La cultura en España se enfrenta a un momento crucial, y en el centro de esta transformación se encuentra el Instituto Nacional de Artes Escénicas y de la Música (Inaem). Este organismo, que data de 1985, ha aguantado los embates del tiempo con una estructura obsoleta y, según los expertos, un enfoque que necesita urgentemente más que un simple «lifting». Todo esto, justo cuando el nuevo ministro de Cultura, Miquel Iceta, está comprometido a llevar a cabo la reforma tan necesaria. Acompáñame en un recorrido donde desglosaremos todo lo que se cuece.

Un incumplido sueño de reforma

Permíteme comenzar con una anécdota personal. Cuando era un niño, asistí a un teatro por primera vez. Recuerdo cómo la música me hipnotizó y cómo la actuación de los artistas resonó en mi interior. Desde entonces, he creído en la importancia del apoyo y la inversión en las artes. Sin embargo, escuchar que el Inaem ha sido ignorado por décadas es como ver un viejo amigo en la calle, pero con el cabello canoso y una chaqueta que no le queda bien. Me pregunto, ¿cómo hemos llegado aquí?

El anterior exministro, José Guirao, se esforzó en 2018 por modernizar el Inaem. Sin embargo, sus esfuerzos cayeron en el olvido. ¿Y quién puede culparlo? Cambiar una institución con décadas de inercia no es tarea fácil. A veces, se siente más como tratar de convencer a un gato para que tome un baño.

¿Qué está en juego?

La reforma que Urtasun tiene entre manos no es simplemente estética; es un cambio que puede influir en la industria cultural española. La modernización del Inaem podría dar lugar a la creación de un entorno más favorable para los artistas, con una estructura que les permita trabajar de manera más eficiente y efectiva.

El nuevo director general del Inaem, Paz Santa Cecilia, ha sido una cara familiar en el mundo cultural. Ella asume un papel esencial que podría revolucionar la forma en que se gestionan las artes escénicas y la música en España. ¿Pero qué tal si esta vez funciona? Urtasun parece estar decidido a tomar decisiones concretas, no solo a acumular informes que probablemente no serán leídos. ¡Bendito sea!

Desmontando el misterio de la burocracia

Un punto crucial de la reforma se relaciona con lo que muchos de nosotros conocemos como «la pesada maquinaria de la burocracia». La lentitud en los pagos a los artistas ha sido un tema candente. La dependencia de Hacienda y la estructura rígida del Inaem han mantenido a artistas y creadores esperando, famélicos, mientras otros sectores avanzan.

¡Imagínate esto! Te invitan a una fiesta increíble, tienes tu mejor atuendo listo, pero al llegar, el anfitrión te dice que la comida se servirá… ¡en tres horas! Eso es básicamente lo que sienten los artistas al esperar que el Inaem realice los pagos a tiempo. Un alivio a esto es necesario para fomentar un ambiente creativo que no esté plagado de angustias económicas.

La búsqueda de un nuevo enfoque

La idea de invertir el 50% del presupuesto actual del Inaem en la nueva dirección general es prometedora y esperanzadora. Se plantea una relación de puestos de trabajo propia que podría generar una mayor especialización y músculo administrativo. Esto, claro, es un cambio fundamental. Sin embargo, la pregunta sigue flotando: ¿contará con el respaldo suficiente?

Desde la perspectiva de los sindicatos, hay cierto optimismo. UGT ya ha empezado a discernir un camino más ágil, mientras que CC.OO. se alegra de la propuesta. Pero, ¿y los otros sindicatos? Se acerca la hora de la verdad.

La danza de la reforma

Con la nueva dirección también se contemplan modificaciones que incluirán más peso al circo, la danza y la creación multidisciplinar. ¡Finalmente! Quien no ha sido cautivado por un movimiento de danza o un espectáculo circense, ha estado ausente en el entretenimiento. La creación de una Oficina para la difusión de la danza también es un paso significativo.

A este punto, me pregunto: ¿cuántas personas siguen sin considerar la danza una forma «seria» de arte? Para mí, bailar es tan importante como escribir este artículo. La danza no solo es obra de arte; es una forma de expresión cultural que puede cambiar vidas.

La encrucijada de la creatividad

Una de las partes más desafiantes de esta reforma es la figura del Inaem como institución. Muchos lo consideran una entidad obsoleta, incapaz de funcionar de manera efectiva. El reto de Urtasun será transformar esta imagen. No hay presión, ¿verdad?

Dicho esto, la relación con Hacienda y la capacidad de crear ingresos propios son preguntas que desvelan un paisaje complicado. ¿Cómo esperan que el Inaem pueda asumir un rol más comercial sin haber establecido las bases adecuadas en primer lugar?

La mirada al futuro

Ahora, con el estrecho horizonte planteado, la sociedad civil tiene el deber de estar atenta. Las oportunidades creativas y culturales que surgen de este tipo de reformas no solo enriquecen nuestras vidas, sino que también generan empleo y actividad económica. Es como ese momento cuando la música se une con las luces en un escenario vibrante: todos nos beneficiamos.

Dar voz a quienes crean

Si algo hemos aprendido de la historia reciente, es que la creación cultural no puede ser tratada como un lujo, sino como una necesidad. La cultura es el hilo que nos une, el contexto que nos da forma. Por ello, el Inaem debe dejar de ser un espectador y convertirse en un facilitador activo de desarrollo.

Con respecto a la nueva dirección general y su enfoque en el apoyo a artistas y plataformas culturales, seguimos en una espera de resultados tangibles. La cultura no puede esperar; es preciso actuar con celeridad.

Conclusiones finales: ¿por qué importa?

En un país donde la cultura ha tomado diversas formas y ha evolucionado constantemente, actualizar el Inaem no es solo una cuestión de proceder conforme a tiempo; es asegurar que nuestros creadores tengan la oportunidad de desarrollarse en un entorno que les apasione. Al final del día, cada uno de nosotros, ya sea artista, espectador o entusiasta, tiene algo en juego.

Así que, cuando la próxima vez veas un espectáculo, piensa en el impacto que tiene tu apoyo sobre toda una estructura. Al atravesar esta encrucijada, parece que hoy más que nunca se pregunta: ¿seremos testigos de una reforma del Inaem que realmente haga historia?

Un nuevo capítulo podría estar al doblar la esquina, y solo el tiempo dirá si Urtasun y su equipo cumplirán la promesa de actualizar la cultura española al siglo XXI. Con la mirada atenta de todos, podemos esperar y alentar que un aire nuevo entre en el Inaem, porque al final del día… ¿qué sería de nosotros sin la magia de la cultura?