En un mundo donde la violencia de género sigue siendo una realidad desgarradora, la reciente tragedia que ha tenido lugar en Estepa, Sevilla, ha puesto nuevamente en el centro del debate la urgente necesidad de actuar. La noticia de un hombre que ha asesinado a su esposa en vísperas del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, nos golpea con la dureza de la realidad. Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, como sociedad, para cambiar esta narrativa?

Un hecho devastador

La historia es desgarradora: un hombre de 48 años disparó contra su esposa, de 46, antes de quitarse la vida con el mismo arma. Lo trágico es que el único testigo fue su hijo de tan solo 11 años, quien, tras presenciar esta escena inimaginable, alertó a su tío. Si alguna vez te has encontrado en medio de un evento familiar donde la tensión se respira en el aire y sin embargo, todo parece discurrir normalmente, imagina cómo habría sido el ambiente en esta casa. Muchos de nosotros hemos reído a carcajadas en la mesa de Navidad; pero aquí, un niño tuvo que ser testigo de una pesadilla.

A raíz de este horror, la comunidad de Estepa ha quedado marcada, y el alcalde, Antonio Jesús Muñoz, ha declarado tres días de luto oficial. Es un momento que invita a la reflexión: ¿cómo podemos prevenir que esta violencia continúe? No es solo un problema del pasado; es un desafío del presente.

La falta de protección

Uno de los aspectos más preocupantes es que la mujer asesinada no estaba en el sistema policial Viogén, diseñado para proteger a las víctimas de violencia de género. En España, este sistema se ha establecido con el objetivo de proporcionar seguimiento y protección, y la ausencia de su nombre en este registro plantea muchas preguntas. ¿Faltó a la mujer el apoyo que necesitaba? ¿Qué medidas existen realmente para proteger a quienes no se encuentran en situaciones de riesgo evidentes?

Es un dilema que se repite con frecuencia: muchas veces, las víctimas de violencia de género no son visibles hasta que es demasiado tarde. Esta situación resalta la importancia de fortalecer los protocolos de prevención y la concienciación sobre la violencia de género desde una edad temprana. ¿No debería ser nuestra responsabilidad colectiva garantizar que nadie pase por esta experiencia?

La violencia vicaria: un fenómeno alarmante

Desde enero, la región de Andalucía ha registrado nueve asesinatos de mujeres y dos menores por violencia vicaria. Este término, que probablemente no todos conocen, se refiere a la violencia ejercida sobre los hijos como forma de atacar a la madre. En este contexto, la violencia no solo se manifiesta físicamente, sino que también tiene un impacto psicológico duradero en los menores involucrados. ¿Cómo se recupera un niño que ha perdido a sus padres de esta manera?

El asesinato en Estepa podría elevar el número a diez, un dato que constituye un golpe devastador para la comunidad y para la sociedad en general. Las cifras por sí solas son sorprendentes, pero lo realmente devastador es el costo humano detrás de cada una de esas estadísticas.

Respuestas de la comunidad

La reacción de la comunidad de Estepa ha sido, como era de esperar, de conmoción y tristeza. La familia era descrita como «humilde y trabajadora», algo que muestra cuán lejos de la realidad puede estar la noción de que la violencia de género solo ocurre en “familias problemáticas”. Cada una de estas tragedias pertenece a seres humanos que, en el fondo, tienen sueños, esperanzas y un lugar en la sociedad. ¿Por qué este problema se ha arraigado tan profundamente en nuestro tejido social?

El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, ha expresado su condena enérgica a la violencia hacia las mujeres. Sin embargo, las palabras solas no son suficientes. Mientras muchos alzan la voz, ¿cuántos están dispuestos a actuar y luchar contra esta lacra?

La estadística detrás de la violencia de género

Según los datos recientes del Sistema de seguimiento integral de casos de violencia de género, el número de pulseras de alejamiento activas en Andalucía ha crecido un 10% solo en septiembre de este año. Esto se traduce en un total de 1.710 dispositivos que buscan cumplir con las órdenes de protección. Aunque es alentador ver avances en la implementación de este tipo de medidas, la realidad es que muchas mujeres todavía enfrentan situaciones de gran vulnerabilidad.

El número de llamadas al teléfono 016, destinado a asistir a víctimas y familiares, también es un indicativo preocupante. En septiembre de 2023, 1.289 llamadas en Andalucía reflejan una necesidad urgente de ayuda y protección. Por supuesto, uno podría preguntarse, ¿cuántas más no se atreven a llamar porque sienten que no hay ninguna salida?

El poder de la educación

La educación es la piedra angular de cualquier cambio significativo. ¿No deberíamos estar enseñando desde pequeños a reconocer y erradicar la violencia en todas sus formas? Desde la igualdad en el hogar hasta la equidad en la escuela, cada vez que ignoramos este aspecto, estamos contribuyendo a un ciclo de violencia perpetuo.

Initiativas en las escuelas que enseñan a los niños y niñas sobre el respeto, la empatía y la igualdad de género pueden tener un impacto duradero. Recientemente, en una charla en la escuela de mi hijo, una profesora compartió una reflexión que me hizo pensar: «Cuando un niño aprende a respetar a las mujeres desde temprana edad, no solo se convierte en un aliado, sino que se transforma en un pilar de cambio».

Obligación de actuar

Como ciudadanos, no podemos quedarnos de brazos cruzados. La historia de Estepa es un claro llamado a la acción. La violencia contra la mujer es responsabilidad de todos. La educación, la sensibilización y la disponibilidad de recursos son fundamentales para abordar este fenómeno de forma efectiva. Ya sea promoviendo talleres sobre violencia de género en nuestra comunidad o apoyando a organizaciones que trabajan en esta causa, cada pequeño gesto cuenta.

La creación de centros de crisis 24 horas para la atención de víctimas de violencia sexual y el cumplimiento de la ley integral de libertad sexual son pasos en la dirección correcta. Pero, ¿no es hora de que estas iniciativas se conviertan en una norma y no en una excepción?

La voz de las mujeres

El papel de las mujeres en la lucha contra la violencia de género debe ser reconocido. Las voces que se alzan, ya sea en redes sociales, manifestaciones o en la vida diaria, son fundamentales. Por cada historia compartida, una nueva conciencia nace, y por cada conciencia, una nueva acción es posible. ¿Cuántas vidas podrían salvarse si más mujeres compartieran sus experiencias?

El próximo 25 de noviembre es un día para recordar, pero también es un día para actuar. Las fundaciones, ONG y diversos organismos están organizando marchas y actividades para levantar la voz contra la violencia. Si bien un día puede parecer un simple gesto, cada manifestación es una muestra palpable de resistencia y una llamada a la acción.

Reflexiones finales

La tragedia en Estepa es un recordatorio lamentable de que la violencia de género no es un problema del pasado. Nos toca a todos cambiar esta narrativa a través de la acción, de la educación y del apoyo a las víctimas. ¿Estamos dispuestos a combatir esta lacra, o vamos a seguir mirando hacia otro lado?

Al final del día, cada uno de nosotros tiene el poder de ser un voz y un agente de cambio. Si este artículo resuena en ti, considera cómo puedes contribuir. Quizás sea mediante una conversación, un gesto de apoyo o informándote más sobre esta problemática. Todos somos parte de esta sociedad, y juntos, podemos marcar la diferencia.