Cuando piensas en gastronomía vasca, probablemente te vienen a la mente nombres ilustres como Martín Berasategui o Elena Arzak, y no es de extrañar. Pero a veces, el verdadero oro está escondido en los lugares más insospechados. Hoy, vamos a hacer un recorrido a través de un lugar que, aunque es pequeño en tamaño, ha hecho un gran impacto en el mundo culinario: el restaurante Arrea!, ubicado en el pintoresco pueblo de Santa Cruz de Campezo en Álava.

¿Te imaginas un restaurante que, en un pueblo donde apenas viven 800 almas, ha logrado destacar en la prestigiosa Guía Michelin y ha sido recomendado por The New York Times? Suena como una historia de película, ¿verdad? Spoiler: lo es.

El génesis de Arrea!: una estrella que brilla con fuerza

El propietario y chef de Arrea!, Edorta Lamo, no es un novato en el mundo culinario. Antes de hacer de Arrea! un nombre respetado, lideró el innovador A Fuego Negro en San Sebastián, un lugar famoso por su enfoque vanguardista de la cocina. Su dedicación y amor por la tradición culinaria han sido clave para crear un restaurante que no solo brilla, sino que también ilumina la importancia de la sostenibilidad en la gastronomía moderna.

La certeza de que la comida sigue siendo un poderoso medio de encuentro me hizo reflexionar sobre lo que realmente implica ser un cocinero. La historia de Edorta es la de alguien que lleva la herencia de su tierra en los platos, que busca resaltar los sabores auténticos de la montaña alavesa.

La propuesta gastronómica: tradición con un giro contemporáneo

Lo más fascinante de Arrea! es que su enfoque se basa en rescatar la tradición culinaria de la zona. Esto se traduce en una cocina de subsistencia adaptada a las tendencias actuales. Pero, ¿qué significa esto en la práctica? Aquí la clave está en el uso de ingredientes locales y de temporada, que son tratados con un cariño especial y transformados en experiencias memorables.

El restaurante está diseñado en tres espacios diferentes: un bar informal para picotear, una zona llamada Kuadra que ofrece un menú cerrado y una experiencia más gastronómica en el comedor principal. Cada uno de estos espacios contribuye a que el visitante no solo coma, sino que también viva una experiencia. ¡Es como visitar a la abuela, pero en lugar de una galleta, te sirve un plato que es arte!

Descubriendo los menús de Arrea!

Tus papilas gustativas están a punto de hacer un viaje. El menú de Mendialdea está al alcance de aquellos que quieren saborear la verdadera esencia de los productos locales sin romper el banco (bueno, no tanto, son 60 € por persona). Este menú de cinco platos es un festín que refleja la riqueza de la temporada.

Sin embargo, si lo que deseas es un verdadero deleite personalizado, el menú Arrea! es la opción ideal. Con un precio inicial de 140 €, permite a los comensales elegir y configurar su propia experiencia, lo que se convierte, sin duda, en un triunfo de la creatividad y la flexibilidad. Aquí, no solo comes; participas activamente en la creación de tu comida, como debería ser.

Un recorrido por los sabores más emblemáticos

Hablemos de lo que realmente se sirve en estos menús. La sustancia de Arrea! está en sus pases, que representan los ingredientes más icónicos de la región:

  • Trufa: ¿quién puede resistirse a la trufa? Preparaciones como pella & trufa y patata rota trufada te dejarán con ganas de más.
  • Perdiz: Desde el paté & trigo suflau hasta la patika & trigo escabetxau, cada bocado es una explosión de sabores.

  • Huerta: Aquí, encontrarás manjares de la tierra como el cardo con avellana, que desafía la noción de que los vegetales no pueden ser emocionantes.

  • Trucha: Imagina un sándwich de trucha que está, simplemente, fuera de este mundo.

  • Corzo y jabalí: Las preparaciones de caza son parte de la experiencia, lo que añade un toque rústico y potente a la propuesta.

Cada plato es un pequeño relato, una anécdota que Edorta y su equipo han tejido con los ingredientes de su tierra. Si la comida no tiene historia, ¿realmente vale la pena comerla?

Experiencia gastronómica: más que un simple bocado

«Comer es una necesidad, pero comer inteligentemente es un arte” – frase que tomé prestada de alguna conversación con un amigo foodie que siempre sabe lo que dice. En Arrea!, te sumerges en una experiencia que va más allá del simple acto de comer. Es casi como una miniaventura, donde cada plato cuenta una parte de la historia de Gipuzkoa y su gente.

Uno de los mayores aciertos de Edorta es su forma de conectar con los productores locales, lo que no solo enriquece la experiencia, sino que también fortalece la comunidad. Así que, cuando pidas esos entrañables platillos de la Huerta, estás sabiendo que estás contribuyendo a un ciclo más grande.

El reconocimiento de Michelin y más allá

No es de extrañar que Arrea! haya capturado la atención y los corazones de críticos y comensales por igual, incluyendo a la prestigiosa Guía Michelin. La combinación de creatividad, sostenibilidad y una conexión profunda con la cultura local han otorgado a este pequeño gran restaurante no solo una estrella Michelin, sino también una estrella verde y dos soles Repsol. ¿A cuántos restaurantes les han dado semejantes premios por una oferta que, a simple vista, podría parecer arriesgada?

Es innegable que estos reconocimientos no llegan solo por las manos de un chef talentoso. Detrás de todo esto hay un equipo que trabaja incansablemente, una comunidad de productores que creen en la esencia de su tierra y, por supuesto, la pasión y dedicación de Edorta.

Reflexiones personales sobre la tradición y lo moderno

Como foodie empedernido (y a veces un poco crítico, debo admitir), la experiencia en Arrea! me hizo reflexionar sobre la dirección que está tomando la gastronomía actual. En un mundo donde cada vez más nos alejamos de nuestras raíces, Arrea! ofrece una mirada refrescante, recordándonos que lo auténtico siempre tendrá un valor especial. Además, muchas veces se nos olvida que los ingredientes locales son, en esencia, los que cuentan las verdaderas historias de todo un territorio.

Así que, ¿cuántas veces nos dejamos llevar por la tal “nueva moda” y olvidamos la esencia de nuestra cultura culinaria? Es momento de hacer una pausa, un respiro e inhalar el aroma de lo que verdaderamente somos.

Conclusiones: un viaje que merece la pena

En resumen, visitar Arrea! no solo es tomarse un par de horas para disfrutar de una buena comida. Es una inmersión en la cultura culinaria de Gipuzkoa que desafía la idea de que los destinos gastronómicos deben ser cosmopolitas y lujosos. Se trata de conectar con el pasado, apreciar el presente y quizás también reflexionar sobre el futuro de nuestra gastronomía.

Así que si un día te encuentras en Álava, considera hacer una pequeña desviación y darte un capricho gastronómico. La experiencia que encontrarás en Arrea! probablemente será más que un simple almuerzo; será un viaje, un descubrimiento, y quién sabe, tal vez también una nueva historia que compartir en tu próxima cena.

Arrea! es un recordatorio de que a veces, en los lugares más inesperados, podemos encontrar las joyas más brillantes. No olvides llevar tu sentido del humor contigo; quizás tu paladar no esté preparado para la explosión de sabores que te espera. ¡Buen provecho!