La calima, ese fenómeno atmosférico que parece haber encontrado un nuevo hobby en engañarnos con su belleza y sus implicaciones, ha desatado una serie de lágrimas, risas y preocupaciones a lo largo de la geografía española. ¿Cuántas veces hemos salido a la calle y nos hemos encontrado con un cielo de tonalidades imposibles, mientras la brisa traía consigo un toque de polvo Sahariano? Pero, detrás de la estética de Instagram, ¿qué hay realmente?
En marzo de 2022, un épico episodio de calima afectó a España, y no de cualquier forma, sino que trajo consigo preguntas acerca de la seguridad y los efectos radiactivos de este polvo que venía desde el sur de Argelia. Entonces, me tomé un momento para buscar información. Al fin y al cabo, no hay nada más perturbador que disfrutar de una puesta de sol con la angustia de que el aire que respiro puede ir acompañado de plutonio… ¡o peor, de alergias!
La ciencia detrás de la calima: ¿y esos niveles radiactivos?
Resulta que, después de un estudio exhaustivo de las universidades de Oviedo y París-Saclay, se ha revelado que el material radiactivo transportado por la calima era, en realidad, muy inferior a cualquier riesgo para la salud humana. La investigación, publicada en la prestigiosa revista Science Advances, no solo identificó el origen del polvo en el sur de Argelia, sino que también refutó las acusaciones de que venía de las pruebas nucleares francesas de hace sesenta años.
¿A quién se le ocurre hacer esto? ¡A nadie! Pero es así. La buena noticia es que, según los análisis geoquímicos y mineralógicos llevados a cabo, los niveles de cesio radiactivo en las muestras fueron de solo 14 becquerelios por kilo (Bq/kg), una cifra que comparativamente es realmente baja, especialmente cuando el límite para los productos alimenticios es de 1.000 Bq/kg y para alimentos infantiles, de 400 Bq/kg.
Respuestas que hacen falta: la alarma social
Ahora, hablemos de otro aspecto. El profesor de Zoología de la Universidad de Oviedo, Germán Orizaola, menciona que estos episodios de calima son «muy llamativos» y generan alarma social. No es para menos. Imaginen a la madre preocupándose por el polvo que entra por la ventana mientras ella lava los platos, preguntándose si lo que tiene en la mesa está más contaminado que el cajón de las especias después de un apocalipsis zombi.
Es curioso cómo la información errónea puede expandirse más rápido que el mismo polvo. Todo el mundo comienza a hablar de «radiactividad» como si fuera un nuevo tipo de moda, pero, al final del día, parece que sólo quema un poco de nuestra percepción social y no nuestro hígado.
Y los peligros de la obsesión
Por supuesto, es esencial ser conscientes de nuestro entorno y de lo que respiramos. Nuestros padres nos han enseñado que hay que tener cuidado con lo que tocamos y, mientras estábamos jugando a adivinar si aquel era un nuevo superhéroe o un villano de cómic, ellos estaban encerrados en un mundo de preocupaciones que han llegado hasta nosotros. Sin embargo, ¿debería preocuparnos tanto o deberíamos simplemente cuidarnos al máximo y disfrutar de las vistas?
La calima y el arte de limpiar
Hah, el polvo en el coche. Esa es otra historia. Si hay algo que no me gusta es cargar con un coche que parece haber sido víctima de un ataque a gran escala de polvo sahariano. Algunos dirán: «Un poco de polvo no te mata», pero luego llega la multa por no limpiar el automóvil. ¡A esas alturas, parece que la Ley de Murphy se revela en nuestra contra! Así que, amigos, asegúrense de limpiar su coche después de un episodio de calima. Puede que no te mate, pero tu billetera podría sufrir un impacto severo.
Comparación con los niveles radiactivos de otras pruebas nucleares
Cuando hablamos de radiación, es fácil perderse en el pánico. Sin embargo, lo que el estudio también sugirió es que las proporciones de plutonio y cesio radiactivos no corresponden a las pruebas nucleares francesas, sino que se asemejan más a los rastros globales de radiación de los ensayos nucleares realizados por la Unión Soviética y Estados Unidos durante los 50 y 60.
Es como si en una fiesta de cumpleaños, el chico de al lado se comiera todo el pastel y luego tú te llevas las sobras y lo guardas en tu nevera. Además, te preguntas: «¿Quién está realmente detrás de este desastre?» O, más bien, «¿cómo puedo ahorrar para llenar el tanque de mi coche traqueteante?»
Conclusión: lo bonito de la calima y lo que hay detrás
Aunque la calima puede parecernos un fenómeno místico, es estatística, geológica y, a veces, un poco aterradora. La verdad es que, si bien la calima trae consigo polvo (y un poco de preocupación), también trae un respiro de belleza. ¿Quién no ha tomado una foto impresionante de un cielo anaranjado? Sin embargo, es vital equilibrar la apreciación estética con un poco de inteligencia y sentido común.
Así que, la próxima vez que la calima invada tu ciudad dejando un rastro de polvo y preguntas, respira hondo, tira de tu investigación de las universidades de Oviedo y París-Saclay, y recuerda que la única radiactividad que probablemente te afectará es la de esa serie de televisión que tanto te gusta (vaya, esos personajes son más engañosos que la propia calima).
Esta es la realidad detrás del polvo que parece haber surgido de un cuento de hadas y que nos invita a cuestionar el impacto de lo que respiramos. Entonces, la próxima vez que te enfrentes a una calima, prepárate con tus respuestas y, sobre todo, ¡no olvides limpiar tu coche!