El cáncer de vulva, aunque es uno de los tumores ginecológicos menos comunes, es una condición que manda la alarma a cualquier mujer que se entere de su existencia. A menudo, cuando pensamos en cáncer, nos vienen a la mente grupos de personas en fundas de cabecera en hospitales y tratamientos oncológicos agresivos. ¿Quién podría imaginar que hay un área en el cuerpo que también puede ser susceptible a esta enfermedad y, a su vez, es un tema del que preferimos no hablar? Hablemos de ello.
¿Qué es el cáncer de vulva?
El cáncer de vulva afecta al tejido externo de los genitales femeninos, que incluye los labios vulvares y otras estructuras. Según varias investigaciones, solo representa alrededor del 5% de todos los cánceres ginecológicos en España, lo que lo convierte en una enfermedad rara. Sin embargo, es la cuarta neoplasia más común entre las mujeres, justo después del cáncer de endometrio, cérvix y ovario.
Para ser brutalmente honesto, el cáncer de vulva no recibe la atención que merece. Esto puede deberse a la falta de comprensión y conciencia sobre la salud femenina, así como al pudor que existe en torno a la salud vaginal. ¡Después de todo, hablar de nuestros genitales puede ser incómodo, incluso entre amigas! Pero cuando se trata de nuestra salud, es mejor quitarnos la vergüenza de un lado.
¿Por qué es difícil de diagnosticar?
Uno de los motivos por el cual el diagnóstico del cáncer de vulva es difícil es que, como se mencionó anteriormente, se desarrolla lentamente, a menudo a lo largo de muchos años. Esto pone a las mujeres en una posición incómoda: pueden presencia síntomas que consideran benignos o simplemente molestos y deciden no consultar a un médico. ¿Cuántas veces nos hemos encontrado en esa situación? “Una llaga en la piel, estoy segura de que es solo un pequeño raspón”. Lo comprendo, puede ser incómodo, pero no debemos permitir que esa incomodidad nos lleve a ignorar problemas serios.
Identificando los síntomas del cáncer de vulva
Uno de los síntomas más comúnmente reportados es la aparición de bultos o llagas. Estos pueden verse o sentirse como una úlcera o verruga y pueden causar sentimientos de incomodidad. Esto se traduce en la necesidad de una autoexploración regular, algo que muchas mujeres evitan por diversos motivos, incluidos los culturales.
Los síntomas incluyen:
- Bultos o llagas en la vulva
- Dolor o molestias en la zona pélvica, que pueden intensificarse durante la menstruación
- Picazón persistente
- Cambios en el color de la piel
- Sangrados fuera del ciclo menstrual
Si sientes una tirantez en tu abdomen solo de leer esto, respira, no todas las anomalías son cáncer. Sin embargo, es crucial que estemos atentas a estos signos y nos sintamos empoderadas para buscar ayuda. ¿A quién no le gustaría llevar una camiseta que proclame “seré mi propio defensor de la salud”?
Causas y factores de riesgo
Una de las principales causas identificadas del cáncer de vulva es la infección por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Este mismo virus, que se suele asociar con el cáncer de cérvix, puede también ser el provocador de este tipo de carcinomas. Sin embargo, no todos los casos de cáncer vulvar están relacionados con el VPH, lo cual no significa que no debamos ser proactivas sobre nuestra salud sexual.
Existen otros aspectos que pueden incrementar el riesgo:
- Edad avanzada: La mayoría de los casos se presentan en mujeres mayores de 65 años.
- Tabaquismo: Ah, el hábito que nunca se va. Además de otras complicaciones, también podría ser un factor de riesgo.
- Sistema inmunitario debilitado.
- Antecedentes familiares de cáncer de vulva.
- Enfermedades de la piel en la zona vulvar, como el liquen escleroso.
Exploración ginecológica: ¿Es realmente necesaria?
Una y otra vez los expertos nos dicen que debemos seguir haciéndonos exámenes ginecológicos, incluso después de la menopausia o si no tenemos relaciones sexuales. ¿Pero por qué? Dirías. La razón es simple: la época de «mirar y esperar» ya no es suficiente. Aun así, muchas de nosotras nos sentimos desanimadas de programar una cita. Tal vez es el miedo al dolor o la incomodidad de una exploración. Pero, al final del día, un par de minutos en la consulta pueden ahorrarte años de tratamiento.
Diagnóstico del cáncer de vulva
El diagnóstico oportuno es clave. Las pruebas que emplean los profesionales incluyen:
- Examen pélvico: Para detectar lesiones visibles o cambios en la piel.
- Biopsia: Si se encuentra algo sospechoso, se tomará una muestra para su análisis.
- Tomografía computarizada o resonancia magnética: Para determinar la extensión del cáncer.
- Tomografía por emisión de positrones (TEP): Empleada en ciertos casos para buscar cualquier otra evaluación que el médico considere adecuada.
No necesariamente debes sentir pánico ante estas exploraciones. Recuerda que todo lo que hacen es para asegurar que estés bien. Aunque al principio la idea puede sonar aterradora, la tranquilidad de tener un diagnóstico claro será, sin duda, reconfortante.
Opciones de tratamiento
Si piensas que el hecho de recibir un diagnóstico es el final de la jornada, ¡piénsalo de nuevo! Los tratamientos para el cáncer de vulva pueden incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia, dependiendo de la etapa y el tipo de cáncer. Algunos tipos menos agresivos pueden tratarse mediante procedimientos locales. No es el sueño de nadie enfrentarse a estos tratamientos, pero aquí es donde entra el optimismo: muchas mujeres superan el cáncer con éxito; y haberlo detectado a tiempo puede marcar la diferencia entre una batalla larga y una resolución rápida.
Conclusiones
Si bien el cáncer de vulva puede parecer un tema incómodo y poco común, es vital que tomemos medidas para conocer más sobre este tipo de cáncer. Informarte sobre los síntomas, factores de riesgo, y la importancia de realizarte controles periódicos puede no solo salvar vidas, sino que también puede contribuir a reducir el estigma asociado a los problemas de salud femenina.
Es hora de eliminar ese tabú. Recordemos que hablar sobre nuestra salud vagina no debería ser más difícil que hablar sobre el último episodio de nuestra serie favorita. En última instancia, nuestro cuerpo nos habla, y es crucial que estemos listas para escucharlo.
Así que, la próxima vez que pienses en saltarte esa revisión ginecológica, tal vez sea un buen momento para recordar: los bultos en la vulva no son como las galletas de mamá que dejas pasar. ¿Por qué? Porque la salud de tu vulva también importa. ¿No crees?