Hoy vamos a sumergirnos en la fascinante historia de Arnold Hills, un verdadero trotamundos del siglo XIX que dejó su huella tanto en el mundo del fútbol como en la promoción de un estilo de vida saludable. ¿Quién hubiera imaginado que una figura que fundó un club de fútbol también sería un defensor apasionado del vegetarianismo? Las historias como la de Hills son las que añaden un poco de sabor a nuestras vidas, ¿no creen? Y antes de que me digan que estoy tratando de mezclar fútbol y ensaladas, permítanme guiarlos a través de esta intrigante biografía.

Un joven atleta en el corazón de Londres

Arnold Frank Hills nació el 12 de marzo de 1857 en Denmark Hill, Surrey. Desde muy joven, mostró un talento especial en los deportes. Si alguna vez han ido a una escuela pública de prestigio (o al menos los que se piensan que son como en las películas de Harry Potter), saben que el atletismo es casi un requisito. Hills no solo se destacó en fútbol y cricket, sino que hizo que sus compañeros de Harrow se sintieran orgullosos. Imaginen a un joven Hills, corriendo detrás de una pelota o intentando atrapar un wicket, con una energía casi desbordante. ¿No sería genial poder retroceder en el tiempo solo para verlo en acción?

Después de Harrow, hizo su peregrinación a Oxford, donde continuó brillando en el deporte. En 1877, fue subcampeón de la FA Cup con el equipo de la universidad, un logro del que podría haber estado orgulloso en un retrato familiar, si solo hubiera tenido Instagram (¡que Dios nos libre de los selfies victorianos!). Su amor por el fútbol lo llevó a jugar para el Old Harrovians, y en 1879, se convirtió en internacional con Inglaterra. ¡Digan lo que quieran, pero eso le da una ventaja en cualquier conversación sobre orgullo nacional!

El hombre detrás del club

Como se dice, “del amor al odio hay un paso”. Y del deporte al trabajo también. Hills no solo se quedó atado a la esfera del fútbol, sino que se aventuró al mundo de los negocios al asumir un puesto directivo en Thames Iron Works, un astillero y empresa metalúrgica de gran renombre en Londres. ¡Tal vez se pensaba en una vida de «fútbol de oficinas»! Pero, en 1895, con el objetivo de fomentar el espíritu comunitario entre los trabajadores, Arnold se asoció con Dave Taylor para crear el Thames Ironworks FC —un equipo de fútbol para los empleados de la fábrica. Sin darse cuenta, estaba sentado en la antesala de lo que eventualmente se convertiría en el prestigioso club West Ham United. Aquí es donde las vidas de los trabajadores y el pasatiempo se entrelazaron, dando inicio a un legado que aún resuena en los corazones de los aficionados al fútbol.

Hills, cual verdadero patrocinador, respaldó al club económicamente hasta abril de 1900. Pero se avecinaban tormentas. Tras desacuerdos sobre el profesionalismo dentro de la junta directiva, decidió cortarse las amarras. Sí, de un día para otro, el fundador fue el que menos ganas tenía de jugar en el equipo.

Un pionero del vegetarianismo

Hasta aquí, la historia de Arnold Hills podría parecer la de un ejecutivo victoriano más, pero aquí es donde las cosas se ponen realmente interesantes. No solo estaba interesado en el fútbol y los negocios, sino que también era un ferviente defensor del vegetarianismo. En 1888, se convirtió en el primer presidente de la Sociedad Vegetariana de Londres. Sorpresón, ¿verdad? ¿Un directivo industrial que decide cuidar sus hábitos alimenticios en vez de una dieta de picoteo de galletas junto a la máquina de café?

Tal vez se rían al pensar que en la misma junta estaba un joven indio llamado Mohandas Gandhi. ¡Vaya combinación! Los dos abogaban por un cambio de paradigmas: mientras Hills hablaba sobre la importancia de una dieta basada en alimentos crudos, Gandhi luchaba por la independencia de la India. Al leer sobre esto, no pude evitar sonreír. Imaginemos las conversaciones en sus pausas para almorzar: «¿Tienes tofu en tu ensalada?» «Nah, pero tengo un plan para liberar a mi país».

Arnold no se detuvo ahí. Fundó el Club Ciclista y Atlético Vegetariano y el Club de Senderismo Vegetariano de Londres. Hasta escribió un libro, Vital Food, en 1892, defendiendo la dieta crudivegana. ¿Alguien ha leído eso últimamente? ¡Quién necesita un podcast con su dosis diaria de verdura cuando podemos tener a Arnold en nuestra biblioteca!

De la gloria a la adversidad

La vida de Arnold Hills no fue siempre un camino de rosas. A medida que pasaba el tiempo, le tocó lidiar con problemas de salud. Sufrió de artritis y eventualmente quedó minusválido. Sin embargo, su legado perduró y siempre será recordado como alguien que, a pesar de las adversidades, hizo grandes contribuciones a la sociedad y al deporte.

Arnold Hills falleció en Hammerfield, Kent, el 7 de marzo de 1927, a la edad de 69 años. ¿Cuántos de nosotros podemos decir que realmente hemos dejado nuestra marca en el mundo como él lo hizo? En su honor, uno de los comedores privados del Estadio Olímpico de Londres, donde juega el West Ham, lleva su nombre: Arnold Hills Suite. Un gusto más que merecido para un hombre que vivió su vida sin miedo a romper moldes.

Reflexiones finales: un legado de impacto

Hoy en día, Arnold Hills puede parecer un personaje del pasado, pero sus contribuciones en el ámbito del deporte y su defensa de un estilo de vida saludable son más relevantes que nunca. Estoy seguro de que si estuviera aquí hoy, podría darte un par de consejos sobre cómo hacer un buen batido verde. No sé ustedes, pero estoy convencido de que podría ser un influencer en redes sociales, compartiendo su amor por la ensalada de quinoa y haciendo desafíos de yoga vegetarianos.

Así que, la próxima vez que te sientes a ver un partido del West Ham, recuerda a Arnold Hills: el hombre que no solo cimentó un club de fútbol, sino que también impulsó un movimiento que promovía el bienestar y la salud, demostrando que el vegetarianismo y el deporte pueden ir perfectamente de la mano. Porque, al fin y al cabo, ¿no es lo que todos queremos? Un poco de diversión con un lado de salud. ¡Nunca subestimes el poder de una buena historia!

Espero que hayan disfrutado de este recorrido por la vida de Arnold Hills. Me encantaría saber qué opinan. ¿Es él el héroe del vegetarianismo que no sabían que necesitaban? O, como dirían en los tiempos antiguos, “la fruta no cae lejos del árbol” (realmente, ¡me encanta esta frase!). Hasta la próxima, queridos lectores.