El pasado 24 de septiembre, Silvia Calzón dejó su puesto como directora de la Comisión Española para la Lucha Antidopaje en el Deporte (CELAD), apenas ocho meses después de asumir el cargo. De repente, la lucha antidopaje en España ha vuelto a estar en el ojo del huracán. ¿Qué está sucediendo detrás de estas constantes reestructuraciones? ¿Es esta realmente la solución para nuestro deporte? En este artículo, exploraremos no solo los recientes cambios en la dirección de la CELAD, sino también las implicaciones de estos hechos para el deporte nacional.

La CALIDAD del liderazgo en tiempos de crisis

Silvia Calzón asumió este rol en un momento crítico, cuando la visibilidad del deporte español se había elevado a nuevas alturas. Sin embargo, su mandato se vio marcado por la inestabilidad. Sus sucesores, como el actual director Carlos Peralta, enfrentan un entorno igualmente turbulento. Desde luego, no es fácil dirigir una agencia en un clima donde las decisiones se toman a la velocidad de un rayo, y el tiempo para implementar cambios es más escaso que un descuento del 90% en una tienda de ropa.

Una de las primeras decisiones de Carlos Peralta fue la apertura de concursos para puestos directivos vacantes en la CELAD. Pero, ¿realmente vamos a encontrar candidatos competentes en solo diez días hábiles? ¿Qué tan atractiva puede ser una posición de alto riesgo que implica luchar contra un monstruo como el dopaje?

Un cataclismo administrativo en la CELAD

El hecho de que la CELAD esté buscando nuevos directivos en medio de una carrera contra el reloj genera cierta preocupación. Sí, esos son los mismos directivos que se encargarán de supervisar la lucha antidopaje justo a tiempo para los Juegos Olímpicos y Paralímpicos, que son como el Super Bowl del deporte, pero más global y con menos nachos.

José Manuel Rodríguez Uribes, presidente del Consejo Superior de Deportes (CSD), está tratando de darle un giro positivo a la situación. Afirma que la llegada de Carlos Peralta es «una apuesta por la continuidad del modelo de gestión». La pregunta aquí es: ¿qué modelo? Si ha habido cambios tan constantes, me atrevo a decir que el modelo es más bien un laberinto sin salida.

La sombra del pasado: Hechos que incomodan

No podemos ignorar las sombras que acechan a la CELAD, especialmente después de que la Fiscalía Provincial de Madrid arquivara la denuncia contra el exdirector Terreros. Aparentemente, la ineptitud y la cobardía son dos características que parece que se dan la mano en este ámbito. Terreros, quien comandó la CELAD durante siete años, ha criticado duramente el liderazgo actual y ha señalado públicamente a Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), por sus declaraciones poco afortunadas sobre las supuestas irregularidades.

En ese contexto, el deporte español se encuentra en una encrucijada dorada, donde la falta de liderazgo se siente como un partido de fútbol sin árbitro. Sin él, el caos se apodera del campo.

¿Alguna vez han tratado de jugar un partido en un campo de fútbol sin líneas ni reglas? Esa es, en esencia, la situación en la que se encuentra la CELAD. Y si no se toman medidas serias, podemos estar condenados a ver un espectáculo digno de un reality show de la televisión: lleno de drama, giros inesperados y, en última instancia, mucho ruido pero pocas nueces.

Desafíos en la comunidad deportiva

Mientras alborotamos las aguas de la lucha antidopaje, no solo se trata de los líderes de la CELAD. Hablemos de los deportistas, que son los verdaderos héroes (y villanos, si nos permitimos la ironía). Cada día, se esfuerzan por cumplir con sus sueños olímpicos, pero la sombra del dopaje pesa sobre sus cabezas como una nube oscura.

Imaginemos la presión que deben sentir cuando se enteran de las constantes reestructuraciones en la agencia encargada de proteger la integridad del deporte. Es como si fueran escultores de mármol, esculpiendo su futuro, solo para que un compañero de equipo accidentalmente derribe la estatua debido a las ineficiencias de la dirección. ¿Qué pensarían si supieran que el sistema que deberían confiar para proteger sus logros se tambalea?

La incertidumbre en torno a la dirección de la CELAD y su capacidad para abordar los problemas del dopaje puede desestabilizar no solo a los directores, sino a toda una comunidad deportista. La confianza es un ingrediente esencial cuando se trata de competir, y con cada nuevo escándalo, esa confianza se ve erosionada.

¿Qué sigue para la CELAD?

La situación está lista para cambiar una vez más, y surge la pregunta: ¿cuál es la solución? Algunos expertos sugieren que se necesita un enfoque más proactivo, en lugar de simplemente buscar respuestas en forma de reestructuraciones continuas. ¿Por qué no incluir a expertos en prevención y ética deportiva en la mesa? Tener la voz de alguien que ha experimentado este mundo puede ser invaluable.

Además, sería sorprendente ver una colaboración más estrecha entre los organismos deportivos y la CELAD. Juntos, pueden formar un frente unido contra el dopaje, pero para eso se necesita más confianza y menos peleas internas. Hacer de lado las diferencias y aunar esfuerzos podría dar lugar a un sistema más efectivo, como una verdadera orquesta donde cada instrumento suene en armonía.

Reflexiones finales: La lucha continúa

En resumen, lo que está sucediendo en la CELAD es un triste recordatorio de que la lucha contra el dopaje es una batalla complicada, llena de desafíos y, a menudo, de decisiones cuestionables. Aunque no soy un experto en deportes, lo que es evidente es que el cambio constante en el liderazgo ha dejado al organismo en una situación de debilidad.

La experiencia vivida por deportistas y dirigentes debería conducir a un cambio significativo. Cuando las luces de los Juegos Olímpicos brillen sobre nuestras ciudades, esperamos que la CELAD haya encontrado su camino. Después de todo, nadie quiere que su show deportivo se convierta en un drama de televisión, pero a veces parece que eso es exactamente lo que estamos dispuestos a presenciar. Por favor, tomemos nota, porque, aunque el mundo del deporte es emocionante, la falta de dirección y el caos administrativo no son el tipo de espectáculo que queremos ver.

Entonces, próximos desafíos: ¿logrará la CELAD superar esta turbulencia y convertirse en la fortaleza antidopaje que España necesita? Solo el tiempo lo dirá, pero espero que no sea otra serie de giros en el guion que nos dejen preguntándonos qué podría haber sido de nuestro deporte. ¡Hasta la próxima!