El mundo está viviendo un momento crítico en cuanto a la salud pública. ¡Y no, no estoy hablando de la última moda en las redes sociales! Me refiero a un tema que afecta a más de 800 millones de adultos en el planeta: la diabetes. Según un reciente estudio publicado en la reconocida revista médica The Lancet, la situación es aún más grave de lo que pensábamos. ¿Estás sentado? Porque lo que voy a contarte no es para tomárselo a la ligera.

El crecimiento imparable de la diabetes

Si retrocedemos en el tiempo, allá por 1990, había alrededor de 198 millones de adultos que vivían con esta enfermedad. Ahora, esa cifra ha superado los 800 millones. ¡Eso es más de cuatro veces el número original! ¿Cómo es posible que hayamos llegado a este punto? O quizás la pregunta debería ser: ¿qué estamos haciendo mal?

Según el estudio, de las personas que viven con diabetes, más de tres de cada cinco no reciben el tratamiento adecuado. Esto es un dramático aumento en comparación con los años 90. Para ponerlo en perspectiva, si tú y yo estuviéramos en una fiesta y, al final, solo el 40% de los asistentes recibieran la atención médica que realmente necesitan, diríamos que hemos organizado una fiesta desastrosa, ¿no es cierto?

La diabetes tipo 2, que representa la mayoría de los casos en adultos, está íntimamente relacionada con la obesidad y la mala alimentación. Un cóctel poco saludable que, a lo largo de los años, ha aumentado a niveles críticos en muchos países. ¿Por qué será que el atractivo de un buen platillo no se puede resistir, incluso cuando sabemos que las consecuencias pueden ser severas?

Las estadísticas no mienten

Este estudio se realizó en colaboración con la Organización Mundial de la Salud y abarca datos de más de 140 millones de personas a partir de 18 años, recopilados de alrededor de 1.000 estudios. Es importante mencionar que esta es una investigación rigurosa, así que no estamos hablando de una simple recolección de anécdotas de mesa de bar.

Los resultados son inquietantes. Por ejemplo, la tasa de diabetes entre las mujeres en Pakistán aumentó del 9% en 1990 al 30.9% en 2022. Eso no es solo un aumento, es una explosión. Cuando escucho estas cifras, me cuestiono: ¿qué está sucediendo realmente detrás de cada número? Detrás de cada porcentaje hay una historia, una vida que podría estar en situación de riesgo.

Tal vez llegues a pensar que en países más avanzados las cosas son diferentes, pero no se engañen. La diabetes está creciendo a un ritmo alarmante en India y China, los cuales concentraron casi la mitad de los casos en el mundo. ¡Imagine esto! En India, alrededor de 212 millones de adultos están lidiando con esta enfermedad.

Un llamado de atención

No quiero ser un aguafiestas, pero es crucial poner la situación en contexto. Una de las voces más influyentes en el análisis es el doctor Majid Ezzati del Imperial College de Londres, quien ha expresado que esta situación revela inequidades globales en el acceso a los tratamientos médicos. En muchos países de ingresos bajos y medios, el tratamiento es casi un lujo.

Pero no solo esto. La diabetes a menudo afecta a las personas a una edad más temprana en las naciones de bajos ingresos. ¿Te imaginas ser un joven de 30 años y tener que lidiar con las posibles complicaciones que puede conllevar esta enfermedad, como la amputación o el daño permanente a la vista? Es absolutamente desgarrador.

La triste realidad del tratamiento

Hablemos un poco sobre el tratamiento. Según el estudio, tan solo el 55% de los adultos en muchos países, incluidas naciones de Europa central y occidental, recibieron el tratamiento necesario en 2022. En contraste, en lugares como Bélgica, la tasa de tratamiento es mucho más alta, alcanzando un 86% para mujeres y 77% para hombres. En el caso de España, las cifras son moderadas comparadas con otros países, pero aún así preocupantes: 72% para mujeres y 68% para hombres.

Así que te pregunto, ¿qué significa esto para nosotros? ¿Estamos realmente haciendo lo suficiente para combatir esta crisis?

La lucha contra la obesidad: una batalla que debemos ganar

El aumento de la diabetes tipo 2 está directamente relacionado con la obesidad. Sabemos que un estilo de vida sedentario y una dieta cargada de azúcares y grasas saturadas son ingredientes potentes en este cóctel. Pero, ¿quién no ha sido víctima de un trozo de pastel de chocolate en una reunión familiar? ¡Yo, por supuesto!

Una de las cosas más problemas es que a menudo nos engañamos a nosotros mismos al pensar que “solo un pedacito” no hace daño. Pero con el tiempo, esos “pedacitos” se suman y se convierten en un monstruo al que difícilmente podemos vencer sin las herramientas adecuadas.

Es fundamental realizar cambios radicales en nuestros hábitos alimenticios y promover un estilo de vida más saludable. Invertir tiempo en aprender a cocinar, descubrir la emoción de comer frutas y verduras frescas y, por supuesto, incorporar el ejercicio físico en nuestras rutinas diarias puede ser un comienzo. ¿Cuántas veces has dicho “mañana empiezo”, solo para dejarlo para el día siguiente? Te entiendo.

El futuro de la diabetes: ¿optimismo o pesimismo?

Como aquel famoso dicho dice, hay luz al final del túnel, pero también hay momentos en que la oscuridad parece abrumadora. La abrumadora mayoría de las personas con diabetes viven en países donde las opciones de tratamiento son limitadas, y eso es un hecho que no podemos ignorar.

Sin embargo, hay movimientos en el horizonte. Desde organizaciones sin fines de lucro que trabajan para mejorar las condiciones de los pacientes hasta iniciativas gubernamentales que buscan aumentar el acceso a tratamientos y medicamentos. Lo que necesitamos es una voz unida que clame por cambios significativos.

¿Podríamos ver un mundo dentro de unos años donde las tasas de diabetes comiencen a disminuir? Es posible, pero primero tenemos que hacer nuestra parte, además de tener voluntad política y el compromiso de la población.

Reflexiones finales: ¿y tú qué harás?

Así que aquí estamos, a puertas de una crisis de salud que podría prevenirse. La diabetes no es solo un número en una hoja de cálculo; es una advertencia. Nos toca a nosotros como individuos, como comunidad y como sociedad cuidar nuestra salud y exigir lo que es justo.

¿Estás dispuesto a cambiar tus hábitos? ¿Qué medidas tomarás para estar mejor? Si no empezamos ahora, ¿cuándo lo haremos? Siempre podemos encontrar un momento para reirnos o disfrutar con un postre, pero la salud es un viaje continuo.

Personalmente, he decidido tomar acciones más concretas. Desde hacer ejercicio regularmente hasta aprender a cocinar recetas que me hagan sentir bien y, a la vez, que sean saludables. Cada paso cuenta, y la salud es lo primero. ¿Me acompañas en este camino?

Recuerda, si bien los números son alarmantes, nuestro potencial para cambiar esto es aún más grande. La pregunta es: ¿estamos listos para asumir la responsabilidad?

—Un abrazo a todos y ¡a cuidar de nuestra salud y bienestar!