La llegada del invierno puede provocar una mezcla de emociones en muchos de nosotros: la calidez de un café en las manos, la belleza de la temporada navideña y las ganas de estar acurrucado bajo una manta. Pero, ay, el frío también trae consigo el lamento de las articulaciones. ¿Te has sentido alguna vez como si tus articulaciones estuvieran protestando y reclamando atención cada vez que las temperaturas bajan? No estás solo. En este artículo, exploraremos el impacto del frío en la artrosis, la prevalencia de esta afección en jóvenes, y cómo podemos mitigar sus efectos.
La artrosis: un viejo conocido que afecta a los jóvenes
La artrosis no es solo una enfermedad que afecta a los ancianos. De hecho, la Sociedad Española de Reumatología (SER) ha levantado la bandera roja sobre el aumento de casos entre personas jóvenes. ¡Sí, has leído bien! Cada vez más jóvenes están siendo diagnosticados con artrosis, y no es solo una cuestión de herencia genética o patrones laborales. El sedentarismo y el aumento de actividades deportivas de alto impacto están contribuyendo a esta preocupante tendencia. ¿Quién diría que jugar un poco de fútbol podría convertirnos en un paciente de reumatología?
En España, se estima que casi el 30% de la población mayor de 40 años padece algún tipo de artrosis. Esa es una cifra que impresiona, pero lo más inquietante es que a nivel global se eleva hasta los 600 millones. A veces, hablar sobre nuestras propias dolencias parece una competencia de quién está más enfermo. Quizás debería abrirse un grupo de apoyo: «Yo solía ser joven y ágil».
¿Qué es la artrosis realmente?
Para aquellos que no están familiarizados con el término, la artrosis es una enfermedad reumática que afecta el cartílago articular. Esto puede resultar en dolor, rigidez e incapacidad funcional. Puede manifestarse en una o varias articulaciones, siendo las más comunes las de las manos, caderas, rodillas y columna. Recuerdo a un amigo que comenzó a quejarse del dolor en sus rodillas después de un juego de baloncesto. “Es solo una molestia”, decía entre risas, hasta que se dio cuenta de que el dolor ya no era solo “temporal”.
Los primeros síntomas de la artrosis suelen ser el dolor, la inflamación y, en estados más avanzados, la deformidad articular. La gente a menudo menciona que el cambio de clima parece amplificar sus síntomas. Y aunque no podemos guiñarle un ojo a la influencia de la humedad y el frío en las articulaciones, es crucial entender que el frío no causa artrosis. Lo que hace es provocar que los músculos se contraigan y se sientan entumecidos. En otras palabras, el frío hace que nuestros cuerpos decidan ponernos en modo «tirita».
¿Por qué el frío es un problema?
Cuando llega el invierno y aparecen las temperaturas bajo cero, las articulaciones pueden convertirse en las más afectadas. La hiperalgesia al frío —dicho de otra manera, una mayor sensibilidad al dolor en respuesta a estímulos fríos— es un fenómeno que muchos de nosotros hemos experimentado e ignorado. La verdad es que, cuando el frío se une a cambios en la viscosidad del líquido sinovial (el líquido que lubrica nuestras articulaciones), ese dolor se siente más agudo.
Entonces, ¿qué hacer para ayudar a nuestras pobres articulaciones durante los duros meses de invierno? Aquí van unas recomendaciones que pueden ser útiles.
Estrategias para aliviar las molestias articulares
1. Controla la humedad en casa
La humedad puede hacer que el frío se sienta aún más penetrante, y nuestras articulaciones lo notan. Considera usar un deshumidificador o subsistir con un nivel de humedad que no te haga sentir como un pez fuera del agua. Una casa confortable es una casa feliz… y en este caso, unas articulaciones felices.
2. Viste adecuadamente
A veces olvidamos que la ropa puede ser nuestro mejor aliado. ¿Ropa de abrigo para proteger las articulaciones? ¡Sí, por favor! Piensa en las capas como tu arma secreta contra el frío. ¡Y no olvides los guantes! Tus dedos también pueden sufrir.
3. Alimentación saludable
¿Sabías que una dieta antiinflamatoria puede jugar un papel clave en la salud de tus articulaciones? Aliméntate de forma saludable, mantén un peso corporal saludable y evita las comidas ultraprocesadas. Tu cuerpo y tus articulaciones te lo agradecerán. Y, seamos realistas: las ensaladas pueden no ser tan emocionantes como un pastel de chocolate, pero tus rodillas lo notarán.
4. Mantente hidratado
El agua es tu amiga. Mantente hidratado para mantener el líquido sinovial en su mejor forma. ¿Cuántas veces hemos oído eso y aún no lo hacemos?
5. Ejercicio regular
La importancia de hacer ejercicio de manera moderada no puede subestimarse. Un estudio reciente de la Universidad de Australia afirma que el ejercicio sencillo puede reducir la mortalidad hasta un 17%. Pensar en eso debería motivarnos a levantarnos del sofá, aunque sea solo para movernos un poco mientras vemos nuestra serie favorita. Las actividades de bajo impacto, como caminar o nadar, son excelentes opciones.
Tratamientos innovadores en el horizonte
La SER también ha señalado la importancia de las terapias regenerativas para tratar la artrosis. ¿Qué es esto? Desde agentes biológicos hasta la cirugía innovadora y la terapia con células madre, estas son todas vías esperanzadoras para aquellos que buscan alternativas a los tratamientos tradicionales. A veces, en mi ingenuidad me imagino que la ciencia avanzará tanto que simplemente se nos dirá que nuestras articulaciones se reparan solas, ¿no sería genial?
Los tratamientos actuales a menudo buscan no solo aliviar los síntomas, sino modificar el curso de la enfermedad, lo que es esencial en el proceso de manejo de la artritis. Todos sabemos que buscamos alguna forma de controlar no solo la situación, sino también a nosotros mismos en el proceso.
Reflexiones finales
La artrosis, a pesar de ser más común de lo que muchos creen, puede ser manejada con un poco de conocimiento y dedicación. Cuando el invierno azota, nuestras articulaciones pueden ser las primeras en protestar, pero armados con información y estrategias adecuadas, podemos navegar a través de esos meses fríos con un poco más de comodidad.
Reconocer que la artrosis no es solo una enfermedad de «ancianos» es un paso crítico. De hecho, prestarle atención a nuestras articulaciones desde jóvenes puede ayudarnos a evitar problemas más serios más adelante en la vida. Después de todo, nadie quiere ser ese amigo que siempre está hablando de sus «dolores de viejo» a los 40. Así que, ¿por qué no empezar a cuidar de nuestras articulaciones ahora?
Así que la próxima vez que sientas ese tirón en las rodillas al salir a caminar en un día frío, recuerda: la clave está en cómo respondemos a las quejas de nuestro cuerpo, porque en el fondo, ¡solo estamos intentando ser humanos!
Así que, mientras el frío se asienta, tómate un momento para cuidar de ti mismo. Porque, al final del día, nuestras articulaciones son como un buen vino: ¡mejoran con el cuidado y, por supuesto, con un poco de atención y cariño!