En la vida, hay quienes dicen que la edad es solo un número. Sí, claro, y yo siempre seré tan joven como mi último potluck, mi organismo con esos 30 años de amor por las tapas. Pero cuando se trata de escaladas y montañas, Carlos Soria (Ávila, 1939) parece no haber leído ese manual de «La vida a los 80». Este aficionado a la montaña, que tiene la modestia de no llamarse profesional, está de vuelta para continuar su travesía sobre las alturas. Con una impresionante lista de montañas en su haber, desde el Everest hasta el Annapurna, Soria se prepara para un nuevo reto: volver a escalar el Manaslu en Nepal, un objetivo que cumplirá ¡este año ya! Así que, ¿cuál es el secreto de este intrépido alpinista? 🚀
La historia de un alpinista aficionado
Carlos Soria es como ese tío que siempre se presenta en las reuniones familiares con anécdotas que dejan a todos boquiabiertos. Pero, en lugar de historias de caza o pesca, Carlos guarda historias de montañas, nieve y esos momentos de introspección que solo uno puede experimentar en la cima de un ochomil.
A lo largo de su vida, ha cosechado un impresionante de 14 ochomiles, esas gigantescas cumbres que parecen querer tocar el cielo y, vaya que lo han conseguido, porque, ¿quién no ha soñado alguna vez con conquistar una? Entre sus hazañas, se encuentra haber alcanzado cimas como el K2 y el peligroso Nanga Parbat, del que se dice que «no perdona a los imprudentes». Pero, en el fondo, Soria comparte una mirada con nosotros: un aficionado que encontró en las montañas su razón de ser. «Esa manía mía de subir montañas me ha proporcionado una vida como a mí me gusta,» dice con una sonrisa en su rostro. A mí eso me suena a ‘la vida soñada’ que todos envidiamos un poco, ¿no?
Una expedición con un toque especial
En este 2023, Soria tiene un motivo adicional para sentirse emocionado. El 50 aniversario de su primera expedición al Manaslu, realizada en 1975, servirá como un poderoso recordatorio de que, aunque el tiempo pase, la pasión por seguir explorando nunca se apaga. Desde aquella vez, ha escalado montañas de renombre, y su historia ha inspirado a muchos. Bueno, ¿quién no querría ser un Carlos Soria en el alma? La expedición, que contará con un presupuesto de 190,000 euros y es organizada por la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara, no solo sirve para que Carlos lleve su legado más allá; también incluye a la escaladora Belén Rodríguez, quien intentará batir el récord mundial femenino de velocidad de ascenso y descenso al Manaslu. ¡Doble emoción en una sola montaña!
El espíritu de camaradería y aventura en esta expedición me recuerda a las veces que intenté organizar escapadas con amigos. Es decir, uno dice, «¡Vamos a escalar el pico más alto de la región!» Y antes de que te des cuenta, ya están todos eligiendo la ruta más fácil para no llegar al hospital. Pero Carlos no es de los que se detiene ante un reto. ¡Nada de rutas fáciles!
¿A qué se enfrenta Carlos Soria en el Manaslu?
A los 84 años, Soria enfrenta la adversidad con admiración. A pesar de un grave accidente en el Dhaulagiri el año pasado -sufrir una fractura abierta de tibia no es un simple golpe de tos, ¿verdad?- vuelve a calzarse las botas y prepara su equipo. La próxima vez que te duela la espalda por estar sentado tanto tiempo frente la pantalla, recuerda que hay un abuelo en Nepal desafiando la gravedad.
Carlos ha experimentado el momento más peligroso de su carrera, pero nunca ha pensado en abandonar el sendero que ha elegido. “Nunca he pensado en tirar la toalla. Quería volver. Escalar es lo que más me gusta hacer”, asegura con un brillo en sus ojos. Aquí es donde la tenacidad de Carlos se vuelve contagiosa. ¿Alguna vez has sentido una llamada a la aventura? Esa es la magia que lleva en su interior y que, sin duda, nos provoca una mezcla de admiración y una pizca de envidia.
Más allá de las montañas, en la vida diaria
No todo es escalada y aventuras extremas. La vida cotidiana de Soria suena bastante idílica. El hombre ha encontrado su lugar en Moralzarzal, rodeado de naturaleza, lejos del ajetreo y bullicio de Madrid. “Me gusta la calidad de vida que ofrece la sierra”, dice mientras los pájaros se asoman desde la ventana. En mi experiencia, vivir en la naturaleza puede ser un sueño, siempre y cuando uno no se tenga que preocupar de bañar al perro y lidiar con colmenas de mosquitos como si fuésemos un episodio de Survivor.
Carlos tiene claro que la vida no se trata solo de escalar montañas, sino de mantenerse en forma, comer bien y disfrutar de cada momento. Parece que hay una sabiduría acumulada en esos escalones del Himalaya que soon irremediablemente logran que la gente reflexione sobre su propio bienestar. «A llegar a la jubilación en un buen estado físico y mental, ese debe ser el objetivo», continúa. Un pensamiento que muchos de nosotros no tomamos tan en serio como deberíamos.
El apoyo es clave: necesitamos la comunidad
Sin embargo, la realidad es que para llevar a cabo estas expediciones se necesita el apoyo de ciertos actores. La Comunidad de Madrid ha decidido contribuir con 18,000 euros, pero claro, esos números sólo son un pequeño empujón. Carlos y el equipo necesitan el respaldo de empresas interesadas en que sus sueños se hagan realidad. A veces me pregunto, ¿cuándo será mi momento de encontrar un patrocinador para mis escapadas al supermercado? Quizás porque en el fondo todos somos un poco Carlos Soria, deseando tener la oportunidad de perseguir nuestras pasiones.
Reflexiones finales: una lección de vida
Así que aquí estamos, al borde de un nuevo nuevo capítulo en la vida de Carlos Soria. A medida que se prepara para la difícil travesía al Manaslu, que nos enseña sobre la pasión, la perseverancia y la importancia de cuidar nuestro cuerpo en cualquier etapa de la vida. Cuando la vida nos lanza piedras, Soria nos recuerda que estas pueden convertirse en los peldaños que nos lleven a las alturas.
En resumen, la historia de este abulense nos anima a perseguir nuestras pasiones, sin importar cuántos años tengamos. Así que, la próxima vez que te encuentres desanimado por un par de arrugas o esos grises que aparecen en tu cabello, piensa en Carlos Soria y su inquebrantable deseo de escalar montañas. Siempre habrá un nuevo pico para conquistar, y eso, amigos míos, es un pensamiento que vale la pena abrazar. ¡Hasta la cima, Carlos! 🏔️