¿Quién diría que un presentador de televisión, conocido por sus dotes humorísticas en programas como Got Talent y el reciente Caiga quien caiga, también puede tener un talento oculto para la escultura? Santi Millán, el carismático rostro de Telecinco, ha decidido adentrarse en el fascinante mundo de las manualidades y, más precisamente, la escultura. Lo más sorprendente es que este cambio de rumbo fue desencadenado por una situación tan inusual como inesperada: la pandemia de COVID-19. Este artículo explorará su nueva faceta artística, su vida familiar y algunas reflexiones sobre la búsqueda del equilibrio entre la fama y la anonymidad.
El inicio inesperado: ¿escultor por necesidad?
A veces, la vida nos lleva por caminos que jamás hubiéramos imaginado. Durante los días interminables de confinamiento, mientras muchos de nosotros luchábamos por encontrar una actividad que no incluyera un maratón de series o un exceso de pan casero, Santi Millán eligió lanzarse al arte. En una reciente entrevista con Semana, el presentador reveló que comenzó a experimentar con la escultura y ahora está listo para mostrar sus creaciones al mundo en una exposición en Barcelona.
“Durante la pandemia empecé a hacer manualidades y el 29 de enero hago una exposición en Barcelona”, comenta Millán con una mezcla de orgullo y asombro. ¿Quién lo habría pensado? De presentador popular a escultor en un parpadeo. Es como si hubiéramos descubierto que, además de ser un consumado entretenedor, también es un artista en ciernes. ¿A alguien más le parece un giro fascinante en su carrera?
Antes de que cualquiera de nosotros intente tomar un pico y una paleta de escultor, hablemos sobre la razón detrás de su decisión. Como muchos, Millán debió enfrentarse a la soledad y la incertidumbre de la pandemia. Y, como un verdadero “artista”, se dejó llevar por el impulso creativo, dando rienda suelta a su imaginación en lugar de dejarse vencer por el confinamiento.
Las obras en venta: ¿arte o decoración?
Las piezas que Santi ha estado creando no solo se quedan en el ámbito personal; de hecho, tiene la intención de ponerlas a la venta. En sus propias palabras, “ya tengo de ‘pongos en casa’ que no sé qué hacer.” Aquí está la cuestión: ¿se convierte esto en un hobby lucrativo o es solo una forma de quitarse de encima el acumulado? La verdad es que, por muy famoso que sea, los desechos artísticos se acumulan en cualquier hogar (creo que muchos de nosotros podemos relacionarnos con esto, ¿verdad?).
Vender sus obras se presenta como un reto interesante. Pero ser sincero parece ser la filosofía que guía a Millán. Si las piezas no encuentran comprador, su plan es regalarlas. “Cuando vea que no se pueden vender, las regalaré”, dice. Este tipo de honestidad es refrescante en un mundo donde muchos se centran en la cultura del valor coleccionable. ¿A quién no le gustaría recibir un regalo de arte de Santi Millán?
La vida familiar y un consejo sobre la paternidad
Más allá de la escultura, Millán es también un hombre de familia. Ha estado en una relación con Rosa Olucha durante 25 años y tiene dos hijos. Mientras comparte su travesía artística, no se olvida de reflexionar sobre su papel como padre. En una época donde las dinámicas familiares evolucionan constantemente, sus palabras son un soplo de aire fresco.
“Tú sabes qué es mejor para tus hijos y lo que intento es convencerlos de que es lo mejor para ellos”, explica. Este tipo de consideración y su enfoque hacia la paternidad resuena con muchos padres que intentan hacer lo mejor para sus hijos, a menudo trabajando con la incertidumbre como compañero constante.
Y no solo su enfoque práctico brilla, sino que también expresa la importancia de la admiración mutua en la pareja. “Es muy importante admirar a tu pareja. En el momento que tú ya no lo hagas, esto se acaba”, dice Millán. ¿Acaso no son estas palabras una verdad universal que muchos deberíamos tener presente?
Desmitificando la fama: un deseo de anonimato
Un aspecto intrigante de Santi Millán es su relación con la fama. En su propia voz, ha manifestado que nunca buscó ser famoso. “A mí me encantaría ser anónimo, pero para este trabajo el ser anónimo es un handicap,” revela con sinceridad. Esto me lleva a una pregunta reflexiva: ¿qué tan difícil puede ser realmente navegar la fama? En un mundo donde la exposición es constante y las redes sociales dictan cada movimiento, el anhelo de anonimato podría ser un deseo compartido por muchos.
En un rubro donde la visibilidad es clave, su honestidad sobre su deseo de vivir “bajo el radar” es digna de admiración. ¿Hay algo más liberador que encontrar la alegría en lo que uno hace y al mismo tiempo vivir sin las luces del espectáculo sobre uno?
Un vistazo a “Caiga quien caiga”
Por supuesto, Hablemos un poco más sobre su nuevo proyecto, “Caiga quien caiga”. Múltiples generaciones han crecido viendo este clásico de la televisión española. Millán, junto a Lorena Castell y Pablo González Batista, ha traído una nueva energía al programa. Sin embargo, se ha mostrado consciente de que fue convocado «por descarte de otros», pero no se ha dejado llevar por la inseguridad. “Estoy muy contento de poder formar parte de esto”, comenta. Esa actitud refleja una gran madurez y profesionalismo que solo proviene de alguien que ha estado en la industria durante tanto tiempo.
Esto nos lleva a reflexionar sobre cómo muchas veces comenzamos en un nuevo camino con incertidumbre pero decidimos seguir adelante porque amamos lo que hacemos. ¿Acaso ese no es el verdadero propósito en la vida?
Conclusión: La vida es arte, la vida es familia
Claro que Santi Millán puede ser un presentador famoso, ¡pero también es un padre, un compañero y ahora un escultor! Nos recuerda que nuestras pasiones pueden cambiar, y aunque lo que hacemos hoy puede no ser lo que hacemos mañana, lo esencial es seguir buscando ese sentido de creatividad.
En un tiempo de incertidumbre y cambios drásticos, tal vez todos podríamos aprender algo de Millán. Tal vez, como él, deberíamos arriesgarnos a descubrir nuevas facetas de nosotros mismos y abrazar la idea de que el arte puede salir de las circunstancias más inverosímiles.
Así que, ¿estás listo para explorar esa habilidad oculta o hobby que siempre tuviste en mente? Tal vez es hora de dejar de lado las excusas y dar ese salto inspirado. A fin de cuentas, como dice el viejo refrán, “la vida imita al arte”, y si hay algo que hemos aprendido de Santi Millán, es que nunca es demasiado tarde para transformar lo ordinario en algo extraordinario.
Si te gustó esta reflexión sobre la vida y la carrera de Santi, no dudes en compartir tu opinión. ¿Cuál es tu faceta oculta y cómo la has descubierto? ¡Cuéntamelo en los comentarios!