A veces pienso en lo que estaba haciendo hace cinco años y no puedo evitar sentir una punzada de nostalgia. Era diciembre de 2019, y mientras muchos de nosotros charlábamos sobre regalos navideños y planes de Año Nuevo, un pequeño virus empezaba a hacer estragos en un rincón remoto del mundo. La covid-19 llegó como un ladrón en la noche, y aunque muchos de nosotros no sabíamos lo que se avecinaba, la vida nunca volvió a ser la misma. Hoy, cinco años después, vamos a reflexionar sobre cómo esta situación se convirtió en una parte ineludible de nuestras vidas y, sí, incluso cómo nos ha moldeado en formas que quizás no habíamos imaginado.

El inicio de una nueva era: recuerdo de aquellos días

Recuerdo aquellos primeros días de 2020, cuando la noticia de una «neumonía de origen desconocido» se apoderó de nuestras pantallas y titulares. Era casi surrealista, parecido a una película de ciencia ficción. Nos decíamos, “esto no puede ser real, ¿verdad?” Y sin embargo, ahí estábamos, esperando más información sobre lo que pronto sería conocido como covid-19.

El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recibió las primeras notificaciones. ¿Quién podría haber imaginado que en solo dos meses estaría declarada una pandemia? Mientras tanto, yo intentaba recordar dónde había dejado mi botella de desinfectante de manos que había comprado en una tienda de productos naturales. Un consejo: nunca subestimes la importancia de un buen desinfectante. Es como el héroe anónimo de nuestra historia.

De pandemia a rutina: ¿normalidad o nueva realidad?

El primer confinamiento. Ah, sí, ese momento en el que pensábamos que estábamos participando en una especie de reality show, donde los participantes éramos nosotros mismos. Era como estar atrapado en una película de terror, pero en lugar de monstruos, eran nuestras propias ansiedades y preocupaciones sobre la salud y la economía lo que nos mantenía despiertos por la noche.

Con los sucesivos confinamientos, muchos de nosotros empezamos a improvisar: videollamadas con amigos, clases de cocina en línea (los resultados de esas primeras recetas son un secreto que todavía guardo con recelo), y ese eterno culto a los puzzles de 1000 piezas. Al final, todos nos convertimos en expertos en Zoom, aunque nadie realmente supiera cómo usarlo.

Según la OMS, a lo largo de estos cinco años, se han confirmado 776 millones de casos y más de siete millones de muertes a causa de la pandemia. Ahora que las cifras están sobre la mesa, me atrevería a decir que este fenómeno ha sido un verdadero examen de resistencia para la humanidad. ¿Quién podría haber esperado que un virus hiciera que todos aprendiéramos sobre epidemiología y salud pública de la noche a la mañana?

La vacunación: una historia de esperanza

Si hay algo por lo que la humanidad debe estar agradecida, es la irrupción de las vacunas. En medio de la tormenta, las vacunas llegaron como una ráfaga de esperanza. La OMS anunció que, gracias a la vacunación y a la evolución del virus hacia variantes menos letales, la covid-19 se ha convertido en un patógeno comparable a la gripe. ¿Me atrevería a decir que finalmente tenemos una herramienta para combatirlo? Sí, claro que sí.

Aunque el año 2022 fue el más letal con 445 millones de contagios, el número de casos en 2024 ha disminuido significativamente a 3 millones. Esto se debe en gran medida a que la mayoría de los casos ahora presentan síntomas leves o moderados. Sin embargo, hay personas que aún enfrentan la horrorosa realidad del llamado «covid largo», una nebulosa que puede afectar varios órganos. En este momento, es vital recordar que la salud no es solo la ausencia de enfermedad.

¿No es curioso cómo la vida nos enseña a adaptarnos? Un día, temíamos salir a la calle; ahora, muchos de nosotros vamos al gimnasio como si no hubiera pasado nada. Pero regresemos a la realidad. A pesar de los avances, es fundamental que las personas mayores y quienes pertenezcan a grupos vulnerables continúen recibiendo vacunas. A menudo, olvidamos que nuestras elecciones tienen un impacto mucho más allá de nuestro propio bienestar.

Europa tropical: ¿un nuevo desafío en camino?

Al revisar los sucesos recientes, la OMS ha lanzado una alarma sobre el incremento de enfermedades transmitidas por insectos, comparando a Europa con una región tropical. ¿Y ahora qué? La malaria como posibilidad en Europa, cuando antes nuestras principales preocupaciones giraban en torno a la “tigre del mosquito” en el patio trasero. Pero no todo está perdido; al igual que con la covid-19, la investigación y la preparación son la clave.

Así que sí, el mundo sigue cambiando. Y si creías que ibas a tener un momento de calma, podrías reconsiderarlo. Y antes de que se me olvide, un consejo: siempre lleva repelente de insectos, no solo para ir a la montaña, sino también para esos molesto picnic en el parque.

La importancia de la preparación ante futuras pandemias

A medida que avanza el tiempo, la OMS también nos recuerda que no debemos ser complacientes. La idea de un “tratado contra pandemias” está sobre la mesa, y aunque las negociaciones han sido lentas y complicadas, es una buena noticia que los países estén finalmente tomando en serio la necesidad de prepararse para futuros brotes.

Imagina que estamos todos en un barco en medio de una tormenta. La opción más sensata no es quedarnos en el puerto y esperar que se pase —esa estrategia no funcionará cuando el barco ya está surcando aguas turbulentas. Necesitamos prever las tormentas antes de que lleguen.

Reflexiones finales: aprendiendo del pasado para enfrentar el futuro

Hoy, cinco años después del inicio de la pandemia, una cosa es segura: nuestra capacidad de adaptación y resiliencia ha sido realmente impresionante. De una pandemia global a la incertidumbre constante, la vida nos ha demostrado que hay más en juego de lo que simplemente se ve a simple vista.

¿Estás listo para la próxima aventura? Sin duda, cada uno de nosotros ha aprendido a manejar nuestra salud y la de los demás de formas que una vez considerábamos impensables. Sabemos lo que significa la pérdida, el desasosiego y la lucha, pero también la esperanza, la cura y, por supuesto, el poder de la comunidad.

Así que, a pesar de todo, tengo la firme convicción de que saldremos de esto más fuertes y más informados. Y quizás, solo quizás, lleve siempre conmigo un desinfectante de manos de viaje y un sombrero de ala ancha por si el clima se vuelve tropical.

¡Aquí está el futuro, quizás menos predecible, pero definitivamente más interesante!