La vida después de la mili, o mejor dicho, después de servir a nuestro país en las fuerzas armadas, puede ser un desafío. Muchos de nosotros hemos oído historias sobre cómo los ex militantes se enfrentan a la difícil tarea de reintegrarse a la vida civil. Imagínate, un día estás en plena acción, con un uniforme y la misión de proteger a tu nación, y al siguiente, estás buscando trabajo en una empresa que vende… bueno, copas y tazas. ¿Qué tan aterrador es eso?
En este contexto, la reciente firma de un convenio entre Desokupa y la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) es, sin duda, un tema caliente. Por un lado, tenemos a Desokupa, una empresa conocida por su papel en el desalojo de inmuebles que ha cambiado su enfoque hacia la formación de ex militares. Por otro lado, ATME, que representa a más de un millar de afiliados, buscando facilitar la transición de sus miembros hacia el mundo civil. Pero, ¿cuál es exactamente la estrategia detrás de este movimiento?
Un nuevo camino hacia la reintegración civil
El líder de Desokupa, Daniel Esteve, ha decidido ofrecer cursos para ayudar a los ex militares en su transición a la vida civil, particularmente en el ámbito de la seguridad privada. “La seguridad está en nuestra sangre”, dice un militar a su compañero mientras ríen recordando sus días de entrenamiento. Y no es para menos, la ATME agradeció a Esteve en un reciente video, enfatizando la urgencia de proporcionar a sus miembros una formación adecuada.
Por supuesto, eso suena muy bien en teoría. Pero en la práctica, ¿será suficiente? Con el primer curso programado para enero en Madrid, se esperan grandes avances. Esteve se siente optimista, afirmando que este es el primer paso hacia un futuro más brillante para los ex militares.
La importancia de la formación
¿Qué significa realmente “una formación adecuada?” Para cualquier persona fuera de las fuerzas armadas, eso podría sonar abstracto. Pero en el contexto de los grupos de seguridad, puede hacer una gran diferencia. Formar a los militares para que utilicen sus habilidades en el sector privado no solo protege a los ciudadanos, sino que también les brinda una segunda oportunidad a aquellos que han servido a su país.
Recuerdo un par de años atrás, cuando un amigo mío, que había sido soldado durante más de cinco años, diagonalmente se encontró en un puesto de ventas en una tienda. Él me decía riendo: “¿Sabes qué gran líder me convertí? ¡En un vendedor de batidoras!” Y sí, a pesar de sus habilidades de liderazgo, tuvo que adaptarse a un entorno completamente diferente.
La polémica tras el sindicato de policías
Por si esto no fuera suficiente, también hay que señalar que Desokupa, además de su acuerdo con ATME, ya había firmado un convenio similar con el Sindicato Unificado de Policía (SUP). Este sindicato, que representa a cerca de 30,000 policías nacionales, también buscó acceder a cursos de formación en defensa personal.
Ah, la defensa personal, una temática siempre candente, ¿verdad? Uno no puede evitar recordar esa escena de películas de acción en la que el héroe se enfrenta a una multitud con solo un palillo. ¿Puede realmente un ex soldado convertirse en un instructor de defensa personal? La respuesta es un rotundo sí, y el SUP parece estar a bordo de este tren.
Sin embargo, la administración del Ministerio del Interior decidió abrir un expediente en contra del sindicato tras este acuerdo, que posteriormente fue archivado sin ninguna consecuencia. Vaya, una nube negra sobre un cielo soleado. Este asunto deja entrever ciertas políticas internas que pueden estar chocando con iniciativas orientadas al bienestar de nuestros policías y militares.
La reacción del Ministerio de Defensa
Y aquí es donde se pone complicado. Mientras este convenio va avanzando, el Ministerio de Defensa, encabezado por Margarita Robles, no ha hecho ninguna declaración oficial. Claro, si yo fuera parte del gabinete de Defensa, quizás tampoco querría entrometerme en un acuerdo que puede ayudar a aquellos que se exponen cada día por nuestra seguridad, pero que sin embargo, también podría provocar críticas por la proximidad de la empresa Desokupa con temas controversiales.
Como ex alumno de una institución pública, no puedo evitar preguntarme: ¿es suficiente el silencio? El acompañar a los ex soldados en su camino hacia la reinserción no debería ser una decisión tan difícil de tomar.
Reflexiones finales: ¿es realmente una solución viable?
Al final del día, la colaboración entre Desokupa y ATME nos lleva, inevitablemente, a preguntarnos si estos cursos y entrenamientos serán suficientes para capacitar a nuestros militares y policías en un mundo civil que, a menudo, parece no ofrecer oportunidades claras. Las historias de lucha de aquellos que han servido a su nación deben resonar entre los esfuerzos que se están realizando.
Pero, ¿qué tan efectivo será realmente este enfoque? Tal vez, con el tiempo y algunos resultados tangibles, tengamos la respuesta. De momento, la realidad puede ser triste y divertida a la vez. Había un ex militar en una película cómica que decía: “¿Técnicas de defensa personal? Yo solo quiero un cafe latte que me regrese a la vida civil”.
Vivimos tiempos curiosos. La realidad es que, si las intenciones son buenas, el proceso sería de gran beneficio para muchos. Sin embargo, como bien se dice, los caminos hacia el infierno están pavimentados de buenas intenciones. Solo el futuro sabrá si esta alianza traerá verdadera luz a la vida de aquellos que han servido.
Así que, ¿es esta la solución que tanto necesitaban nuestros héroes? Solo el tiempo lo dirá, pero por ahora habrá que estar pendientes de cómo se desarrollan estos cursos y qué impacto realmente causan en los nuevos y valientes civiles. ¡Hasta la próxima, amigos!