Benicàssim, esa joya menos conocida de la costa valenciana, se sitúa a tan solo 20 minutos en coche de Castellón y ofrece una experiencia tan equilibrada que bien podría ser la respuesta a la pregunta: ¿dónde escapar para disfrutar del sol sin sentir que estás en una sardina enlatada? La verdad es que se vuelve difícil resistirse a su encanto, y puedo decirte esto con conociendo las complicaciones del turismo masivo. ¡Vamos a desglosar lo que este lugar tiene para ofrecer!

Un vistazo a la historia de Benicàssim

Si estás preguntándote de dónde viene este pequeño paraíso, la historia de Benicàssim es bastante interesante. Es famoso por sus bellas villas con un estilo de la belle époque, que se construyeron cuando los burgueses españoles comenzaron a ver el mar como el lugar ideal para sus vacaciones. ¿Te imaginas a los caballeros con chistera y a las damas en vestidos de gasa en la playa? ¡Suena encantador! La primera villa emblemática fue hecha por Joaquín Coloma Grau en 1872, quien decidió que había que rendir homenaje a su esposa, y así surgió el Paseo de Pilar Coloma.

Aquí, los rascacielos de Benidorm parecen un sueño comparado con las villas de Benicàssim. Claro, si te gusta la sensación de estar en una película de época, este lugar es una necesidad en tu lista de destinos. Me pregunto si se han hecho películas en este hermoso entorno… ¡Sería un escenario maravilloso!

Un microclima y un ambiente que invitan a quedarse

Te parecerá increíble, pero Benicàssim cuenta con un microclima envidiable. Es como si el sol hubiera decidido tomarse unas vacaciones permanentes aquí. La mezcla de temperaturas suaves durante todo el año y un paisaje natural impresionante lo convierte en un destino ideal para cualquier época.

A menudo bromeo con mis amigos que tengo un imán para el mal tiempo, por lo que encontrar un lugar donde “el cielo bendiga a la tierra” es una pequeña victoria. Si estás pensando en visitar, puedes olvidarte de los paraguas; aquí suele haber sol.

Una población que crece pero no agobia

Con una población de alrededor de 20,000 habitantes, pero que se triplica en verano, Benicàssim es un lugar donde puedes disfrutar del bullicio sin sentirte abrumado. La infraestructura está creada para aguantar la invasión estival, y las enormes playas no parecen llenarse tanto como en otras localidades. Recuerdo una vez en la que intenté hacer castillos de arena en una playa de una ciudad más grande… me terminaba uninterrumpidamente a compartir mis áreas con decenas de toallas, y no era divertido.

Festivales y cultura que influyen en la vida del pueblo

Uno de los aspectos más emocionantes de Benicàssim son sus festivales de música. El FIB (Festival Internacional de Benicàssim) y el Rototom Sunsplash son dos eventos que no solo atraen a turistas, sino que también inyectan vida al pueblo. Es como si la ciudad se pintara de colores y sonidos durante esos días. Es un momento donde las calles vibran con energía y el aire se llena de felicidad, música y, por supuesto, un poco de sudor.

¿Te imaginas estar rodeado de miles de personas que comparten tu amor por la música? He estado allí, en el FIB, y puedo decirte que es como un déjà vu continuo de felicidad. Recuerdo un año en el que concertamos una quedada con amigos, y entre pieles doradas y música de fondo, no éramos más que un grupo de amigos tratando de recordar qué era realmente importante en la vida: la compañía.

Un recorrido por Las Villas

Las Villas es sin duda uno de los puntos más icónicos de Benicàssim. Con su elegante aire de “belle époque,” estos chalets parecen sacados de una novela. Si alguna vez has querido pasear por un lugar que evoca un aura nostálgica, este es tu sitio.

Además, el Hotel Voramar, inaugurado en 1930, no solo es un lugar donde tomar un aperitivo con vistas al mar, sino también un testigo silencioso de la historia. Entre 1936 y 1939, se convirtió en un hospital para brigadistas internacionales durante la Guerra Civil Española. La mezcla de historia y disfrute en este lugar es palpablemente fascinante, a tal punto que me pregunto qué historias nos contarían esas paredes si pudieran hablar.

Gastronomía que conquista hasta al más exigente

Dentro de la oferta gastronómica, el Hotel Albades, que abrió en abril del pasado año, sobresale por su sostenibilidad y su localización privilegiada frente a la playa de la Almadrava. ¿Te gusta la buena comida y el medio ambiente? Este hotel constituye un ejemplo perfecto de cómo disfrutar de ambos sin sentir culpa.

Además de los arroces de secreto ibérico y bogavante, ¡no te olvides de probar la paella! Siempre bromeo diciendo que hay un momento en la vida de todo español en el que la paella se convierte en una relación amorosa sin fin. Esa experiencia de comer el plato característico de nuestra cultura es tan única que no hay forma de que se muestre en una simple foto de Instagram; necesitas vivirlo.

Naturaleza y aventura a un paso

Si la playa no es lo tuyo, y prefieres una dosis de aventura, no temas. Benicàssim está rodeado de un hermoso paisaje natural. La cordillera que se alza tras la ciudad incluye las Agujas de Santa Águeda, ideales para escalar y disfrutar de vistas espectaculares. Nunca he sido un escalador apasionado, pero una vez decidí que “hoy es el día”. Al final, llegué a la cima con un sentido del logro inmejorable, aunque bastante agotado. ¡Pero la vista valió la pena!

El parque natural del Desert de les Palmes es otra opción maravillosa, donde podrás encontrarte con la única palmera endémica de Europa. Imagina caminar entre montañas, respirar aire puro y escuchar los suaves susurros de la naturaleza… quizás en el camino encuentres algunos restos de castillos de época musulmana. ¡Qué emocionante!

Las islas Columbretes: naturaleza salvaje en su esplendor

¿Te gustan las escapadas a lugares de belleza natural intacta? Entonces las Islas Columbretes son una visita obligada. Estas islas, a unos 50 kilómetros de la costa, ofrecen un entorno protegido donde las langostas recorren las aguas cristalinas.

La tranquilidad de este lugar es abrumadora, incluso más que mi intento de meditación durante el confinamiento (¡y eso es decir mucho!). Imagínate navegando por sus alrededores y sintiendo que el mundo exterior se desvaneció. Es un lugar donde el eco de la historia se mezcla con la pureza de la naturaleza: algunas de estas islas han tenido fareros y contrabandistas, lo que añade un poquito de drama a su gran belleza.

Benicàssim, un destino polifacético

Desde sus encantadoras villas y su vibrante vida festivalera hasta las maravillas naturales que lo rodean, Benicàssim es el destino que combina tranquilidad y aventura en una misma bolsa. Mi recomendación al visitarlo es adoptar la filosofía “todo lo que quieras y más” y disfrutar de cada momento, ya sea tomando un cóctel en la playa, disfrutando de un buen plato o simplemente respirando la brisa marina mientras miras hacia el horizonte.

En conclusión, si alguna vez te encuentras en la costa de Valencia, no olvides hacer una parada en Benicàssim. La combinación perfecta de descanso, cultura, historia y naturaleza está esperando por ti. ¡Y tal vez incluso verás a un par de caballeros con chistera y damas en gasa!