¿De verdad podemos sostener que un país que se dice democrático puede permitir propuestas como las que ha presentado Vox en Madrid? La reciente moción que solicita que los menores extranjeros no acompañados sean apartados físicamente de uno de los puntos más concurridos en el distrito de Hortaleza ha generado una oleada de reacciones, debates y, por qué no, indignación. En este artículo, exploraremos no solo los detalles de esta propuesta, sino también las implicaciones más profundas que tiene sobre la inclusión social, los derechos de la infancia y el delicado entramado de política y racismo que, lamentablemente, parece estar resurgiendo en muchos rincones del mundo.

La polémica moción en el pleno del distrito de Hortaleza

El pasado jueves, Vox llevó al pleno del distrito su propuesta, que con el tiempo se ha definido como una “barbaridad” por parte de muchos, incluso dentro del propio partido popular (PP). El hecho de pedir que los menores migrantes dejen de estar cerca de las paradas de autobús que abastecen a un centro de acogida no es solo una medida cuestionable; es, según varios expertos, un posible delito de odio. ¿Qué mensaje estamos enviando con esto? ¿Acaso estamos diciendo que la mera presencia de ciertos grupos de personas es suficiente para generar miedo?

Las palabras del Ministerio de Juventud e Infancia son claras: una moción racista que socava los derechos de la infancia. Y, sinceramente, ¿no es esto absurdo en un siglo donde abogamos por la diversidad y la inclusión?

Reacciones del Gobierno y la sociedad

La reacción del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, fue igualmente impactante. Salió a desmentir cualquier apoyo del PP a las ideas de Vox, afirmando que no toleraría “mensajes de inseguridad”. A veces me pregunto, si los discursos de odio no son en sí mismos una forma de poner en peligro la seguridad de muchos.

Mientras tanto, la ministra Sira Rego se encontraba en Valencia, abordando problemas más urgentes, como la devastación causada por la DANA, cuando el clima en Madrid comenzaba a caldearse por la controvertida propuesta. ¿Es esto lo que significa la política hoy en día? ¿Jugar al despiste mientras se discuten temas tan graves como el futuro de nuestros jóvenes?

La representación de los menores migrantes

Con esta propuesta, Vox ha puesto sobre la mesa un argumento en el que derriban la narrativa de la victimización. Ellos sostienen que estos menores son una fuente de inseguridad y se quejan incluso del “incremento en la suciedad” que, según ellos, los afecta. Es curioso cómo se convierte el argumento de “los otros” en un motivo para excluir. ¿Es realmente justa esta representación de los menores migrantes?

Muchos de nosotros hemos pasado por la experiencia de sentirnos fuera de lugar, ya sea por el color de nuestra piel, nuestras costumbres o incluso nuestra forma de hablar. Recuerdo una vez, cuando llegué a una nueva escuela, cómo algunos estudiantes se burlaron de mi acento. Duele. Y si esta moción se convierte en una realidad, ¿qué le estamos enseñando a nuestra sociedad sobre el trato a los más vulnerables?

La percepción de la inseguridad

En su propuesta, Vox plantea que la presencia de menores no acompañados está generando una especie de “intimidación” en el vecindario. ¿Es realmente así, o es más bien el producto de un relato que necesitamos desmantelar? Cuando miramos a nuestro alrededor, debemos cuestionar lo que consideramos “peligroso”. Las calles están plagadas de realidades complejas y no se pueden simplificar a un solo grupo de personas.

Recuerdo que un amigo solía decir que el verdadero peligro acechaba en los prejuicios que llevamos en nuestros corazones. La percepción de inseguridad muchas veces está más relacionada con el miedo al desconocido que con la realidad misma. La moción de Vox parece romper el tejido social en lugar de construir puentes de entendimiento.

El panorama legal y la posible respuesta del Gobierno

Si finalmente el pleno aprueba la moción, ¿cuáles serán las consecuencias? Desde el Gobierno central han manifestado su intención de tomar acciones si esta vulneración de los derechos de la infancia se hace efectiva. Lo que se nos presenta, en consecuencia, es una lucha entre dos visiones del mundo: la de quienes quieren cerrar puertas y la de quienes defienden que todos tenemos derecho a vivir en una sociedad justa y digna.

El hecho de que la Ley de Protección de la Infancia esté bajo amenaza nos hace reflexionar sobre cuánto hemos avanzado y cuán frágiles son nuestras conquistas. Las leyes pueden ser solamente palabras en papel si no vienen acompañadas de una voluntad política real de proteger a los más vulnerables.

Una comunidad en crisis

Así está el panorama en el distrito de Hortaleza, donde los ecos de esta moción están siendo escuchados en cada rincón. Esta propuesta no solo afecta a los menores migrantes; también tiene un impacto directo en cómo se perciben las comunidades en su conjunto. ¿Estamos dispuestos a dividirnos aún más en un momento en que necesitamos unirnos?

La gente se está movilizando y saliendo a las calles. Grupos de defensa de los derechos de los migrantes han dejado claro que no se quedarán callados. Tal como reza el dicho: “La vida es como una bicicleta, para mantener el equilibrio, debes seguir adelante”. Y estos grupos están decididos a seguir pedaleando, a seguir luchando por los derechos de todos.

Para terminar, quiero dejarte con una pregunta: ¿qué tipo de sociedad queremos construir?

La responsabilidad de la sociedad y los medios

Nosotros, como miembros activos de la sociedad, tenemos la responsabilidad de cuestionar y pensar críticamente sobre las narrativas que se construyen a nuestro alrededor. Los medios de comunicación juegan un papel crucial en esto. ¿Cómo están cubriendo esta historia? ¿Están dando voz a los menores migrantes o solo reproduciendo el temor y la exclusión?

En tiempos recientes, he observado cómo algunas plataformas digitales han surgido para promover una narrativa más inclusiva, dándole voz a aquellos que son a menudo silenciados. Sin embargo, cuando miramos la prensa tradicional, a veces nos quedamos con la sensación de que la noticia se está narrando desde una perspectiva de miedo.

Conclusión: hacia un futuro más inclusivo

La reciente propuesta de Vox es un recordatorio de que la lucha por los derechos humanos y la dignidad de los más vulnerables está lejos de haber terminado. Debemos permanecer alertas, informados y, sobre todo, empáticos hacia aquellos que son diferentes a nosotros. La única forma de crear un futuro más inclusivo es abandonando el miedo y abrazando la diversidad.

Así que, sigamos adelante. Sigamos reflexionando y cuestionando las acciones de aquellos que intentan dividirnos. Solo así podremos construir una comunidad en la que verdaderamente se respeten los derechos de todos, sin distinciones. Al final del día, todos queremos un lugar al que llamar hogar.

Reflexionemos juntos

Recordemos que el cambio empieza en nuestra conversación cotidiana. Hablemos de esto, llevemos este tema a nuestras mesas, inquietamos a nuestros vecinos y energicemos a nuestras comunidades. Beyoncé tiene una canción que dice: “Who runs the world? Girls!” y yo diría, ¿quién corre por una sociedad justa? ¡Todos nosotros! Es hora de levantarse y hacerse oír, no solo por nuestros derechos, sino por los derechos de todos.