartir muchas más anécdotas de mis intentos de hacer ejercicios de forma graciosa y lograr esos pasos de baile que nunca me salieron!